Parte 1

911 53 8
                                    

Todo se encontraba en silencio. Era oscuro y frío, se sentía extraño. ¿Qué pasó? ¿Dónde estoy? Rubí sentía como si estuviera flotando en el espacio, donde nada se escucha. La única diferencia era el dolor que sentía en todo su cuerpo. Luego de unos minutos, el silencio es interrumpido por un zumbido y, una vez que este desaparece, es remplazado por voces. No logra distinguir lo que dicen, solo un "va a estar bien". ¿Quién? El dolor proveniente de su cabeza empieza a ser más notorio y un pequeño sonido escapa de su boca. Fue muy suave, casi imperceptible, pero no lo suficiente para evitar que las cuatro personas que se encontraban en el cuarto miraran a la paciente. ¿Finalmente se estará despertando? Las Cárdenas comienzan a acercarse al lado derecho, donde había más espacio; la madre mirando todas las máquinas y objetos como si le fueran a dar una respuesta.

"¿Rubí? Mi piedrita, ¿me escuchas?", le susurra en el oído y siente cómo los dedos de la mano que había agarrado se mueven levemente. ¿Me lo habré imaginado?

El sonido de emoción de su otra hija y Maca diciéndole a su padre que fuera por un doctor, confirman que, efectivamente, no estaba soñando. Su hija por fin estaba despertando.

Maca se mantiene en el rincón de la pieza, donde estaban todos inicialmente conversando. A pesar de la emoción, se encuentra congelada.

Ágata intenta nuevamente, "Rubí... Rubí despierta. Estoy aquí".

Esmeralda se acerca más, posando una mano sobre el hombro de su madre, "yo también estoy aquí sis".

Ambas esperan y ven como ambas manos comienzan a reaccionar. Sin embargo, en el momento que llega el doctor a la habitación, seguido por Sergio y un enfermero, les pide a todos que vayan nuevamente a la sala espera; ya que necesitaban hacer su trabajo y la familia no puede estar presente. Después de tantas discusiones, Ágata logró acostumbrarse a cumplir las ordenes de los doctores y, a pesar de que lo único que quería hacer en ese momento era agarrar la mano de su hija y estar ahí cuando se despierte, le dio un beso en la frente y siguió a los demás fuera de la habitación.

Cuando llegaron a la sala de espera, todos, menos la madre de la paciente, se sentaron. Ágata se paseaba de un lado al otro intentando procesar el momento: después de dos semanas, que sintió como una eternidad; su hija estaba despertando y la podría llevar a casa. Desde el accidente que ha pasado por un gran rango de emociones, razón por la que no se podía quedar quieta en este momento tan importante y esperado. Esmeralda tenía su mano en la de Maca y la acariciaba con su pulgar, mientras observaba el movimiento incesante de su madre. Sergio se encontraba sentado al otro lado de su hija, ambos en silencio. El primero porque aprendió hace un buen tiempo, que todo lo que decía alteraba, enojaba y/o frustraba a su compañía; y la segunda porque se encontraba paralizada. Realmente, nadie podía creer lo que estaba pasando. Todo fue siempre tan incierto.

La mayor de las Cárdenas levanta su mirada cuando reconoce la bata blanca del doctor en su periferia. Detiene sus movimientos por unos segundos y luego se acerca rápidamente a él, "doctor, ¿cómo está mi Rubí?".

Todos miran la interacción con anticipación, esperando que los movimientos de Rubí sean una buena señal.

"Todo parece estar muy bien. Rubí se despertó y está lista para verlas", le dice con una sonrisa. "Eso sí," agrega, "voy a necesitar que se quede, un par de días en observación".

Ágata está tan contenta, que simplemente asiente con una gran sonrisa, le da las gracias y se dirige hacia el cuarto de su hija. El resto siguiéndola inmediatamente. Al llegar a la puerta de la habitación, la madre se detiene e inhala profundamente. Esmeralda, quien tenía su mano entrelazada con la de Maca; se acerca y le acaricia el brazo a su madre, dándole una sonrisa alentadora. Esta vez ambas inhalan y Ágata abre la puerta.

Rubí inmediatamente levanta la mirada para ver quién ha entrado a su habitación y cuando ve a su madre deja salir un suave "¿momy?" junto con un suspiro y una pequeña sonrisa.

Las Cárdenas caminan hacia ella, una en cada lado para darle la mano. Ágata con los ojos llorosos, aliviada de poder ver a su hija sana y salva. "Estoy aquí mi piedrita. ¿Cómo te sientes?".

"Sis, ¿te duele algo?", le pregunta su hermana acariciándole el brazo suavemente.

Maca se queda en su lugar cerca de la puerta, no escuchando realmente lo que decían las Cárdenas. Desde el accidente que se encuentra en shock y este momento no cambia las cosas.

En un principio Sergio sentía tanto preocupación como rabia, pero esta última fue desapareciendo al ver lo mal que su hija se sentía. Ya no hacía nada, no la ha visto sonreír y su apetito disminuyo drásticamente. Maca también le paró de hablar, pero, por lo menos, no lo rechazaba y en estos momentos lo estaba dejando que estuviera a su lado. Así que, mientras Maca miraba a Rubí como si la situación no fuese real, él mantenía su brazo firme- y cuidadosamente al rededor de su hija para darle apoyo y no hacerle daño, ya que ella aún tenía moretones del accidente.

Rubí ignora las preguntas de su familia para que le respondan sus propias dudas, "¿qué pasó? El doctor me dijo que estuve en un accidente, pero no me contó más detalles".

A su madre se le escapa una lágrima y le cuenta de forma general lo sucedido, "tuviste un accidente en auto y hace dos semanas que estás en coma, pero ahora todo esta bien. A pesar de las heridas graves, los doctores han visto una recuperación rápida".

Al mencionar el accidente, Maca vuelve a la realidad y se enfoca en lo que están diciendo.

Rubí se siente muy confundida ¿auto? "¿Qué auto?".

Esmeralda, con sus comentarios tan desatinados responde, "sipo. Todos nuestros seguidores están muy preocupados por ti but don't worry, con el Carli hemos estado dándoles contenido de tiktok", lo que claramente no explica nada y deja a su hermana igual de confundida.

Maca no puede más y se le escapa un sollozo. Las Cárdenas miran como Rubí examina la habitación y encuentra a dos intrusos.

"Tú... tú erí la que me sigue en instagram" señala con cara extrañada.

Rubí no entiende qué hacen ellos dos aquí, pero, al ver el parche en la frente de la joven; asume que vino hoy al hospital y, como buenos vecinos, pasaron a verla.

"¿También estuviste en un accidente?" le pregunta preocupada.

Al darse cuenta de lo que estaba pasando, Maca vuelve a su estado de shock y no logra responder.

La habitación se queda en silencio por unos segundos, hasta que Ágata decide ayudarla. Mira a Maca con lástima y luego le explica a su hija, "es que estaban juntas con la Maca cuando ocurrió el accidente, mi amor".

Las palabras de su mamá la dejan aún más confundida. ¿Por qué nadie podía decir algo que tuviera sentido? "No entiendo, ¿por qué estaría con ella?".

Ágata abre la boca para decir algo, pero Maca se repone y la interrumpe. "Es que me estabas ayudando a escapar de mi casa", mira a las otras Cárdenas como si les estuviera intentando decir algo y luego vuelve a fijar su mirada en Rubí, "nos juntamos un día en tu casa, te conté que era lesbiana y que mi papá no me aceptaba, y que no sabía que hacer. Tú me sugeriste que me escapara para ser libre y feliz".

Las dos mujeres observan a maca, mientras su padre baja la cabeza en vergüenza. Todos estaban perplejos por sus palabras. ¿Por qué mintió? ¿Por qué omitió información tan importante?

Sin percatarse de las miradas que los otros se daban entre sí, Rubí satisfecha con la historia y con una sensación de felicidad, señala "ah wena. Somos amigas entonces".

Con dolor en su corazón y una sonrisa falsa en su rostro, Maca responde "sí".

No Me Olvides (rubirena)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora