Thorin y Compañía

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La joven miró al mago con detenimiento, después solo dio un pequeño suspiro y se paró.

Camino hacia su encuentro, mientras él la esperaba. Por alguna razón la joven lo veía bastante divertido, realmente parecía estar disfrutando todo lo que los enanos harían o estarían haciendo ya en la casa del pobre Hobbit.

De hecho... si, él lo disfrutaba.

- Sabes... quizás deberías ocultar un poco esa sonrisita - habló cuando ambos empezaban a caminar - Es muy notorio que lo disfrutas.

- Bueno, este viejo debe divertirse de vez en cuando.

- No es que no te diviertas nunca Gandalf - le recriminó - Estoy segura de que lo sabes.

El mago solo dio un pequeño tarareo y continuó su camino, no le respondió nada a la muchacha.

- Bien... ¿Crees que alguno de ellos pueda saber quien soy?

- Nadie sabe quien eres Alice... Ni yo.

- Me refiero a... la parte elfo y...

- Mantienes bien oculto eso. La verdad no entiendo del todo el odio de Thorin a ellos.

- Técnicamente se sintió defraudado cuando el dragón llegó. - explicó - La verdad puede que tenga sentido desde el punto de vista de un rey... algo como no voy a dejar que mis hombres mueran en una batalla que no se ganará.

- ¿Pero...?

- Pero, tiene una pequeña razón de antes para odiar en especial a algunos elfos... No me quejó, hay que admitir que ese reino era un poco extraño.

- No es extraño solo por el hecho de que te buscaban Alice.

- De todas formas - Lo interrumpió - El Rey suele estar solo pendiente de su pueblo... Insisto, eso tiene de cierta forma razón. Sin embargo, estamos todos en la misma Tierra. Así que si empiezan a caer algunos reinos es obvio que el siguiente podría ser el que proteges...

- Ya no se de que parte estás - susurro.

- Creo que deberíamos ponerle a algunos pueblos algún hechizo de protección... uno fuerte.

- ¿Y cómo son esos hechizos? - preguntó con curiosidad.

- Es como un campo... no, escudo - la joven movió sus manos - cubriría todo el pueblo para que al llegar alguien que quiera atacar no pueda entrar.

- ¿Si?

- Si... sería como - La rubia lo pensó - Como el de Wakanda.

Con esas palabras paró de caminar ¿Qué carajos sabría el mago sobre esa película? Era estúpido explicarlo de esa manera.

- ¿Waka... Wakanda?

- No importa - dijo sin más - No entenderías.

- A veces no entiendo nada de lo que dices - susurro el hombre frente a la pequeña puerta del Hobbit. - Bien, supongo que debemos entrar.

- Claro, si los enanos te dan el paso - Se burlo la joven que se había escondido bajo su capa nuevamente - Yo digo que caerán directo al piso así de amontona...

Sus palabras quedaron en el olvido cuando eso paso, aguanto toda la risa en su interior para conservar su faceta y el misterio de "¿Quién es?".

Pero si alguien viera en su interior, se daría cuenta del hecho de que estaba en el suelo muerta de risa.

- Gandalf - Susurro Bolsón. 

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