Sergio se sorprende cuando ve a su hija entrar por la puerta. Siente como si hubiese pasado un siglo sin ver su sonrisa. Sabe que gran parte de eso es su culpa. Desde que Macarena le dijo que era lesbiana, él la ha hecho rabiar de diferentes formas.
Para el padre, Maca siempre ha sido una niña un poquito enojona, con un carácter fuerte, el cual heredó de su madre. Sin embargo, Sergio generó situaciones que la hicieron llorar, enojarse, frustrarse; muchos sentimientos negativos que él no se esperaba.
Después de discutir con su hija nuevamente el día del accidente porque ella lo culpaba de todo lo malo que había sucedido, Sergio decidió apoyarla y guardarse los comentarios en esa situación tan incierta para el futuro de Rubí. Al principio, Maca dejó que su padre se acercara, ella necesitaba gente que le diera cariño y apoyo más que nunca. Sin embargo, el día que despertó la joven Cárdenas, el padre comenzó a notar el distanciamiento de su hija. Veía como Jose se mantenía a su lado, por lo que la dejó tranquila. No quería que Maca se sintiera presionada por él otra vez y, además, de vez en cuando la menor lo actualizaba sobre el día de la mayor.
"Hola mi amor... ¿dónde estabas? Saliste un buen rato". Sergio sabía que Maca había ido a visitar a Rubí, su otra hija le avisó, pero pensó que tal vez hacer un poco de conversación disminuiría la tensión que había entre ellos.
La sonrisa de la joven desaparece y su rostro vuelve a tomar la expresión que su padre se ha acostumbrado a ver este último tiempo: ceño fruncido, mandíbula tensada y una mirada fría, casi como el acero, defensa que tiene como fin tanto intimidar como evitar el paso a sus pensamientos. Pero si uno pone mucha atención, aún puede ver lo que Maca ha estado sintiendo desde que se despertó rodeada de humo junto a su polola sentada inconsciente a su lado en el vehículo: tristeza y cansancio.
Maca piensa en ignorarlo e ir a su pieza, no quiere arruinar el buen momento que pasó hoy con Rubí. Sin embargo, decide responderle porque no quiere más discusiones. "Donde la Rubí", dice de forma cortante.
Sergio asiente lentamente sin saber qué decir. Su mirada se fija detrás de la joven al percatarse de la pequeña que está observando la interacción. Vuelve a mirar a la mayor y agrega "espero que lo hayan pasado bien. ¿Cómo está?", pregunta sonriendo levemente.
No es como si le gustara que su hija se haya enamorada de una mujer y menos que pase tiempo con ella, pero la culpa lo obliga a hacer cosas que antes no hubiera hecho. Y después de ver felicidad en su hija de nuevo, definitivamente iba a tener que esforzarse realmente en cambiar.
"Mejor", nuevamente cortante, mirando extrañada a su padre.
Cuando el silencio se pone incómodo, Sergio no sabe qué más decir o hacer y Maca está a punto de retirarse; Jose anuncia su presencia y salva el momento.
"Maca ya estás devuelta", saluda a su hermana y la abraza. "Ven", le indica guiándola hacia la cocina, "¿has comido algo? La Javi hizo una tortita muy rica".
La hermana mayor detiene a la menor cuando va a abrir el refrigerador. "Gracias, pero no tengo hambre. Creo que solo quiero dormir en estos momentos".
La pequeña Correa no le discute y le agarra nuevamente la mano, esta vez en dirección a la pieza que comparten. "Bueno, pero nos acostamos juntas y yo te hago cariñito", plantea con una sonrisa. No es pregunta y sabe que la otra joven no se lo va a impedir.
Jose espera que Maca se prepare para ir a la cama, deja que ella entre primero para salir sin dificultad cuando su hermana se quede dormida y luego la sigue. La mayor de las Correa apoya su cabeza en el pecho de la menor. Está exhausta y su cuerpo le pide descanso, pero su mente está intranquila. Esta vez, por suerte, lo que la mantiene activa no es pensamientos del accidente, sino que la tarde que pasó junto a Rubí. No puede sacarse de la mente su bella sonrisa y el hermoso sonido de su risa, que anheló por tanto tiempo volver a escuchar.
Maca siente una mano de su hermana recorriendo su columna en un ritmo que la tranquiliza, mientras el pulgar de la otra acaricia la suya. Se intenta enfocar en el sonido de los latidos de su hermanita, agradecida por su compañía y apoyo incondicional.
Un buen tiempo pasa y Jose siente un mayor peso departe de su hermana, confirmando que por fin se quedó dormida. Le da las gracias al Señor por cuidar a su hermana y escucharla cuando le pidió un buen día con su polola. Si la junta salía más, no sabía qué iba a hacer con su hermana. Maca no ha comido ni dormido bien y eso la tenía muy preocupada, a veces la tenia que obligar, pero ahora espera que los días vayan mejorando.
Cuidadosamente quita el brazo que tiene encima, y levanta la cabeza de la otra joven para colocarla lenta- y suavemente en la almohada. Una vez lograda la misión con éxito, asegurándose que su hermana siga durmiendo, se arrodilla al frente de la cama y comienza a rezar como lo hace todas las noches. Cuando termina, mira a su hermana por última vez y sale despacito de la pieza para ir a cenar con su padre.
***
Maca abre lentamente sus ojos. Toma un poco de tiempo que su vista se acostumbre a la oscuridad de su habitación, pero cuando lo logra, ve un bultito en la cama del frente. Agarra su celular y ve la hora 3 am. Maca suspira y se vuelve a acostar para volver a dormir. Está a punto de cerrar sus ojos cuando escucha un llanto. Se levanta un poco y observa la silueta de su hermana nuevamente, la cual está tranquila. Al acercarse a ella, ve el suave movimiento de su cuerpo al inhalar y exhalar.
La joven piensa que se imaginó el ruido y cuando da la media vuelta para regresar a su cama, lo escucha de nuevo, esa definitivamente no es la Jose. Respira para tranquilizarse y sale de su pieza siguiendo el sonido del sollozo. Al llegar al living ve la silueta de una mujer en el sillón, una mujer cuyo cuerpo se agitaba al ritmo de su llanto. Siente escalofríos que recorren su espalda y luego se extienden a todo su cuerpo. Su sistema de alerta está a punto de decirle que corra cuando, de repente, su mente le dice que ella conoce esa silueta.
"¿Rubí?", pregunta acercándose a la joven, "¿qué hace aquí? ¿Cómo entraste? ¿Qué pasó?".
Maca escucha que la otra mujer responde algo, pero el volumen de su voz es tan bajo que no logra escucharla. "¿Qué dijiste?"
Rubí está a punto de responder cuando se escucha un ruido del pasillo. Maca se da vuelta por unos segundos por reflejo y al volver a fijar su mirada en su polola, Rubí ya no está.
Qué está pasando... "¿Rubí?"
Humo comienza a entrar por debajo de la puerta principal y llena rápidamente. Maca se para apresuradamente, pensando que hay un incendio en el edificio y tiene que ir a buscar a su familia. Su cuerpo se paraliza al sentir una mano en la suya y al girar para investigar quién es el dueño, se encuentra con la cara ensangrentada de su polola.
Maca quiere gritar, pero no le sale la voz.
"Es tú culpa", le dice, "gracias a ti, a tú papá casi me muero. Por tú culpa tuvimos el accidente". Rubí posa sus manos en su cuello y empieza a apretar "no te quiero más en mi vida".
Maca siente como se está quedando sin aire e intenta luchar, pero la otra joven es más fuerte. Y luego todo negro.
***
La Correa mayor se despierta agitada, sudando y con lágrimas en sus ojos. Es mi culpa, es mi culpa, es mi culpa. No sabe qué hacer para tranquilizarse. Con manos temblorosas agarra su celular y le responde a Coté, a quien veía como una posible amistad, "acepto tu oferta. ¿Podemos hablar mañana? Necesito alguien con quien desahogarme".
Con toda la energía que tiene, camina hacia la cama de su hermana y sin despertarla se acuesta a su lado. Se queda mirando el techo, sintiendo a su hermanita acurrucarse con ella. Todo va a estar bien, se intenta convencer.
N/A: ¿lento, pero seguro? La verdad es que no sé qué estoy haciendo y los últimos capítulos de EC me desanimaron un poco, pero, de nuevo, voy a terminar este fanfic. Da igual cuánto me demore, juro que lo voy a terminar. Vuelvo a pedir paciencia porque tengo trabajo y la creatividad me cuesta un poco mucho.
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No Me Olvides (rubirena)
RomanceDespués del accidente en Cajón del Maipo, Rubí pierde la memoria y Maca decide no contarle que están juntas. Sigo sin tener idea de cómo escribir una historia, pero sigo dando mi mejor esfuerzo. Así que, les dejo la trama del accidente que nadie qui...