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Luo Wei levantó la cabeza para mirar la luna brillante en el horizonte. Escuchó los aullidos de los muertos que viajaban desde los páramos, sacudiendo los cielos. Se preguntó: si el Palacio de la Luna realmente tuviera inmortales y dioses realmente vivieran en el cielo, ¿qué pensarían al ver a los mortales destruirse entre sí en la tierra? Recuperando estos pensamientos inútiles, Luo Wei montó en su caballo. Al ver que Wei Lan también había montado un caballo detrás de él, le susurró a Ten: "Vamos".

Un grupo de personas corrió hacia el exterior del campamento.

Dentro de la tienda que Luo Wei había abandonado, decenas de cadáveres yacían en desorden. Todos eran soldados de Yan del Norte que habían recibido órdenes de cuidar, pero también de vigilar a Luo Wei. Después de que Ten y los demás los mataron, los arrastraron a la tienda.

Luo Wei y los demás ya se habían cambiado a uniformes militares del Norte de Yan por adelantado. Cuando salieron corriendo del campamento, debido a que los escuadrones circundantes que se dirigían al despliegue fuera del campamento estaban en todas partes, nadie notó a Luo Wei y su equipo.

La salida del cuartel apareció ante sus ojos cuando un grupo de soldados de Eastern Shang bloqueó el camino de Luo Wei y su equipo. El jefe general del grupo ni siquiera miró a Luo Wei cuando preguntó: "¿El Tercer Joven Maestro también quiere ir al campo de batalla?"

Luo Wei apretó las riendas, queriendo detenerse; Wei Lan dijo apresuradamente detrás de él: "No podemos detenernos, adelante".

"Nuestro Gran Príncipe sabía que el joven maestro querría irse hoy, y especialmente este general envió al joven maestro". Al ver que Luo Wei y su equipo no detuvieron a sus caballos, este general de Eastern Shang sacó su espada y la colocó horizontalmente frente a su pecho.

Ya había soldados de Yan del Norte que se apresuraban a informar al general que permanecía en el campo.

El médico imperial Wei vio que los soldados de los Shang del Este ya habían marcado sus flechas y gritó: "¡Tienen arcos y flechas!"

Luo Wei detuvo su caballo. Si cargaban hacia adelante, todos se convertirían en la práctica de tiro de Eastern Shang.

Al verlos detenerse, el hombre pareció algo complacido consigo mismo. Dijo: "No eres un guerrero. Deberías quedarte en el cuartel y estar tranquilo mientras esperas a que nuestro Gran Príncipe y Su Alteza, el Príncipe Heredero de Yan del Norte, regresen victoriosos ".

"¿Por qué nos detendría la gente de Eastern Shang?" Le preguntó el médico imperial Wei a Luo Wei. Con la muerte al alcance de la mano, todavía quería saber por qué iba a morir.

Luo Wei ignoró al médico imperial Wei. No esperaba que Yang Yuansu arruinara sus planes. Pero si pensaba un poco más en ello, si Luo Wei caía en manos de Sima Qingsha y Sima Qingsha sabía que el Gran Zhou quería ocupar la Ciudad de Escarcha Negra, Sima Qingsha definitivamente lucharía con el Gran Zhou. En ese momento, Eastern Shang pudo aprovechar la pelea entre los dos tigres, Yan y Zhou, y ganar Chun Du Pass como quitarle un caramelo a un bebé. Todo el mundo estaba tramando; ahora parecía que Yang Yuansu estaba un paso por delante de ellos.

"Tercer Joven Maestro, por favor regrese", dijo el general Eastern Shang.

"Lo mataré", le susurró Ten a Luo Wei. "Esta persona parece ser un general montado, no debe poder pelear a pie".

"No es necesario", se negó Luo Wei. "Todos ustedes esperan aquí".

"¿Qué vas a hacer?" Wei Lan preguntó apresuradamente.

"Este parece no solo ser pobre peleando a pie, sino también un idiota", dijo Luo Wei mientras urgía al caballo que montaba, avanzando mientras hablaba con el general Eastern Shang: "Entonces, antes de regresar, ¿puedo ¿Intercambié algunas palabras con este general?

Renacimiento: Esclavo abusa de tirano IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora