Conociendo la Comarca.

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Alice no tenia idea de cuantos años habían pasado, pero de lo que estaba más feliz con el transcurso del tiempo fue que ella creció. Claro no alcanzaba el 1.80 del mago a su lado, pero había crecido. Y ya no le decían tan seguido lo que odiaba "niña".

Un sobrenombre que no le gustaba en lo más mínimo, lo aborrecía con todo su ser, pero la verdad es que... llego a otro tiempo con 11 años, o eso suponía. Para su lastima era, claramente... una niña. O bueno lo había sido. Ahora ella era... era...

Una adolescente que aparentaba unos 18 años. Aunque estaba segura de que habían pasado mucho más que 7 años desde que decidió acompañar al mago. 

Y las cosas fueron cambiando.

A medida que fue creciendo su cabello que era rubio fue adaptando puntas algo platinadas. Causando un extraño efecto, que con el paso del tiempo y el crecimiento de este, se empezó a ver como mechas de distintos colores.

Lo que más le había gustado a Alice de estar en esta época y ser un elfo era eso... Su cabello no se enredaba y siempre se veía ordenado. ¿Quién no amaría que su cabello pareciera de comercial? Claramente todos lo amarían. Pero con el tiempo se dio cuenta que no era del todo común y empezó a amarrarlo. Porque no se iba a arriesgar a que descubrieran su secreto.

Cuando las personas la miraban al lado del mago, mostraban una gran curiosidad. Al principio no decía quien era ella, pero después empezó a resultarle divertido decir que era la hija de Gandalf.

Porque claro... todos quedaban pensando en si eso era posible. Y sus caras eran demasiado divertidas, además al Istari no parecía molestarle. De hecho, hasta le causaba cierta risa ver las reacciones.

La verdad es que ambos, se llegaban a parecer si los veías de repente. Claro que solo había sido un pequeño juego de la muchacha, que cambiaba el color de su vestimenta y usaba una capa gris como la de Gandalf. Claro que con una ropa un poco mas cómoda debajo, porque aun no se podía acostumbrar a la vestimenta de la Tercera edad.

Pero después, con el paso de los años, empezó a esconderse bajo la capa. Una capucha le cubría casi toda la cara, solo si te acercabas podrías saber su apariencia. Y la verdad... no muchos se acercaban.

Y eso, aumentó el misterio alrededor de la joven. 

Tanto, que ni siquiera sabían si era "La joven" o "El joven". Algo que la verdad, le causaba mucha risa.

El mago había ido acompañado de Alice a varios reinos y bastantes pueblos, incluidos claro... a los de elfos. Él le había preguntado más de una vez si se quería quedar en algún lugar, pero la joven al ver a algunos vestidos tan lindo y con vestidos, decidía rápidamente rechazar la oferta. Además, ningún elfo había reconocido que ella también lo era. Y era preferible solo viajar con el mago.

Alice solo entro una vez a cada territorio de los elfos y por un máximo de dos días, se mantuvo oculta y no se separaba de Gandalf a no ser que fuera necesario. O encontrara algún animal o flor que le pareciera interesante.

El misterio crecía a donde fuera, tampoco hablaba mucho frente a todos, solo con el mago.

Aunque si era un poco molesto escuchar a todos hablar "bajo" sobre quien era. Tenía una enormes ganas de gritarles algo como "Si tanto quieres saber, acércate o háblame para escuchar mi voz"... Claro, nunca lo hizo.

Mientras pensaba en eso se sentó en el suelo, mirando entre los árboles unos pequeños y regordetes conejos. Tan blancos, que su cola parecía una nube.

- Me recuerdas a alguien – Dijo el mago cuando vio a la muchacha estar agachada viendo hacia los animales – Alguien que no veo hace mucho.

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