Prólogo

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Mis mejillas se tornaban sonrosadas, mis piernas flaqueaban; nada de esto estaba pasando.
Él cogía mi mano con cuidado, con secretismo, aprovechando que los demás se encontraban distraidos jugando a la comba. Al guiar su mirada ante la mía, me mostró su hilera de dientes pequeñitos, mientras su flequillo caía desordenado por su frente, aquello me hizo sonreír. Me llevó hasta la casita en lo alto del tobogán, que se encontaba cerrada a excepción de una pequeña puerta por la que los niños pasaban para jugar, allí atrapó mis manos, ocasionando que mis mejillas se acelerarán junto con mi pecho. Nos reímos por la situación,  entonces,  se acercó a mí y me dió mi primer beso.

Empecé a escuchar risas a lo lejos, eso me hacía creer, pero en realidad estaban ahí, a mi lado, burlándose de mí. Salté del tobogán, dejando atrás las escaleras que bajaban por la casita, raspándome las rodillas al caer, y corrí, corrí fuera del parque, de todos y de todo. Aquel chico me gustaba y se había reído de mí, como todos sus amigos, que siempre la tomaban conmigo. Oía risas escandalosas y percibía el pisar del chico del beso ,que me persiguía.

Aceleré el paso y tropezé haciendo que el chico estuviera más cerca de mí, y entonces alguien me agarró por el brazo y me levantó con brusquedad. 

— Te he dicho mil veces que no quiero que salgas a jugar tu sola. — Su agarre en mí se volvía más fuerte—Venga vamos al coche,  tu madre te está esperando para cenar.

El chico se encontraba parado a unos metros de mí observando la escena.

—No te conozco de nada ¡Suéltame! — Noté la alerta en los ojos del chico—¡Socorro!  ¡Ayúdenme!  — gritaba mientras intentaba zafarme de su agarre, pero solo hacía que aumentara su fuerza.

—¡Eres una maleducada y estúpida!  ¡No vuelvas a hablarme así!  ¡Contentos tienes a tu madre y a mí!  ¡A casa ya! — Gritaba y gritaba,  todos los niños del parque se encontraban mirándome a lo lejos y murmurando sobre la escena, enfrente de mí solo pude ver como los ojos del chico perdían interés en mí , giró sobre sus talones y caminó lejos de mí,  dejándome ir.

Ahí empezó todo.

Secuestrada|| Luke HemmingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora