Amor incondicional

[Capítulo 2]

14 de febrero 2010

Olivia

Me levanto ansiosa, por fin hoy es el gran día, saldré por primera vez a bailar con mis mejores amigos, tengo 15 años y mis padres son muy estrictos en cuanto a mi libertad, solo tengo 3 mejores amigos, Luke mi primo lejano, Jessica que es mi amiga desde la primaria, y mi hermana de otra madre Andrea, nos conocemos desde que estamos en la panza de nuestras madres.
Mi familia está compuesta por mi madre Mónica, mi padre Mario, y la luz de mis ojos, Aurora, mi hermana de 3 años.

Volviendo a la realidad me da miedo este tipo de fiestas, hay cosas muy raras, pero Andrea me prometió que la pasaría genial, que no me dejaría sola así que espero que así sea.
Voy de prisa a desayunar algo ligero y luego debo ir a la escuela.
Mi padre se acerca a mí con un abrazo tierno.

-Princesa debo ir a la oficina pero te prometo que cuando termine con el trabajo voy a buscarte a la escuela y vamos a comprar la torta para tu madre- dice guiñándome un ojo con una sonrisa.

-bueno papá que te vaya bien en el trabajo, nos vemos más tarde- me despido de él y salgo rumbo al instituto caminando, ya que no queda muy lejos.

Al llegar veo que Andrea no está y me manda un mensaje diciendo que se encontró con su novio y no iría a clase.
Amo a mi amiga pero es muy testaruda ,no quiere presentarme su novio dice que es un poco más grande que nosotras pero es el amor de su vida, ojalá nunca me enamore porque dicen que la gente sufre. Me gustaría llevar un matrimonio como el de mis padres pero es difícil de encontrar.

Luego de un par de intensas horas de clase, nos avisan que la última hora estaremos libres porque el profesor no pudo ir, así que decido que es mejor ir a la oficina de mi padre , no sé si tomar un taxi o avisarle a mi madre que me lleve, ya que es un poco lejos. Y como si nos comunicáramos por telepatía, comienza a sonar mi celular.

-Cariño te llamaba para decirte que vamos con Aurora a la oficina de tu padre, le compré un regalo así que quería llevárselo hasta allá - me dice mi madre.

-De acuerdo mamá, yo salí recién del instituto porque faltó el maestro de la última materia y justo estaba pensando en ir al trabajo de papá- le digo yendo a la salida.

-Entonces espérame en la puerta que ya estamos yendo para ahí.

-De acuerdo mami- y Cuelgo.

Hasta ese momento sabía lo que era la felicidad plena, lo tenía todo, padres excepcionales, una buena posición económica, amigos de fierro, estaba todo perfecto, todo color de rosa.

Llegamos a la oficina del trabajo de mi padre y la recepcionista nos informa que estaba ocupado y no quería que nadie lo interrumpiera, pero que podíamos esperar en el pasillo.

Así que sin más preámbulos vamos al ascensor, extraño mucho a mi tía Ángela, ella vive en España pero está demás decir porqué no voy allá.
No podría separarme de mi familia, somos tan unidos que no podría pasar un día fuera de casa. De hecho nunca fui a dormir a casa de alguna amiga.

Estaba pensando muchas cosas hasta que mi madre me saca de este estado.
-Hace unos días ando con dolor en el pecho, como si algo malo estuviera por ocurrir-me dice preocupada.

-¿Discutieron con papá?- últimamente noto que mi padre está distanciado de mamá pero creí que era algo mío, evidentemente estaba equivocada.

-No, pero siento está esquivandome en ciertas ocasiones, no me manda mensajes a cada rato como antes, pero bueno dice que es por el trabajo- me dice con angustia.

Amo a mis padres, espero que este presentimiento que tiene sea algo temporal y todo vuelva a la normalidad. Mientras tanto solo decido abrazarla y decirle que todo estará bien.

-No te preocupes cariño, ya se me pasará, por el momento le compré portarretratos con fotos que nos sacamos en las últimas vacaciones, también compré globos rojos de corazones para que mientras él está en la reunión, nosotras los inflamos los globos, ponle esto a Aurora- 

Me da una vincha roja con corazones. A veces mi madre puede ser intensa, cuando salimos del ascensor vemos que no hay nadie, pero sí escuchamos unos gritos, como  la oficina de mi padre queda antes que el baño tuvimos que pasar por adelante.

En ese momento mi vida cambió y nada iba a ser igual, todo lo vivido se fue por el caño y a partir de ese día iba a comenzar mi peor pesadilla.