¿Qué pasaría si Izuku se fuera de su línea temporal?, ¿qué caos se podría originar?. Midoriya Izuku era un feliz estudiante de la U.A., sus días junto a Dabi, Shigaraki y Chisaki eran siempre una fiesta pero ¿por qué de un momento a otro está en un...
Era un día normal en la U.A., los alumnos de 2do año se encontraban en clases como era costumbre con una paz que era extraña. Los gritos de Bakugo no estaban y había una buena razón para ello, el chico no se encontraba de humor para demostrar enojo o molestia, sólo tristeza y penumbra. Todos hubieran seguido en aquel ambiente deprimente de no ser por el azote que sufrió su puerta de curso.
-¡Un desconocido se infiltró! -dijo alarmado un guardia al profesor encargado de la clase de héroes.
-¡Todos prepárensen! -ordenó el mayor a sus alumnos, quienes a pesar de no estar de ánimo acataron las órdenes.
Luego de 5 minutos la clase entera se encontraba en las afueras del edificio, un lugar extraño para que alguien se pudiera infiltrar ya que todo era sumamente protegido.
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Su cabeza dolía como los mil demonios, al igual que todo su cuerpo luego que regresó un poco su consciencia, los rayos del sol en su rostro lo obligaron a cerrar sus ojos por unos segundos hasta acostumbrarse a la luz. Por un largo instante no supo dónde se encontraba hasta que los recuerdos golpearon su mente y con ello se levantó de un salto, su respiración era errática y el pánico comenzaba a apoderar su cuerpo. Esto no podía estar pasando, aquello debía ser una mala broma.
Pasos rápidos y gritos lo hicieron ver a una dirección específica, ver aquellos rostros sólo lo hicieron asustar más. Rápidamente cubrió el suyo con su capucha y estaba listo para activar su quirk si era necesario.
-¡¿Quién eres y qué haces aquí?! -fue el primero en preguntar Aizawa.
El joven no respondió y aquello molestó más al azabache.
-¡Responde bastardo! -gritó esta vez Katsuki.
Esa voz era inconfundible para él y eso era lo que más dolía.
-Sensei deje que yo me encargue.
Al escuchar a aquel pelimorado no pudo más que levantar su rostro y con ello los héroes bajaron su guardia.
-No puede ser... -murmuró Uraraka.
-¿Es un sueño...? -le siguió Iida.
-Pero si tú estás... -dijo Todoroki shockeado.
-Muerto. -acabó la frase Bakugo con gran dolor.
-Midoriya... -murmuró Shota.
¿Qué estaba pasando?, ¿quién era ese chico idéntico a su amigo? aquel joven que hacía tan sólo unos meses falleció a manos de la Liga de Villanos, al cual no lograron salvar, al cual extrañaban día y noche sientiendo como la culpa los carcomia por dentro. Debía ser un sueño, una horrible pesadilla.
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Los segundos pasaron, parecieron ser horas para todos los presentes pero nadie se movía de su lugar. Luego de debatirse mentalmente Katsuki caminó determinado al chico que aún se ocultaba tras esa capucha pero al estar tan sólo un metro cerca de él una extraña espada se posó en su cuello.
