[Este extra contiene situaciones sexuales con cierta inclinación al "BDSM". Por favor, si no se adecuan o no les gusta tal género, sugiero que salten la parte sexual del extra. Gracias.]
Llevaban más de cinco años juntos, muy contrario a los temores de Gojo, era una relación muy sana, y divertida, por lo demás.
Se habían graduado y habían iniciado la universidad luego de unas vacaciones espectaculares, en las cuales le dijeron a sus madres sobre su relación luego de algunos meses juntos, tenían una leve preocupación, pero sus madres estuvieron felices con ello, afirmando que lo veían venir en algún momento.
Suguru había entrado a la carrera de enfermería y estaba cursando su penúltimo año, mientras que Satoru estaba estudiando una ingeniería, en la misma universidad.
Hasta allí estaba todo bien, pero últimamente, gracias a la universidad, y no siendo una sorpresa, estaban estresados, y vaya que sí lo estaban.
Se habían mudado juntos cerca del campus, era la única universidad en el pueblo en donde vivían, y no tenía mal renombre, además de que era accesible.
Sin embargo, las peleas empezaron a surgir a medio semestre del año, y empezaron a subir de tono a medida que pasaban los meses, a tal punto que los gritos se escuchaban a través de las paredes, y una pareja de ancianos que vivía a un lado llamaba a la policía, más que estar molestos, estaban preocupados.
La señora que moraba junto a ellos, Annie, era dócil y dulce. Les llevó un pie de manzana casero en cuanto llegaron, y cada semana iban a tomar el té a su casa, pero lo anciana no le quitaba lo astuta, y sus alertas se encendieron aún más cuando Gojo dejó de asistir a lo que los tres llamaban "ritual semanal", las buenas vibras y el calor de hogar que ella proporcionaba les traía calma y paz.
Traía.
Suguru se disculpó por su novio, excusándose con la universidad, pero las peleas a gritos hacían ver todo muy obvio.
Después de tanto alboroto, Satoru decidió mudar su escritorio y todas sus cosas a la sala de estar, estaba constantemente enfadado, y no dudaba en liberar todo su estrés con su pareja, casi sin entender lo que eso significaba para el contrario, que, por mucho que lo intentara, caía en lo mismo. Una y otra vez.
Para cuando llegó el final del semestre, Suguru simplemente cayó muerto, aún con su uniforme de enfermero en práctica, con su identificación colgando de su cuello, y el olor típico de un laboratorio médico. Se lanzó a la cama riendo, aliviado, y simplemente se durmió, sin alarmas, sin luz, sin ninguna otra preocupación que un cigarrillo antes de cerrar los ojos. Sabía que el olor le molestaba a Gojo, pero poco le empezó a importar cuando dejaron de compartir la misma cama.
Cuando por fin despertó, somnoliento y con un latente dolor de cabeza, se fijó que ya eran las tres de la mañana.
No había un solo ruido en la casa.
Decidió tomar un baño y una pastilla para su dolor. Con el cabello mojado y sin una pizca de sueño, tomó su teléfono. Ningún mensaje, ninguna notificación.
Así era ahora.
A pesar de su lástima, apretó instagram de entre sus escasas aplicaciones, con las historias de Satoru en su primera opción. Las eligió, solo para ver cómo estuvo su último día de semestre, ya que no tenía el coraje para preguntarle a él mismo, suponiendo otra pelea.
Había subido varias historias las últimas ocho horas, en las primeras se veían vídeos de él y sus amigos simplemente perdiendo el tiempo en una sala de clases bulliciosa, jugando y gritando. Geto sonrió al pensar que el círculo amistoso de su novio nunca cambiaba; gritones, sonrientes, despreocupados.
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Solo amigos. [sugusato]
FanfictionTodo el mundo sabía que Satoru Gojo y Suguru Geto eran cercanos. Los podías encontrar por ahí, abrazados, de la mano, incluso peleando o compitiendo entre ellos con juegos bobos. No era difícil asumir que eran muy buenos amigos. Sin embargo, ningun...