MI PERDICION ADAPTACION [GULFMEW] TERMINADA

Capítulo 14

Historia Original de miss_jazz7

DOS AÑOS DESPUÉS

Dos años habían pasado desde que Mew le confesara su amor a Gulf o como él aún le seguía llamando, a su bastardo placentero.

El primer año en Canadá las cosas fueron de ensueño para la pareja. La fama los perseguía, Vivían del deporte
tal como siempre habían
querido y, aunque podían
mudarse a una casa enorme,
preferían tener la casa
pequeña que tenían.

Como bien predijo Gulf, a pesar de que Mew y Tommy iban a vivir juntos, no llegaron a hacerlo, puesto que Gulf le cambió el piso a Tommy según llegaron. Desde el momento cero, Mew vivió con Gulf y Tommy con Jimmy. Era cierto que, de vez en cuando, Gulf se quedaba en el piso con Jimmy y Tommy con Mew para hablar de sus cosas. En otras ocasiones, salían los cuatro juntos y las cámaras los
perseguían. Tanto Mew como Tommy eran grandes jugadores famosos de la NHL. En cuando a Gulf, no había combate que se le resistiera y, respecto a Jimmy, se había convertido en un abogado de gran prestigio.

Los cuatro eran conocidos por salir por Canadá juntos,
ir a pasear, conocer cosas...

Nunca nadie sospechó nada de la relación de ambas parejas, pues siempre se les veía en grupo o en parejas y se sabía que los cuatro estudiaron juntos.

De hecho, cuando Tommy y
Jimmy sacaron a la luz su
noviazgo al año de empezar a vivir en Canadá, nadie
sospechaba nada de Mew y Gulf.

Hasta que llegó el segundo año y todo se echó a perder.

La temporada en la NHL había empezado muy bien
para los Montreal Canadiens
y Mew estaba siendo adulado por la prensa deportiva todos los días. Por un lado, notaba que le gustaba ser adulado ¿cómo no? Pero, por otro lado, sentía que esto provocaba los celos de sus
compañeros.

Desde que la temporada
comenzó, ya no había el buen
rollo que había tiempo atrás con éstos. Ya no le llamaban
los fines de semana para quedar y tampoco le trataban
como antes. ¿Qué podía hacer él? No era culpa suya.

-No es culpa tuya -dijo Gulf, una noche, sirviéndole una copa de vino -¿están celosos? No tienen motivos, ellos también son buenos. Si se sienten inseguros, tampoco es culpa tuya.

-Lo sé, pero no me gusta el ambiente, a veces tengo la sensación de que están esperando sólo un fallo de
mi parte para echarme del
equipo.

-No lo pueden hacer -le
tranquilizó -eso depende del club y el club está muy contento contigo. Eres su
jugador estrella, ganan todos
los partidos gracias a ti. Lo que les ocurre es que toda la
atención está centrada en el
chico nuevo y eso no les sienta bien pero, como te decía, eso no es culpa tuya. ¿Vas a dejar de hacerlo bien para que ellos te traten mejor?

-No.

-Respuesta correcta. Es más,
apuesto lo que sea a que, si dejas de hacerlo bien, te tratarán aún peor porque te
echarán la culpa por perder.
Si teniendo la edad que tienen, se muestran así, es que no son muy maduros para su edad. Esperaba más de ellos, la verdad.

-Yo también -dijo, con pena, bebiendo de su copa de vino.

-No estés triste, por favor. Sé que, lo que te estoy pidiendo, es mucho pero no estés triste. Entiendo que es el deporte de tus sueños, entiendo que es tu vida. Pero esto sólo es una piedra en el camino.

Mew suspiró, miró a su novio, dejó la copa de vino
encima de la mesita auxiliar y se tumbó encima de él.

-Tú eres mi vida -le corrigió, dándole un beso -el hockey... es parte de mi vida, es mi pasión... pero tú, bastardo, eres mi vida.