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Yugyeom llevó apresuradamente a Bambam a su habitación. 

Mantuvo sus brazos alrededor de la cintura del delgado joven, pero a Bambam le gustaba retorcerse y cuando Yugyeom casi hizo que el hombre se golpeara la cabeza contra la pared, lo bajó por un breve instante para poder asegurarlo, sosteniendo al hombre pecho contra pecho esta vez, con los muslos de Bambam agarrados a su cintura. 


―Eres malo. No puedes quedarte quieto― dijo Yugyeom.Bambam simplemente le sonrió. 


 ―¿Y qué vas a hacer al respecto?― le preguntó, empujando su pelvis hacia adelante para que Yugyeom pudiera sentir su polla.Una experiencia bastante placentera, pero con el primer incierto beso, su mente realmente explotó. Ese beso se convirtió en algo mucho más erótico y se llenó de muchas más promesas cuando Bambam incluso empujó su lengua en la boca de Yugyeom para explorar. 

Mierda santa, Yugyeom tuvo problemas para conseguir ordenar sus pensamientos.Su lobo quería salir. Lo sintió justo debajo de la delgada superficie de su piel, empujando contra él, deseando el contacto y la atención amorosa que Yugyeom estaba recibiendo.Bueno, eso era condenadamente malo. Yugyeom no estaba precisamente en la cosa de tener sexo en su forma de lobo, y dudaba que Bambam gozara de ello, teniendo en cuenta que no podía cambiar. 

Le dijo a su lobo que se sentara y quedara quieto, y luego volvió a lo que estaba haciendo.Tenía los ojos cerrados mientras dejaba a Bambam hacer lo que quisiera con él. Olió el aroma de pre-semen ya en el hombre, más fuerte que lo que lo había olido esta mañana cuando Bambam había despertado y hecho su parada en el baño para limpiarse.Mierda. Bambam iba a ser su muerte. ¿Cómo demonios podía existir algo tan bueno? 

Yugyeom se dirigió ciegamente hasta su cama, apoyándose en la memoria muscular confiando en que sus piernas supieran a dónde ir. Cuando sus rodillas tocaron el colchón, cayó encima de él. Bambam se rió mientras su espalda rebotaba en las sábanas, que todavía estaban desordenadas y se veía perfectamente contento de ser intercalado entre la cama y Yugyeom. 


―He querido tocarte desde que te vi por primera vez― dijo Yugyeom.Al segundo de que las palabras salieran de su boca, pensó que podría ser demasiado, demasiado espeluznante para que alguien como Bambam escuchara.Cuando abrió los ojos, Bambam le sonrió. Casi literalmente, como si su piel se hubiera iluminado por el cumplido. 


―Me alegro. Por lo menos ahora no me siento como un pervertido por desear al chico al que traté de robar.―Yugyeom se rió entre dientes, y se inclinó para otro beso. Esta vez, cuando Bambam abrió la boca, Yugyeom empujó suavemente su lengua hacia delante para tomar lo que se le ofrecía. Fue suave y tranquilo en su enfoque, pero no estaba pidiendo permiso, no estaba duplicando y triplicando la verificación para asegurarse de que Bambam estaba bien con esto. Su lobo tenía suficiente control para que el doble control hubiera sido imposible, pero eso no importaba de todos modos puesto que ya tenía ese permiso. No estaba dispuesto a perder el tiempo pidiendo por más. 

Las manos de Bambam temblaban ligeramente, lo que era un poco preocupante, pero también tenían curiosidad, y exploró el cuerpo de Yugyeom completamente. Sus manos fueron hasta la parte inferior del cuello alto de Yugyeom y se deslizaron dentro, sus dedos cosquillearon a lo largo de la carne desnuda de la espalda de Yugyeom.Yugyeom suspiró contra el beso. Contacto piel con piel. Eso es lo que había estado queriendo tan mal todo este tiempo. Ahora que lo tenía, envió sacudidas hacia su polla y pelotas e hizo doblar sus dedos y empujó sus caderas contra Bambam, sintiendo el duro bulto de su polla a través de los pijamas que vestía. 

dulce con orejas ; YUGBAM; 3er libroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora