⩩001; third of december

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Todavía puedo recordar aquel 3 de diciembre, había ido a la universidad sin estar tan abrigada porque el pronóstico dijo que no haría tanto frío.
Estupido pronosticó, no debí confiarme de eso.

Me abrazaba a mi misma para intentar entrar en calor pero era inútil, caminaba a paso rápido por la solitaria calle esperando no congelarme camino a casa. No quería pedirle alguna sudadera a alguien por pena y porque siendo sinceros, casi nadie llevaría una de repuesto que me pudiera brindar.

– ¡Hey, tú!

Voltee hacia atrás y pude ver como un chico castaño venía corriendo hacia mi, me asuste un poco pero mi cuerpo se había quedado paralizado, apenas pude dar un par de pasos hacia atrás para intentar huir, algo de lo que el chico se había percatado.

– Tranquila, no te haré nada. Te vi sin suéter, seguro tienes mucho frío. – saco de su mochila un suéter negro de poliéster, me lo entregó con una sonrisa y yo inmediatamente me lo puse, suspiré con alivio al sentir por fin un poco de calor en mi cuerpo. – No deberías estar tan desabrigada en estas temporadas. – reprochó mientras se acercaba a mí para ponerme una bufanda del mismo color de la sudadera. No negaré que me puse nerviosa con su cercanía, tal vez suene tonto pero me había enamorado a primera vista de aquel chico, tal vez por lo lindo que era o por su amabilidad, tal vez por ambas.

– Lo sé pero el pronóstico había dicho que no haría tanto frío...– escuché al chico reír ante lo que había dicho.

– No deberías confiar en esa cosa, no es como que fuera dios para saber cómo va a estar el clima. – reí por lo bajo.

– Por lo menos aprendí algo nuevo. – me sonrió y negó con la cabeza.

– En fin, tienes que cuidarte. Nos vemos. – dijo el castaño mientras se volteaba al otro lado para seguir su camino.

– Espera. – dije rápidamente mientras agarraba con delicadeza su brazo para que no se fuera. Giro la cabeza nuevamente hacia mi e hizo contacto visual con sus ojos, ¿por qué me ponía tan nerviosa? – Yo... no sé cómo agradecértelo, aparte, quisiera devolverte el suéter otro día.

Me sonrió y estiro una mano hasta mi cabeza para acariciarla.

– No te preocupes, puedes quedártelo si quieres, además, se te mejor a ti que a mi. – dijo con una linda sonrisa para ahora si marcharse. Por alguna extraña razón sus palabras me causaban felicidad, lo que no me causaba felicidad era el hecho de que probablemente no lo vería de nuevo nunca, pero no hice nada, solo deje que se fuera. Ojalá nos volvamos a encontrar.

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4 de diciembre, por suerte es viernes.
Ya era la última clase del día pero sinceramente no ponía mucha atención, mi mirada estaba enfocada en el campus de la universidad, viendo como la gente caminaba por el pasto cubierto ligeramente de nieve. Alguien llamó mi atención, un chico castaño y bastante algo, era el mismo chico de ayer, no pude evitar sonreír al verlo. Por suerte llevaba el suéter que me había dado ya que aún tenía la esperanza de encontrarlo en camino a casa como ayer, no lo había visto nunca en la universidad, estoy segura porque si lo hubiera visto, sé que no olvidaría su rostro.

La campana sonó para darle fin a las clases, rápidamente guarde todas mis cosas, colgué mi mochila en mi hombro y salí rápidamente del salón para ir al campus. Buscaba con la mirada al castaño pero no lo encontraba por ningún lado, maldije por lo bajo mientras caminaba un poco para ver si mínimo así podía encontrarlo.
Unos minutos después pude encontrarlo, estaba sentado debajo de un árbol con auriculares puestos, probablemente escuchando música. Solté un suave suspiro de nerviosismo y me acerqué a él con paso lento, no quería interrumpirlo pero a la vez quería hablarle de una vez por todas. Ya estando lo suficiente cerca, me agache un poco y di unas suaves palmadas en su hombro, él abrió los ojos y cuando me vio se saco los auriculares.

Heather | Jean KirsteinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora