Música de las Esferas

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- Preparación para el viaje interestelar...- A través del intercomunicador celeste, recibía el protocolo de seguridad dictado por la voz eléctrica.
La gran nave ovalada, rugía metalicamente, al elevarse progresivamente hacia la estratósfera, rompiendo frente al cielo.
Miró por la ventana circular, las otras dos naves a su lado, flotantes subían hasta perderse entre las nubes; entremezclandose con las tonalidades suaves del verano, hasta que se desvanecen en el frío abrasador del espacio.

Finalmente, entre las miles de chispas violentas del fuego, vió los destellos de la noche, que se reflejaban en sus ojos aguados. Era el espectáculo natural del universo también lo que la tenía ansiosa, mientras observaba su destino. De un momento a otro, la gran Nova, se convirtió en un cohete, propulsado a gran velocidad. El ambiente tranquilo se había ido, podía sentir las fuertes olas de la Láctea azotar a la gigante de hierro. La turbulencia era soportable, nada de qué preocuparse, le recordó al mareo que generaba el surcar por el océano galáctico.

Hasta que amainó su potencia, y sintió una enorme nostalgia recorrerle el pecho.
Estaba viendo al planeta verde azulado, la Tierra se aproximaba a su visión. Ahora, la esfera verde azulada, era reflejada en dos brillantes gotas de agua que cubrían sus iris, tiñiendolas completamente, mientras temblaban en aquél espejismo. El cristal de sus ojos se llenaba de su paleta acuarela, rompiendolos cada vez que se derramaban, desembocando en dos ríos y sus bifurcaciones.

-Iniciando descenso en 3...2...1 - La omnipresente, volvió para hacerla reaccionar.

Comenzaron las sacudidas, al mismo tiempo que su corazón fue acelerándose. Estaba entrando a la atmósfera terrestre. Entonces tomó el mando, y encendió la radio espacial, probó la frecuencia para llamar a la Sailor.

- Muy bien... Galaxia, dime las coordenadas - Esperó en el silencio, que dejaba el zumbido de la línea muerta, una respuesta, pero sólo se prolongaba su ausencia.

- Galaxia... Estás ahí?- Nuevamente, el zumbido reveló el vacío. Le pareció sentir la soledad del universo por un momento.

Pero el quieto silencio no duró mucho, desde el primer choque que recibió la gran Nova. Las luces comenzaban a parpadear en tonos rojos y azules, al compás de una sirena fuerte que alertaba. Prontamente, sintió sucesivos golpes abollar a la gigante de hierro.

Vió por la ventana una sombra pasar, luego era otra y otra. Parecían fantasmas oscuros, presionando contra ella, apareciendo al mismo tiempo que los impactos.

- Maker! Healer! Respondan! Estoy perdiendo el control de la Nova -

Pidiendo ayuda, a través de la radio descompuesta. Al llamar a sus compañeras, solo podía, oir la intensa sirena constante gritar en sus oidos, y ver como se encendia la nave con las luces de alerta.

Sus ojos se abrieron en espanto, al ver lo cerca que estaba de la firme tierra, próxima a su colisión inevitable. Intentó desacelerar la caída, pero se dió cuenta de que era inútil, el mando estaba dañado, y la comunicación perdida. Sólo pudo cerrar los ojos, al notar que era probable que se estrellara en un río.

Y así, sintió todo el impacto de la Nova contra el agua, rompiendo su suelo, dejando que el líquido se filtre rápidamente. Para no quedarse atrapada, lanzó un ataque hacia la ventana, creando un hueco lo suficientemente grande como para que pudiera pasar.

- Star Serious Laser !- Apuntó con su dispositivo, en forma de estrella, a la ventana quebrada.

El agua estaba refrescante, al parecer, sintió en el ambiente, casi la misma temperatura que tenia su planeta natal, calor. No tardó en salir del río, el cual no tenía una corriente arrasadora por suerte, asi que ahora revisó su comunicador y comprobó que estaba dañado.

Melodía De Los CometasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora