One - shots (Chaennie)

Koala

─ Todos suenan como tú, Rosie.

─ No, no es así, también tenemos diferentes acentos.

─ No lo creo, creo que todos suenan como tú.

─ Estoy de acuerdo.

─ Yo también. Pero sus voces no son tan agradables como la tuya.

─ El hecho de que estemos en Australia no significa que todos sonemos igual.

─ Eso es lo que todos dicen.

─ Yo no les digo que todos en Tailandia o en Corea suenan como ustedes.

─ Es un cumplido, Rosie Posie, sabes cuánto me encanta escucharte hablar inglés. ─Jennie se inclinó y besó la mejilla de la australiana mientras la camioneta continuaba dirigiéndose hacia su próximo destino.

─ Estoy muy emocionada, pero realmente decepcionada de que no hayamos visto ningún koala, canguro o pájaro kiwi todavía.

─ No hemos salido de la carretera, Lisa, y además, los pájaros kiwi viven en Nueva Zelanda, no en Australia.

─ Espera, ¿es por eso que a los neozelandeses se les llama kiwis? ─Jisoo puso los ojos en blanco, Lisa era la persona más inteligente y estúpida que conocía─. Wow, eso explica muchas cosas. Oye, Rosie, ¿podemos llamarte Kiwi entonces? Eres un Kiwi, ¿verdad?

La vocalista se encogió de hombros. ─ Sí, supongo que lo soy. Quiero decir, todavía soy ciudadana de Nueva Zelanda, simplemente no he vivido allí durante mucho tiempo.

─ Apuesto a que Jennie te llamará Kiwi en la cama, ya sabes, ya que son nocturnos y todo eso.

─ Eso no tiene sentido, Chu.

─ Claro que sí. ─Sonrió burlonamente a las dos chicas─. ¿Recuerdas ese peluche de kiwi que alguien te dio? ¿Eso hizo un sonido? Son ruidosos por la noche, al igual que Rosé.

Rosé se sonrojó y Jennie sólo ignoro el comentario de su amiga y decidió cambiar de tema.

─ No nos has dicho nuestros planes para hoy, Rosie.

─ Porque es un secreto.

Jennie le dio los mejores ojos de cachorrito que pudo reunir. ─ Pero soy tu novia. Acordamos no ocultarnos nada.

─ No te lo voy a decir, lo verás pronto. Les prometo que todas lo disfrutarán. Aunque hará mucho calor, así que será mejor que hayan traído un abanico y un sombrero.

─ Jennie debió traer aire acondicionado y un montón de agua con gas.

─ ¡Ya, Lisa! ─La castaña golpeó juguetonamente a la chica más joven que se reía de su propia broma─. Si no te detienes, te cortaré el flequillo.

─ ¡Rosie! ¡Controla a tu mujer!

─ No me metas en esto, estás sola.

Jennie le sonrió con malicia a Lisa antes de acurrucarse al lado de Rosé, satisfecha con la respuesta de ella, mientras que Lisa se aferraba a su flequillo, asustada de despertarse un día y descubrir que se había ido.

─ ¡Ya casi llegamos! ─chilló Rosé de repente cuando el coche subió las colinas fuera de la ciudad─. Bien, información rápida, hoy vamos a encontrarnos con un animal que es extremadamente peligroso. Son temidos por muchos, sus colmillos solo son rivalizados por sus garras, atacan de la nada, y deben estar alerta cuando estén cerca de ellos. Podremos sostenerlos, pero hay que tener cuidado. ─Su voz era baja, lo que se sumaba a la gran tensión en el auto mientras las otras tres chicas intentaban averiguar qué estarían sosteniendo exactamente ese día.