22 {Sádico}

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Tres días pasaron tranquilamente sin ningún problema de por medio, estaba todo extrañamente tranquilo para Stiles, todo y eso no era bueno después de pasar dos años y medio fuera, había aprendido muchas cosas y no le daba buena espina nada. Cuando salía con los chicos por las compras o para que su hijo comiera un helado sabía que lo observaban pero cuando buscaba al propietario de que se sintiera así no encontraba nada.

En un caso si llegó a percibir un aroma diferente y corrió por unos minutos cuando lo perdió y tuvo que regresar con Isaac y su hijo, el rulos le había preguntado por qué había salido corriendo así y él le dijo que había percibido algo y que era mejor volver a casa.

De ese día pasaron dos más.

- Papi estás muy inquieto, ¿Qué tienes?- le pregunto el infante sentándose a su lado en el sillón.

- No es nada Sammy- acarició su mejilla- ¿Quieres hacer algo?

- Podemos ir por gomitas?- pregunto mostrando todos sus dientes.

- ¿Y si le decimos al tío Ulises que las traiga en su camino a casa?- le mostró el teléfono.

- ¿No podemos ir nosotros?- inquirió con la cabeza de lado.

Se quedó callado.

De que podían podían pero no se sentía seguro el salir solo con su hijo, todos los chicos estaban ocupados y Derek había ido con su padre a ayudarlo con algo hace tres horas. Ni Isaac con el que siempre iba a comprar estaba en casa, y no quería que su hijo estuviera encerrado siempre en casa aunque fueran sólo dos días los que habían pasado. Ulises había salido a checar alrededor por cualquier cosa y por eso podría decirle que le traiga las gomitas para su hijo.

- Será mejor que tío uli...- sus palabras fueron cortadas cuando una flecha rompió el cristal de la ventana. Con sus reflejos detuvo la flecha a centímetros del rostro de su hijo que tenía los ojos muy abiertos mirando la punta de la flecha.

Soltó todo el aire de sus pulmones tirando la flecha en el suelo.

- ¡¿Es....estas bien Sammy?!- agarró su rostro que estaba temblando con los ojos muy abiertos, al ver que no reaccionaba lo cubrió con su cuerpo en un abrazo.

Sam se soltó a llorar en cuanto salió del shock.

Cuando escuchó la puerta ser abierta se dio la vuelta mostrando sus ojos naranjas.

- Hey Stiles- Ulises entró y levantó las manos al verlo.

Un segundo fue lo que se tomó para levantarse del sillón y estando seguro que era Ulises le dio a su hijo, sin escuchar lo que le decía cegado por el enojo corrió fuera con la flecha en mano en la dirección de dónde había salido disparada la flecha. El aroma apenas y estaba desapareciendo por lo que corrió hasta visualizar a un hombre corriendo dando le la espalda, tenía una capucha que no lo dejaba ver ni su cabello pero por el olor sabía que era un hombre. Sus pasos fueron más rápidos lanzándose a la espalda del hombre que cayó al suelo, los ojos de Stiles estaban llenos de enojo. Si se lo hubieran hecho a él no estuviera así de enojado pero nunca perdonaría a alguien que quisiera lastimar a su hijo quien era todo para él.

Dándole la vuelta al hombre se encontró con un adulto casi de cuarenta años.

- ¡¿Quién demonios eres?!- grito apretando su cuello con su mano.

- Lo..siento...- se disculpó con la voz entrecortada por la presión que hacía en su cuello.

- Trataste de matar a mi hijo- relució sus ojos naranjas, los cuales parpadeaban negros- ¿Quién te envío y por qué me has estado observando?

- Los Blood te quieren muerto al igual que a tu hijo....sus cabezas tienen precio- forcejeo para quitarse la mano del castaño de su cuello sin tener ningún resultado.

Los ojos del castaño se volvieron totalmente negros.

- Espero tu cabeza valga algo para ellos- de un sólo tirón arrancó la cabeza del cuerpo, lanzandola a un lado, una sonrisa torcida se formó en sus labios.

- ¿St...Stiles?- una voz conocida sonó a sus espaldas.

Se quedó arrodillado viendo sus manos ensangrentadas y sin quitar su sonrisa. Cuando escuchó los pasos acercándose se dio la vuelta de manera rápida hasta quedar en pie.

- Hola Ulises- su voz era oscura y fría.

El pelinegro retrocedió al ver los ojos negros de su amigo y el tono de su voz.

- ¿Qué pasa...me tienes miedo?- sonrió de oreja a oreja dando pasos a él.

- No eres Stiles- dijo retrocediendo más.

- Eres inteligente- borró su sonrisa.

De un momento a otro se encontraba encima de él con sus garras en su cuello, haciendo la suficiente presión para hacer cuatro pequeños orificios sangrar. Ulises apretó su mano pero no con suficiente fuerza al no querer herir a su amigo.

Cuando pasaron los segundos o minutos y no sentía que el agarre disminuía, huso su fuerza empujándolo y quedando encima suyo.

- ¿Qué eres?- pregunto jadeando.

- ¿No me recuerdas?

Ulises se quedó pensando hasta que la imagen de Stiles rompiendo el cuello del líder de los cazadores paso por su mente.

- Fuiste tú quien le hizo eso al cazador.

- Bingo- sonrió- Ahora quítate de encima o dejaré de escuchar a Stiles sobre no matarte.

- No hasta que hable con él- negó haciendo presión en sus hombros.

- Lamento decirte que eso nunca pasará- las manos del castaño se pusieron en las muñecas de Ulises, apretando- Le dije las consecuencias de sus actos, soporto los dolores con los que había intentado hacerlo enojar y nunca funcionó...pero cuando ese hombre casi mata a su hijo su enojo rompió el límite- con esas palabras dichas se quito de encima al pelinegro lanzándole un zarpazo en su pecho rompiendo la camiseta y su piel.

En ese tiempo que Ulises se quejó del dolor salió corriendo lejos de él.

- ¡Mierda!- grito.

(.....)

El hombre iba entrando a la casa luego de cuatro o cinco horas fuera ayudando al Sheriff con un caso que necesito del olfato y oído de un hombre lobo y quien mejor que él. Se encaminó a la sala al percibir la tristeza y la sangre, se encontró con el amigo de su pareja junto a Isaac que tenía cargando a su hijo dormido en sus brazos, le dio una mirada a toda la sala sin encontrar a Stiles por ningún lado.

- ¿Y Stiles dónde está?- pregunto acercándose y dejando su chaqueta en el sillón.

- Se fue hace una hora- contestó Ulises con una toalla blanca manchada de sangre en su mano pegada a su pecho.

- ¿Y a ti que te pasó?

- Un maldito zorro me rasguño y no en el buen sentido Derek, porque si hubiera sido así, estaría brincando de alegría. Pero mírame, no lo estoy.- puso los ojos en blanco al ver la mirada de dicho nombre- Algo le pasó a Stiles.

Publicado; 2 de agosto del 2021.

Secretos Revelados (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora