Batalla de prueba pt. 4

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-Oye, enano, ¿No crees que vendría siendo hora de que te levantes ya? - oigo la irritante voz de Mizu al otro lado de la puerta.

Me sentía horrible, no, lo siguiente, y me quedaba corto.

-¿Es tarde? - murmuro con voz adormilada, apenas dejando salir mi boca desde debajo de la manta.

-No, estás a tiempo, pero me preocupa que aún no te has levantado, considerando que siempre madrugas desde bien temprano - le oigo nuevamente - Iré a prepararte las cosas a tu baño, así no haces demasiado esfuerzo.

El baño de abajo era el de Mizu, siendo el mío el de arriba, eso ayudaba a que no ocurrieran accidentes vergonzosos, los cuales ya sucedieron en un pasado, por lo que cada uno usaba su baño correspondiente, pero abrí mis ojos en grande al recordar lo que había sucedido la noche anterior, por lo que me levanté con rapidez y salí de mi cuarto.

-¡Mizu, no entres---! - pero ya era tarde, la puerta de mi baño se encontraba abierta, con el mayor contemplando el desastre.

-Tú... - Mizu observaba todo con detenimiento, para luego voltear a verme, con una expresión que me fue difícil descifrar - ¿Lo hiciste otra vez?

No podía negarle un hecho, por lo que simplemente suspiré y asentí, obviamente no orgulloso de lo que había repetido, pero no lo negaría, anoche me sentía demasiado mal como para limpiar todo, por lo que, confiado de que nadie entraría ya que era mi baño, dejé todo como estaba y me acosté sin más.

Mizu me inspeccionó con la mirada, sus ojos bajaron a mis brazos y luego a mis piernas, para luego suspirar y sonreír leve, negando con su cabeza de forma lenta.

-Ya, tranquilo - aquello me desconcertó, ya que me esperaba algún llamado de atención, como siempre solía hacer, pero simplemente se acercó y sacudió mis cabellos suavemente - ¿Necesitas ayuda o puedes tú solo?

Mis ojos se mantenían abiertos de par en par, observándole desconcertado y sorprendido, negué - Puedo... Puedo solo.

-Bien, cualquier otra cosa que necesites, estaré abajo, seguramente se están quemando las tostadas - rió suave y luego bajó la escaleras, así de simple.

Yo aún seguía plasmado en mi lugar,  pero sacudí levemente mi cabeza, para volver en sí, caminando hacia el baño, para así prepararme, notando que el reloj aún marcaba una hora que me daba tiempo de incluso limpiar todo.

Quité mis vendas con sumo cuidado, sintiendo mis brazos arder debido a la heridas, pero respiré hondo, comenzando a limpiarme nuevamente, con suavidad, ya que en serio dolían; al acabar, alzo mi vista hacia el lavamanos, notando que estaba lleno de vendas, gasas, y también sangre, al conectar miradas con mi reflejo, sentía vergüenza, pero simplemente traté de ignorar eso.

Tenía una loción que colocarme, para así cuidarme las heridas, colocándome finalmente vendas nuevas y mis guantes, para luego tirar todo lo ya usado al cesto de basura, acabando por abrir el agua y limpiar los restos del lavamanos, finalizando con secar todo, lavar mi rostro, dientes, hacer mis necesidades y volver a mi cuarto, saliendo ya con el uniforme puesto y mi mochila.

Al bajar, Mizu simplemente me ofreció el desayuno, al cual agradecí pero negué, él asintió y me deseo buen día, para que luego salga de la casa. Eso sí que fue demasiado extraño.

Mizu me demanda que desayune sí o sí, o a veces hasta no me deja salir de la casa, además, ninguna broma ni nada es inusual y estaba muy callado, lo que es incluso más raro.

No le di demasiada importancia y emprendí camino hacia la UA, siendo detenido por decenas de reporteros que bloqueaban el paso, en la puerta de la gran institución.

Boku No Hero Academia × Male ReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora