Bad Reputation [+21] [En Edición]

Capítulo 1. Algo inesperado.

Stella

Arrojé mi mochila sobre mi cama al tiempo en que corría hacia mi tocador y tomaba haciento para maquillarme un poco y hacer mis intentos de disimular mis jodidas ojeras.

La puerta principal se hizo sonar pero ya estaba lo suficientemente ocupada en arreglar mi rostro así que solo esperé a que mi madre o mi hermana Lola abrieran la puerta y afortunadamente, luego de un momento, escuché como se abría.

-Hola, loca hermosa- dice Diego cuando entra en mi habitación. Volteo para verlo y una sonrisa se forma en mis labios.

Lleva una camisa azul marino arremangada en sus antebrazos, un pantalón negro y sus tenis negros que nunca pueden faltar. Mi sonrisa se ensancha cuando mis ojos caen en su muñeca, la cual es adornada por una pulsera de hilo negro con un círculo blanco en medio y la inicial S en ella.

-Hola, Diego- lo saludo cálidamente al sentir sus brazos rodear mi cuello y a sus labios dejar un beso sobre mi cabeza mientras le dedico una sonrisa a través del espejo.

-Tienes que apresurarte o llegaremos tarde y otra vez, gracias a ti- sentencia tomando asiento en mi cama mientras me observaba a través del espejo de mi tocador.

-Lo sé, lo sé. Ya voy.

Después de cinco minutos me puse de pie y tomé mi mochila para salir de mi habitación. Diego se puso de pie y tomó sus cosas para seguirme el paso escaleras abajo.

-Stella, aquí está tu desayuno.

-Lo siento mamá, no puedo, ya vamos tarde.

-Bien... pero tienes que comer, aunque sea compra algo en el camino- responde ella en tono desgastado y enojado.

-Está bien- le respondo y salgo de la casa con Diego a mi lado.

Toma mi mano y de un momento a otro me hala y empieza a caminar más rápido haciendo que suelte una fuerte carcajada.

Él siempre es muy responsable y de seguro no quiere llegar tarde, pero ¿que tiene de malo llegar tarde de vez en cuando?.

-¿Es en serio?- le digo con tono de burla mientras llegamos hasta su auto negro.

-Sí, no podemos llegar tarde de nuevo.

-Oh tienes razón, tenemos que apurarnos, así podré ver a Noah- le digo emocionada mientras rodeo el auto y me siento del lado del copiloto.

-Como sea- responde tajante al entrar en el auto. Casi pude ver como ponía los ojos en blanco debido al tono que utilizó.

Ambos lanzamos las mochilas en los asientos de atrás y nos dirigimos a la preparatoria.

Cuando llegamos a la preparatoria nos dirigimos a la clase correspondiente rápidamente y nos sentamos en nuestros asientos; no sin antes recibir un regaño de parte de la profesora por nuestra llegada de treinta minutos tarde.

Juego con el lápiz entre mis dedos, dibujo garabatos sin sentido en mi cuaderno y observo a la maestra simulando prestar atención cuando no tengo ni puta idea de qué está hablando.

Volteo a ver a Diego en medio de mi aburrimiento y no me sorprende que esté tan concentrado con lo que dice la profesora.

Diego, siempre tan responsable.

Parece notar mi mirada sobre él y se voltea regalándome una dulce sonrisa y yo se la devuelvo.

Agradezco en mis adentros cuando el timbre se hace sonar. Ambos tomamos nuestras mochilas y esperamos por Jaqui para salir del salón.