Tired eyes are the death for me

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One Shot inspirado en la letra de Sunflower vol 6 - by Harry Styles.
Para mejor experiencia, escuchar la canción.

Una vibración incesante y rítmica, acompañada de la pegajosa tonalidad de Marimba se filtraba en sus oídos por tercera vez. La ventana frente a la cama indicaba que el sol aún no alumbraba el día, pero tenía que levantarse aún contra su voluntad, la misma que sentía perdida en algún lugar de la cama, probablemente enredada en las sábanas al igual que él. Deseaba cinco minutos más con su vientre descansando en el cómodo colchón, mientras las suaves sábanas cubrían su espalda dándole calor y sus rizos reposaban en la almohada desordenadamente. Sin embargo, se rebeló contra el propio deseo de su cuerpo extendiéndose hacia la pequeña mesita de noche a la derecha, sin abandonar su lugar en la cama. A pesar del mínimo esfuerzo que la acción requería, cada movimiento fue acompañado de una queja, suspiro o pequeño quejido hasta que hizo cesar el molesto sonido. Con tiernos 17 años un sábado a las 6:30 de la mañana su único deseo era seguir descansando.

Antes de intentar levantarse alargó sus brazos sobre la cabecera de la cama y estiró sus piernas haciéndolas deslizarse fuera del suave abrazo de su edredón, permitiendo que su cuerpo se estremeciera ante el aire frío de la mañana, a la vez que cada uno de los musculo de su cuerpo se destensaba, sintiendo un leve tirón en su espalda baja que le hizo detenerse.

Aun con los ojos cerrados se sentó en la cama, bajando su mano que por acto reflejo tanteo el lugar a su lado. La comisura de sus rosados y voluptuosos labios se elevó, evidenciando la sombra de un hoyuelo en su mejilla izquierda al sentir que el espacio vacío aun se encontraba tibio, por lo que, seguramente el dueño de aquel calor acababa de levantarse. Al prestar atención pudo distinguir a la distancia el sonido del agua corriendo en la ducha, perdiéndose entre las melodías de un dulce y animado tarareo. Debería sentirse indignado de que alguien pudiese tener tan buen humor con las pocas horas de sueño que lograron obtener gracias a lo ocupado de su nuevo trabajo, al contrario, toda la energía que parecía faltarle apareció al escuchar una muy intencionada desafinación, seguida de una estrepitosa risa que hizo aparecer dos hermosos y marcados hoyuelos en su rostro. Seguro seguía soñando, fue lo primero que pensó, no debe ser real, fue otro de sus pensamientos.

Mentalizado para ponerse en marcha notó cómo sus labios sin autorización se habían abierto para liberar una amplia sonrisa, al rastrear en su mente el motivo; la sonrisa fue reemplazada por una mueca de tristeza; no podía pensar en él de esa manera, no podía confundir los sentimientos que tenía por el chico que en sólo un encuentro se había convertido en su mejor amigo; la conexión fue inexplicable desde que cruzaron sus miradas, de inmediato se sintió prendado al alegre chico de ojos azules, cómo si siempre se hubieran tenido y querido con la misma intensidad.

Tres meses habían transcurrido luego de firmar el contrato que había modificado increíblemente sus vidas, contrato que los llevó a ese departamento que compartían en Princess Park, lugar que albergaba entre paredes su caos, siendo testigo mudo de lo que callaban aquellas miradas sostenidas y las profundas aspiraciones de aire, que en completo silencio pronunciaban alto las palabras silenciadas en sus labios. Aquellas paredes los refugiaban mientras crecían, soñaban y cumplían sueños, mismos que los tenían somnolientos a las 6:35 de la mañana, preparándose para concretar algunas entrevistas y grabaciones.

Bajó los pies de la cama mientras acariciaba el lugar a su lado que se enfrió en el transcurso en que el reloj avanzaba junto con sus pensamientos. Recordó que se encontraba tibio anteriormente por otra madrugada de interminables conversaciones que solo acaban cuando alguno de los dos caía rendido por el sueño, luego de imitar entre ruidosas carcajadas, el acento de su compañero Irlandés; o reírse de las bromas que su amigo de piel morena hacía al castaño de ojos color marrón; o hablar de sus respectivas familias, evadiendo entre poco y nada las preguntas incomodas, ya que el nivel de confianza que compartían no hacía más que aumentar cada día.

Sunflower vol. 6 | One Shot | L.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora