Adherida tal vez a Paseo de la Reforma, y teniendo como camino de salida uno que particularmente lleva hacia la calle de Francisco Coss y, formando un ángulo recto, una segunda salida que llevaba esta vez al Blvd. Nazario Ortiz, teniendo de vecina la tan aclamada Ciudad Deportiva, en sus interiores se alzaba, ni tan majestuosa y ni tan apocada, la Escuela de Bachilleres Dr. Mariano Narváez Glz. T.M.
Eran las 9:45 de la mañana, y en el salón 3, puesto en el edificio "B", y sentado, con la sensación de estar en los límites de la ciudad, cabeceaba y entrecerraba sus pesados ojos, en presencia de su profesor en turno. De estatura promedio, ancho, calvo y carismático desde ciertas lupas, el buen hombre no paraba de hablar, como su clase lo demandaba, y una vez que tomaba un tema debía concluirlo luego de una larguísima explicación y un intento de profundizar en él, divagando y alejándose de la clase misma.
No era ésta la hora perfecta para quedarse dormidos en clase, ni la imperfecta para desear que quince minutos pasaran tan rápido como un segundo. Una alumna, algo irritante e insufrible para el resto del grupo, levantó la mano, una vez más, y como de costumbre, al oír de su profesor una frase algo polémica a su ver:
"No sabe que existes, por obvias razones si tú vives en Dinamarca y él o ella en Alemania"
Repicó su inconformidad con el ejemplo puesto sobre la mesa. No veía razón en hablar de dos países, uno extinto y el otro en decadencia, o eso decía ella.
— Lo que tú no sabes es que Dinamarca aún existe —los ojos de la chica casi salen botados— y Alemania, bueno, ahí si tienes algo de razón, pero no puedes hablar sobre Dinamarca si no sabes que existe. Y ese es el punto. Tú, joven —dijo, posando su ancha mano derecha sobre la mesa de Austio, quien dio un respingo y lo miró con desconcierto— ¿qué entiendes tú por "discriminación geográfica"?
Al instante no supo qué responder, y estuvo un par de minutos cavilando en una respuesta que parecía obvia, y esa misma obviedad le impedía usarla, por lo absurdamente fácil que resultaba la respuesta.
— ¿No? ¿nadie? —inquirió el profesor, y esperó alguna respuesta de quien fuera capaz de darla, y sin obtener nada, añadió— para que se lo sepan —hizo un paréntesis— pregunta de examen —y continuó— la Discriminación Geográfica habla de que una persona que vive en determinado sitio del mundo, de este o de allá arriba —y señaló adonde él creía que se hallaba el Paso de la Luz I, que conducía a Roosdalia— ignora la existencia de otra persona viva en otra parte de cualquier mundo.
Austio no pudo evitar poner cara de extrañeza al escuchar su propia respuesta, directo de los labios del profe. Agnot, quien en el mesa-banco de atrás de Austio escuchó la respuesta, se dio una palmada en la cara, y se le acercó al oído:
— ¿no resulta obvio por el mismo nombre? —Austio solo pudo asentir, por miedo a que el profe los escuchara cuchichear.
— Tal vez les haya resultado obvio por el nombre —continuó el profe— pero al oír la definición en sí, ¿no les parece ridículo? Ha habido demandas porque, por ejemplo, alguien de Roosdalia se sentía ignorado por una chava cualquiera de la Tierra, y esta acabó pagando el precio de algo que nunca hizo. Bueno, si le sumamos que el chavo era de Vagelor, en Ostaragion (no recuerdo cuál era la ciudad, pero ahí tienen estado y país); pues cómo no le iban a hacer caso. El sujeto era millonario. Y ni tan chavo. Tenía por lo menos setenta y cinco años de edad, cuando tuvo la ocurrencia. El chico risueño de aquella esquina no me dejará mentir —dijo señalando a un joven alto, robusto, rellenito y con muchas lonjas. El chico se percató del llamado del profe, y luego— ¿cuántos años tienes, mi estimado?
— Tengo veinticuatro años —la chica irritante volvió a pelar los ojos.
— Pero si te ves como de nuestra edad —dijo.
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El Anillo - Historia de la Segunda Guerra parte 1
Mystery / ThrillerEn una aparentemente pacífica Saltillo, ciudad en un valle, Austio Rivartinez es dueño de un antiguo Anillo al cual se le atribuyen energías y habilidades mágicas, que despiertan el potencial oculto de cada individuo según sus rasgos de la personali...