Capítulo 4: Shun Kaido (CCIV)

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Pensamientos

Eran las seis de la mañana cuando la alarma del cuarto de Shun sonó

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Eran las seis de la mañana cuando la alarma del cuarto de Shun sonó.

—Cinco minutos más...— murmuró adormilado y acurrucándose en las sábanas de su cama.

Pero la alarma seguía sonando así que dirigió una de sus manos hacia dicho aparato y lo apagó. Una vez hecho eso se movía en su cama para encontrar una posición cómoda; una vez la encontró, recordó que por un tiempo estaría solo en casa.

Y por mas que quisiera faltar a la escuela no podría hacerlo y era porque si lo hacía su mamá se enteraría, y no quería que lo regañara o peor aún lo castigara estudiando más.

Sin más remedio se levantó de su cama con pesadez, se estiró un poco y bostezó dirigiéndose al baño. Hizo sus necesidades y se puso sus lentes de contacto.

Esta vez no se me olvidará ponérmelos.

Se miró en el espejo unos segundos.

—Saiki-kun— dijo para después suspirar y cuando se dio cuenta de lo que hizo abrió los ojos de la sorpresa y se sonrojo fuertemente —¡¿P-p-por qu-qué?! ¡Estoy haciendo esto!

No, no, no, no me niego a que Aren tenga razón porque no la tiene...

Se hecho agua nuevamente en la cara para alejar esa idea y bajar un poco el sonrojo. Hecho eso salió del baño, busco un uniforme limpio, tiene uno para cada día, y lo empezó a planchar.

Mientras lo hacía pensaba.

¿Qué debería llevar para el almuerzo? sonrío ¡Ya sé! Haré onigiris y salchichas en forma de pulpo será un rico almuerzo.

Al terminar de plancharlo. Se quitó la pijama hasta quedar en ropa interior, esta era color blanca con un estampado de un par de alas negras, y se miró en el espejo de cuerpo completo que tenía ahí, empezó a recorrer lentamente su cuerpo con su mano e hizo una mueca de desagrado.

Algo que nadie sabe acerca de Shun es que le desagrada un poco su cuerpo. No le agradaba el tener facciones "delicadas", como le decían sus compañeros el año pasado, y había veces en el que le comparaban con una chica eso hacía que todos en la clase se rieran de él. Y el hecho de ser el más bajo de su clase no ayudaba en nada, y ni hablar de su físico, no importaba si comía mucho o hacía ejercicio este parecía no cambiar, eso lo hacía frustrarse demasiado.

Dejo de mirarse en el espejo y se puso rápidamente el uniforme.

Ya con el uniforme puesto, se dirigió a la cocina. Haría su almuerzo y el que le daría a Saiki.

 Haría su almuerzo y el que le daría a Saiki

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