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Paso la página del libro sumergido en la lectura, hacia tiempo que había dejado de dictar algunos hechizos de contención para que la pluma anotara en el pequeño libro de anotaciones con pasta de cuero.

Lo mejor para él en esos momentos era comprender todo sobre cómo hacer un encantamiento contenedor lo suficiente fuerte para agrietar el espejo.

Había faltado a las cuatro clases después del almuerzo excusándose con la profesora Narciso.

Simplemente invento que se sentía lo suficientemente débil como para asistir.

Con todo ese tiempo se dedico a colocar los hechizos de contención en cajas, bolsas, paredes, puertas, incluso en ventanas, quería probar que tan buenos eran o que tan buena era su magia al ejecutarlos.

Al principio terminó creando contenciones débiles que sólo duraban algunos minutos y además tenían fugas de magia.

Paso dos horas perfeccionando dichas habilidades hasta que logro hacer uno lo suficiente fuerte para durar al menos un día, sólo tendría que ir a renovar el hechizo cada madrugada o noche.

Chasqueo la lengua cuando pequeños golpes en su puerta le hicieron salir de su cómoda cama. No habia notado lo tarde que era cuando pasó a lado de la ventana notando la noche encima de todo el cielo estrellado.

Se llevó ambas manos a su cabello despeinado alejando algunos mechones largos de su vista.

—Servicio a domicilio —canturreo Jungkook apenas abrió la puerta.

No contestó, se hizo a un lado dejando que su amigo entrará, él le dio la espalda volviendo a su cama donde el libro de artes de contención lo esperaban.

—Noto que estas de buen humor —murmuro hacia Jeon.

El moreno solto un suspiro, cargaba consigo dos platos con comida y una jarra con jugo flotando a su espalda.

Se notaba un brillo en esos ojos color café que centellaban cada que veía algo que le agradaba.

—Olvida eso querido, no fuiste a la cena entonces te traje algo. —Yoongi asintio desinteresado. —Tú nunca faltas a las comidas, ¿encontraste algo bueno?

Un suspiro abandono sus labios, los mordió algo dudoso.

—Tengo uno para mantenerlo estable durante un día, tendría que ir a renovar el hechizo cada madrugada. —Hizo un movimiento con su mano mostrando los colores oscuros que la magia expulsaba. —Será eso hasta que encontremos como destruirlo.

—O contenerlo de por vida.

Asintio. Estaba apunto de pararse de nuevo, pero Jungkook se sentó a su lado haciendo que sus hombros se tocarán por lo cerca que estaban.

—Lisa descubrió algunas runas que también podrían ayudar, Hoseok consiguió permisos para usar esa habitación como su almacén —dijo moviendo sus manos como una expresión de "ya sabes como es". —Entonces tú come eso, yo me llevo estos.

Jungkook señaló los dos libros de magia blanca que estaban sobre la mesa de noche.

Con cierta curiosidad arqueo una ceja.

—¿Seguro que todo esta bien? Actúas extraño.

Su mejor amigo pareció estarse dando por vencido en ocultar lo que pasaba, pero en un parpadeo este ya estaba a lado de la puerta excusándose.

—Me tengo que ir MinMin, cena algo y ve a dormir, no desgastes mucho tu energía —se acerco de nuevo dejando un beso en la punta de la nariz de Yoongi. —Te amo.

Yoongi puso los ojos en blanco "limpiando" el beso sobre su nariz.

—También te amo, adiós.

La puerta se cerró dejándolo de nuevo solo.

Esperó que Jungkook se alejara lo suficiente para poder acercarse a la mesa a lado de la ventana para tomar su cena.

En su habitación habían dos sillones, uno individual y el otro para dos personas, ahí es donde pasaba más tiempo para leer. Una gran ventana daba al patio trasero donde estaba el lago, justo a lado de la ventana estaba la mesa redonda con dos sillas, encima de esta estaba dos platos con comida.

—Dulce —susurro al notar que el jugo de uvas tenía toques dulces con cada sorbo.

Esperaba tener un poco de hambre para ese momento, pero apenas comió un poco de carne, —la cual estaba cortada en pequeños pedazos— comió una pieza de pan junto al puré de patatas con champiñones.

Necesitaba dormir, su cuerpo se lo estaba exigiendo.

Al día siguiente tendría clases más temprano por cuestión de los estúpidos niños sol que estaban acostumbrados a despertar super temprano.

Ganas de lanzarse del salón más alto del castillo no le faltaban, más cuando Kim Taehyung y sus amigos intentaban insultarlo.

¡Sólo había pasado un maldito día!

[...]

La jodida semana más pesada de su vida, ya ni siquiera cuando fueron los exámenes físicos y de alma.

Odiaba tener que salir de su habitación y encontrar aquellos rostros desconocidos que simplemente lo veían con burla.

Luego estaba el ir a clases sabiendo que al menos dos de esas serían con Kim Taehyung.

Trataba de no tomar en cuenta la presencia del rubio, pero le era imposible cuando esté parecía seguirle con la mirada y sus tontos amigos solo se burlaban.

—Hey fantasma, quítate del camino —grito una chica con el uniforme del reino solar.

Yoongi puso los ojos en blanco haciéndose a un lado.

—Cierra tu sucia boca. Oh genial, que se esperaba de una campesina sin modales. —Dio justo en el blanco cuando a la chica se le subieron los colores.

Estaba cansado, había sido una semana horrible teniendo que renovar cierto hechizo que solo le agotaba cada día más.

—Será mejor que cuides tus palabras.

Kim Taehyung llegó al rescate de su niña sol.

Yoongi en serio estaba cansando de esos enfrentamientos en el pasillo.

Puso por segunda vez los ojos en blanco lanzando un sonoro suspiro.

—Ella empezó, no quieran hacerse las víctimas.

Kim parecía estar callado como siempre, pero fue uno de sus amigos quien se le planto enfrente para mirarle amenazante con los brazos cruzados sobre el pecho.

—Todos escuchamos lo que dijiste Min —solto aquel chico del cual ni siquiera sabia el nombre.

Él también se cruzó de brazos verse intimidado por el gran tamaño de aquella montaña.

—Realmente no tengo tiempo para verme involucrado en estás cosas.

Se alejó lo suficiente evitando mirar las caras enojadas, todos parecían viajar en manada.

Yoongi se fue sin ser consciente de que Taehyung lo sintió, en su alma, su centro de magia había dado un vuelco además de sentir la ansiedad de hacer algo para que el palido no se fuera.

Pero el alma fragmentada de Yoongi apenas instaló una sensación de incomodidad en sus hombros.


Mantén la calmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora