Prueba de aprehensión de dones pt. 2

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La primer prueba era una carrera de larga distancia, aunque eran solamente 50 metros.

En la clase somos un número impar, lo cual es algo raro, casi siempre suelen ser pares las divisiones de alumnos por clase.

Siendo 21, todos fueron equiparados en parejas, y una máquina calculaba qué tan rápido alcanzábamos los 50 metros.

Aunque uno de nosotros estaría sin pareja, me tocó estar junto a Kaminari, lo cual, en cierto sentido, me tranquilizó un poco.

A pesar de que sí podíamos usar nuestros quirks, yo trataría de evitar su uso a toda costa.

Por lo que solo corrí normalmente, llegando al final en 5.37 segundos.

Al menos fui más rápido que en mi escuela.

La segunda prueba era de abdominales, la tercera fue salto en largo, la cuarta el de toque de dedo del pie (la cual detesté).

La quinta era la del softball, o como le dice el idiota de Mizu, la de lanzar la pelota lo más lejos que puedas.

Cuando fue mi turno, comencé a entrar en pánico ante las miradas de todos sobre mí, pero intentaba solo mirar al frente.

No quería utilizar mi quirk, en verdad que no, pero ahora era usarlo o rendirme.

—¡hey, idiota, ¿vas a lanzar o no?! — oí, y al voltear, logré ver que era el chico explosivo quien había gritado.

Rodé mis ojos hacia otro lado, es verdad, había estado los últimos minutos viendo la pelota en mi mano

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Rodé mis ojos hacia otro lado, es verdad, había estado los últimos minutos viendo la pelota en mi mano.

Me coloqué en una posición decente para lanzar, a punto de quitarme uno de mis guantes, pero se me ocurrió una idea.

Me paré con mis pies uno junto al otro, para luego extender una de mis piernas hacia un lado y pisar allí.

Me impulsé con la pierna extendida y la junté a la altura de mis caderas, casi mi pecho, a mi cuerpo, comenzando a girar rápidamente.

Y mientras giraba, lancé la pelota.

Ya que hacía mucho tiempo no hacía eso, al dejar de girar estaba algo mareado, pero nada demasiado terrible.
El profesor Aizawa miró el marcador en su mano y luego me lo enseñó.

No me tenía fe, pero...

—¡¿698 metros?! — oí a los demás gritar.

—¡¿eso es siquiera humanamente posible?!.

—¡ni siquiera usó su particularidad! — Kaminari me sonrió — ¿o sí?.

Yo sujeté mi hombro, el cual dolía un poco y negué con la cabeza, nuevamente sintiéndome nervioso por las miradas sobre mí.

El profesor Aizawa alzó su vista hacia mí y me sentí incómodo ante su mirada.

—en algún momento tendrás que utilizarla — fue lo único que dijo, para que luego yo me acerque a donde estaban los demás.

Boku No Hero Academia × Male ReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora