Estaba paralizada, apenas podía moverme y mis ojos cafés se encontraban detenidos en el tiempo.Él no volvió a decir una palabra, pero sabía que estaba ahí... Muy cerca de mi. Podía percibir su respiración calmada mientras que la mía era un total descontrol.
Pasaron alrededor de 30 segundos, cuando finalmente me armé de valor para voltearme.
Sabía perfectamente lo que eso implicaba: Encontrarme con sus ojos verdes otra vez, y lo hice: Me volteé y allí estaba; de pie, recostado a un árbol.Parecía un soldado de esos de los años 80, todo en él indicaba un caos...
Su mirada intensa disfrutaba perderse en la lejanía del horizonte. Sabía que yo lo estaba mirando, quizás le importaba... O quizás no, en ese preciso momento no estaba lista para saberlo.
Justo cuando el sol comenzó a ponerse desvió su mirada para encontrarse con la mía, expectante y nerviosa.
Debió ser el pequeño resplandor de los rayos de sol que aún iluminaban el patio de recreo, los que hicieron que sus ojos adquirieran una luminosidad capaz de atrapar cualquier rincón de mi alma.
- Por cierto, antes de que puedas preguntarme... Si, me gusta la poesía. Y yo, ¿te gusto? - alardeó riendo.
"Si supieras que me encantas".
-¿No eres muy joven para ser un profesor?- intenté cambiar de tema al mismo tiempo que me levantaba del césped para acercarme a él.
-No me cambies de tema, te hice una pregunta- dijo esbozando una sonrisa.
"Si supiera que cuando sonríe se ve tan lindo...."
"¡Diana, por Dios!.... Vas a enloquecer."
-Yo también te hice una- exclamé intentando esquivar por todos los medios la tediosa pregunta.
-Muy bien... Si respondes mi interrogante te explico el por qué soy tu profesor - sugirió extendiendo la mano -¿Trato?
"Oh Dios, ayúdame... Esto se va a descontrolar."
No me quedó más remedio que extenderle mi mano y aceptar su propuesta.
-Entonces " pequeña choca personas", dime: ¿Te gusto?
-No puede gustarme alguien que ni siquiera conozco, ahí tienes mi respuesta.
"Mentira, mentira, mentira."
"Cielos Diana, ¿qué rayos te cuesta decirle que te mueres por él?"
Mi conciencia todo el tiempo me reprochaba el hecho de haberle mentido a Andrés.
Es cierto que no lo conocía en lo absoluto, pero eso no me impedía sentir cosas por él... Al contrario, el misterio que ocultaba detrás de ese profesor serio y arrogante era lo que me hacía desearlo aún más... Sin embargo lo que había hecho era de cierta forma: "entendible", no podía decirle a mi profesor que estaba locamente enamorado de él....-No necesitas conocerme para enamorarte de mi- insistió con seguridad.
-Ya, claro. Te toca responder, recuerda que tenemos un trato.
-Nunca lo olvidaría- vaciló riendo -Me gradué de Derecho hace poco y estoy ayudando a mi hermano con las cosas de la Universidad.
-¿A tu hermano?
-Si, es el director.
¡Rayos y centellas!
"De las cosas que se entera una."- Vaya... Qué interesante.
-Se que no lo es- corrigió entre dientes -Conmigo no tienes que fingir.
-Me alegra.
Permanecimos los próximos tres minutos en silencio, mirando hacia el mismo lugar.
Ya el sol se había escondido por completo y sentía que era el momento perfecto para irme.
-Me voy- le susurré.
-No lo hagas- me suplicó -quiero que te quedes.
¿Cómo decirle que no a esos ojos?
¿Cómo decirle que no a él?
Era imposible.Abrí la boca para decir algo, pero antes de que pudiera se acercó y presionó su dedo índice en mis labios, haciendo una señal de silencio.
Estaba a solo centímetros de mi, tan cerca y tan lejos... Podía observar lentamente y a profundidad cada detalle de sus ojos.
Se sentía tan bien...
-Me gustas Diana- murmuró sin pensar -Me encantas.
"Pellízquenme... ¡Debo estar soñando!"
"Además, ¡se aprendió mi nombre!"
No tuve mucho tiempo para procesar toda la información porque cuando me di cuenta de lo que estaba sucediendo ya sus labios se encontraban estampados contra los míos, dándome el mejor y único beso que he tenido en toda mi vida.
Era una mezcla de ternura con pasión, así era... Fuego ardiendo y mar en calma.
-Esto... Esto no está bien- tartamudeé alejándome -Tu eres mi profesor, es una locura.
-Lo se, es una locura- confirmó -Tu haces que desee cometer locuras. Perdóname- rogó mientras se retiraba del patio de recreo dejándome sola una vez más con mis pensamientos.
¡Debes estarte volviendo loca, Diana!
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Nota de la Autora :¡Les dije que estaría épico!
No se si pudieron darse cuenta de algunos detalles importantes en la vida de Andrés...
¿Hermano del Director?
¿Saben lo que significa?
Hay muchas cosas que aún desconocen de nuestro misterioso y atractivo protagonista... Si quieren irlas descubriendo poco a poco les aconsejo que se queden.
¡Se sorprenderán!
Besos, abrazos y misterios ardientes :
Lyl G.M
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Ojos de Ensueño
RomanceDiana es una adolescente de 18 años, hija de padres alcohólicos y con una vida miserable. En ese entonces decidió darle un nuevo rumbo a su vida ¡y vaya que ha sido diferente! En esta hermosa historia juvenil podrán encontrar Romance, pasión, desilu...