Mi postre favorito [Dramione]

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*Día 1: Manzana*

Hermione era feliz con su trabajo, cuando salió de Hogwarts escogió ser profesora de la misma institución porque sentía que tenía mucho más por aprender y enseñar. Estudió pedagogía y desde sus prácticas ya estaba haciendo clases en Hogwarts de Defensa contra las Artes Oscuras, que como siempre era difícil encontrar un buen profesor para esa asignatura.

Se encontró con que Neville también siguió la docencia, esta vez con Herbología. Aunque lo más curioso fue encontrarse con Draco Malfoy en la asignatura de Pociones.

Hermione era la profesora favorita de muchos alumnos, pues era muy didáctica y paciente para enseñar, como en su época del Ejército de Dumbledore con sus amigos.

—Profesora Hermione —se acercó una niña de primer año al final de la clase.

—¿Si Ana?

—Gracias, por ayudarme hoy. Creo que el Patronus es más sencillo ahora, buscando recuerdos felices —le dijo con una gran sonrisa, extendiéndole una brillante manzana verde.

—Muchas gracias Ana, es mi favorita.

La pequeña sonrió y se retiró del salón, dejando a Hermione sola.

Mientras acomodaba sus cosas para ir al Comedor a almorzar. Sintió a alguien entrar. Y sin levantar la vista anunció. —Ana, ve al Comedor o te vas a atrasar para las otras clases.

—Siempre tan preocupada de los polluelos, Granger.

—Malfoy... —dijo en un susurro. —¿Qué te trae por aquí?

—Vengo a buscar mi postre.

Hermione sonrió y apretó los libros contra su pecho.

Draco se acercó a su escritorio y se sentó en él, sin quitarle la vista al rubor en las mejillas de Hermione. Tomó la manzana y le dio una mordida.

—¡Hey! Eso es mío —reclamó la castaña.

—Ya te dije, vengo por mi postre, tengo que mantenerme en forma —le guiñó el ojo en respuesta.

Hermione se volteó y se encaminó a su oficina.

Draco la siguió con la mirada.

—Creo que por acá tengo un postre que le ayudará a mantener la forma, profesor Malfoy.

Draco se levantó rápidamente y la siguió a la oficina. —Profesora Granger, soy demasiado exigente para estas cosas...

—No más que yo, Draco, no más que yo —respondió ella cuando el rubio entró en la oficina. Cerrando la puerta tras él, recibió los ansiosos labios de la castaña sobre los suyos.

—Mmmm... Sabes a manzana, mi postre favorito.

—A mí me gustas tú, Hermione.

Draco se preguntaba qué pasaría cuando en vez de una manzana le trajeran un plátano.... Ufff su imaginación empezaba a volar. Habría que esperar.

Fictober 2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora