La historia del ninja que vive lejos de la aldea.

1.1K 119 3
                                    

Un rugido interrumpía el silencio de la noche, el fue hacía presencia en una de las aldeas más poderosas del continente  elemental, el motivo? El Kyubi apareció de la nada en medio de Konoha y estaba arrazando y destruyendo todo lo que había en su camino.

Los animales del bosque corrían lo más lejos posible de la aldea, la sensación de muerte se extendía varios kilometros a la redonda.
El sonido de madera siendo partida se escuchó en medio del bosque, oculta en la profundidad del bosque se puede ver una pequeña cabaña que había visto tiempos mejores, algunas ventanas rotas, la puerta con agujeros, y una chimenea que se encontraba emitiendo humo.

-"como siempre, son demasiado revoltosos"- habló un hombre de larga cabellera rubia depositando leña en una caja, levantó la vista mirando en dirección de donde venía la intención asesina -"Al parecer algo grande está sucediendo, pero como siempre los grandes y fuerte ninjas de Konoha demostrarán su poder"- murmuró ingresando a la cabaña, el interior era acogedor, se encontraba mejor de lo que uno podría suponer, muchos objetos antiguos pero todos bien cuidados, y varias fotos de distintas personas que rodeaban un kangi escrito en un pergamino "Yozora" era lo escrito, ese era su apellido, ese era su clan, un clan de personas con habilidades especiales, guerreros de las sombras, criados y formados al límite entre la vida y la muerte, sin problemas para matar pero con muchos problemas para poder vivir, ya que fueron perseguidos y cazados para poder recrear y robar sus conocimientos, pero eso fue imposible y es imposible, no temían morir por el clan. El hombre miró la foto sobre el pergamino, el último líder de clan, su padre, un hombre con un autocontrol a toda prueba, ninguna situación lo sacaba de quisio, incluso el día que los anbus del Hokage vinieron por el ya que se negó a -"Defender a Konoha en la segunda gran guerra ninja"- pero en el fondo solo fue una farsa para poder reforzar la aldea después de la disminución de la fuerza ninja, pero no obtuvieron lo que querían, después de ese día no vio más a su padre, lo más seguro es que murió como los demás, desde ese día juró ser más fuerte como fue el consejo de su padre, respetó la voluntad de el pero solo una vez falló y fue una mujer quien lo hizo equivocarse, la misma que lo dejó por el heredero de uno de los clanea mas influyentes de la aldea después de la desaparición del clan Senju en Konoha, la historia era muy larga pero demasiado aburrida -"Ojalá y no mueran demasiados"-.

Konoha.
La situación no podía ser más adversa, pero almenos los civiles y los genin ya estaban en los refugios, la fuerza militar de la aldea ya había sido reducida en un treinta por ciento, sobre  uno de los techos se puede observar a uno de los  ninjas de más renombre, Hiruzen Sarutobi estaba respirando condificultad observando al zorro demonio y tratando de generar una estrategia para sacarlo afuera de los muros, pero como un humano podría hacer retrocoder a un ser con el poder lo más cercano a una deidad. Algo llamó su atención, como el zorro levantó la vista y desde el cielo venía descendiendo un gran sapo de color rojo con un haori negro y con una navaja en mano, el zorro fue aplastado, una gran polvareda se levantó, los ninjas retrocedieron y todos esperaron que se disipara revelando ... nada.
-"Ya era hora Minato"- suspiró Hiruzen, aunque la destrucción solo revelaba que lograron salvarse por poco.

-"Hokage sama"- un anbu aterrizó detrás del Sarutobi.

-"Habla Ryu"- respondió Hiruzen, mientras Enma desparecía en una explosión de humo.

-"Debe ser revisado señor, utilizó demasiado chakra"- Hiruzen exhaló y bajó un poco la cabeza.

-"Que sea rápido, debemos ir con Minato"- el anbu asintió y ambos se retiraron, habían personas encargadas para actuar en estas situaciones.

De regreso al bosque.

El hombre se encontraba moviendo las brazas, su mirada estaba centrada en las llamas pero su mente estaba en otra parte -"Nunca confíes en nadie, una vez que las personas descubran tu habilidad te buscaran, te cazaran y te utilizaran, en este mundo solo los más fuerte pueden establecer las reglas del juego, se fuerte, no te distraigas"- fue el consejo de su padre, una chispa en el fuego lo hizo reaccionar, el fastidio se hizo presente en su rostro.
-"malditos espías, es que no saben lo que es sigilo?"- se preguntó poniendose de pie y retirando el largo abrigo que estaba utilizando y lo dejó en el respaldo de una silla, ahora estaba vestido con ropa jounin pero todo de negro incluída las vendas, se acercó a un mueble más largo que ancho con los vertices metálicos, abrió la puerta y reveló muchas armas, espadas, cuchillos, katanas, tanto, espadas cortas, ninjato, kunais, kunais, tomó un ninjato y dos kunais, acomodó sus armas y salió de su cabaña.

Después de una hora, Hiruzen y su escolta anbu llegaron al lugar donde fue percibida la presencia del zorro por   el sensor del grupo antes que desapareciera de golpe, tirados en un gran claro en el bosque estaban dos personas adulta y un bebé que lloraba con fuerza manchado con la sangre de sus padres, Minato Namikaze y su esposa Kushina Uzumaki ambos con un agujero en el abdomen desangrandose, el grupo se apresuró para tomar al bebé y llevar consigo a los salvadores de Konoha.

Estaba amaneciendo y con ello los rayos del sol permitieron ver el resultado de lo sucedido anoche, poco quedaba en pie para poder utilizar como hogar, todo se perdió.
Los anbus y jounin que no estaban gravemente heridos fueron enviados a fortalecer las fronteras así como cazar a los espías para que no se filtrara el estado de la aldea.

Ryu caminaba a paso tranquilo, internandose en el bosque, el ordenó a los equipos para que se dispersaran solo para que nadie viera donde el se dirigía. En un punto, cuerpos destrozados comenzaron a aparecer en el camino, a la distancia vió una cabaña , levantó su mano y tomó su mascara para retirarla pero se detuvo al sentirse vigilado.

-"qué se supone que haces en este lugar?"- Ryu no respondió y solo retiró su mascara rebelando a un hombre de cabello castaño y ojos azules, de piel clara y una cicatriz en su mejilla izquierda.

-"Hola ni sama"- saludó el pelicastaño

-"No eres bienvenido y lo sabes, retírate"- ordenó el pelirrubio apareciendo detras de un árbol, ninjato en mano, el arma aún tenía sangre en su hoja.

-"Lo se, solo que estaba preocupado por ti, Naruto"- respondió Ryu mirando a su hermano mayor, aunque sabía que el sentimiento no era mutuo, mientras que el pelirrubio se quedó junto a su padre, el eligió ir a la academia y ser un  ninja más de la aldea, llegando a ser líder de los cazadores anbu, su nombre fue borrado del árbol genealógico del clan y solo quedó el pelirrubio como único sobreviviente del clan Yozora y el como un paria.

-"Ya hice tu trabajo, ahora vete y no vuelvas"- Naruto se giró dando la espalda al anbu de Konoha, ese hombre ya no era su hermano, nadie que de la espalda a su familia sería reconocido por el.

-"Ni sama, Konoha necesita de tu ayuda, necesitamos de todos nuestros ninj"- pero guardó silencio al sentir una hoja afilada cerca de su cueyo.

-"Aún tienes tiempo para marcharte perro del Hokage, tus palabras fueron similares a las que le dijeron a mi padre, pero a diferencia de ese entonces ahora si puedo hacer algo para cambiar el resultado"- Ryu cerró los ojos.

-"Creí que estos años de soledad te pudieron haber cambiado pero veo que me equivoqué, cuando te vi con aquella chica Hyuga estaba seguro que podríamos volver a ser hermanos y nuevamente regresaste a como eras antes, esto no se trata de lo que le sucedió a nuestro padre, esto es por aquella mujer, estas huyendo de ella"- Lanhoja se pegó a su cuello pero no cortó.

-"Tu no sabes nada, no entiendes nada, mi herencia, todo lo relacionado al clan casi lo pierdo por aquella maldita mujer, pero recibí mi castigo por aquel error, contrario a lo que crees, ella me regresó al camino que jamás debí dejar, mi destino es mantener vivo a mi clan, aunque yo sea el único sobreviviente, ahora si ya terminaste de hacerme perder el tiempo, marchate y llevate los restos de los espías contigo"- Ryu asintió, quería poder relacionarse con su hermano pero cada vez se veía más imposible, volvió a ponerse la mascara y se distanció de su hermano, sacó un pergamino de sellado, ño depositó en el suelo y los kanjis comenzaron a salir del pergamino para dirigirse a los restos y llevandolos al pergamino para ser sellados en su interior. Cuando el trabajo fue terminado, Ryu levantó el pergamino para guardarlo, miró a su hermano que en ningún momento lo dejó solo, vigilándolo asegurandose de que se marchara.

-"Gracias por tu ayuda"- terminó Ryu girándose para marcharse.

-"la proxima vez que te descubra cerca de mi casa, te mataré"- advirtió Naruto sin dejar de mirar la espalda del anbu, este asintió en silencio y se marchó.

Bestia de corazón nobleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora