𝐓𝐑𝐎𝐔𝐁𝐋𝐄𝐌𝐀𝐊𝐄𝐑 | 𝐃𝐀𝐁𝐈𝐇𝐀𝐖𝐊𝐒 (𝐏𝐀𝐔𝐒𝐀𝐃𝐀)

OO1: Niño estrella.

-¿Takami Keigo, el niño estrella? ¿Me estás jodiendo, Kurogiri?-escupió Dabi con sorna, chasqueando su lengua perforada como si solo decirlo fuese un disparate y miró con burla al mayor.

Oboro suspiró y con desaprobación le devolvió la mirada al estudiante de pie frente a él, o más bien sentado al otro lado de su escritorio como si fuese dueño de todo. Agradecía que al menos el salón estuviese vacío; así nadie más podía escuchar la forma tan informal con la que el pelinegro siempre le hablaba.

Suponía que parte de aquella insolencia era la consecuencia de ser tan permisivo con él, en primer lugar. Pero no era completamente su culpa, le tenía un gran cariño al chico desde hacía muchos años ya; aunque a veces quería mandarlo a volar de una patada y tal vez con el golpe de la caída arreglar un poco ese mal carácter que tenía. O al menos hacerle entender que era su mayor, su profesor de aula, por lo que tenía que respetarlo.

Ah, ¿dónde había quedado el respeto hacia los maestros...?

-Ya lo hemos hablado en varias ocasiones, joven Todoroki, debe referirse a mí como Shirakumo-sensei, soy su profesor-regañó el de cabello celeste, pero no pudo mantener la facha profesional mucho tiempo y terminó por rodar los ojos; a pesar de que ese gesto era tan informal como Dabi-Y sí, hablo en serio, creo que el joven Takami sería de mucha ayuda-

-Sabes que no la necesito-volvió a burlarse Dabi, mirándole con los párpados caídos del aburrimiento por escuchar la misma charla por quien sabe cuántas veces ya.

-Yo lo se, pero ese gran cerebro no sirve de nada si lo sigues desperdiciando como tanto te gusta hacer-dijo Oboro un poco más exasperado que antes, buscando entre sus papeles hasta que encontró lo que buscaba y se lo extendió al chico-¿Miras eso? Son tus calificaciones hasta ahora, si sigues así, tal vez ni siquiera puedas graduarte este año... mucho menos ingresar a una buena universidad-

Al escuchar eso, algo se endureció en la mirada gélida de Touya y se enderezo, pero por supuesto sin levantarse del escritorio que tanto le gustaba usar de asiento para molestar al mayor.

-¿A quién le importa un carajo a qué universidad voy?-murmuró el pelinegro con mal tono, apartando su mirada y apretando sus puños llenos de anillos.

Oboro suspiró y meneo la cabeza, dejando a un lado el boletín de Dabi que él mismo había impreso para tratar de hacer entrar en razón al problemático estudiante.

-A mí me importa, Touya y se que a tu padre también-habló Shirakumo con suavidad, mirando al adolescente arrugar la nariz con desagrado.

Oh, no.

-Si quieres intentar evangelizarme no te recomiendo hablar más de ese jodido idiota, Kurogiri-casi ladró Dabi, pero no parecía tan alterado como siempre que el patriarca de los Todoroki entraba en la conversación.

Oboro maldijo en su mente, cómo había podido olvidar la terrible relación que el chico tenía con su padre. Conocía a Touya desde que era un niño y desde el primer momento que vio moretones en su brazo no perdió de vista al en ese entonces pequeño pelirrojo.

Había hecho todo lo posible para ayudarlo, pero Todoroki Enji era un hombre poderoso y todos sus intentos iban a la basura. Asique, decidió que al menos se encargaría de cuidar a Dabi mientras estuviesen en la escuela y a veces fuera de ella también.

No era algo profesional, lo sabía, pero no podía evitar verlo como a un hijo y se sentía responsable por el rumbo inevitable que había tomado. Ya no era ese dulce niño asustado, ahora Dabi era el que causaba temor y problemas más grandes de los que lo esperaban en casa.

Oboro solo esperaba poder ayudarlo antes de que fuese demasiado tarde.

-Disculpa, no debemos hablar de él, pero sigo teniendo razón-insistió el mayor, reacio a dejar que Dabi se siguiera hundiendo en esa tumba que él mismo estaba cavando-No lo hagas por él, hazlo por ti, ¿no quieres hacer de tu vida algo importante?-