la ciencia de olvidarse de todo

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Exactamente, ¿que buscan cuando escogen "una gran obra literaria"? Porque el perdido Romeo, si lo sé, me llamo Romeo, gracias a la pasión que tiene mi madre por las tragedias románticas, pero no se preocupen no creo que la inestable escritora que dirige mi vida me haga agonizar de pena, o eso espero... El punto es que mi vida no es tan interesante como la de un amor prohibido luchando contra sus familias y mi escritora no es exactamente William Shakespeare.

¿En donde iba? Si, cierto, les preguntaba ¿En qué ciencia se basan para escoger el próximo foco literario que será dueño de su tiempo? ¿La ciencia de las portadas donde examinas cada trazo, color, angulo y creatividad que muestre? ¿La famosa ciencia de los escritores, en la que no importa el libro, sólo sabes que es de tu escritor favorito y eso ya le suma muchos puntos? ¿En la ciencia del género? O ¿En la ciencia del título? Muchas ciencias, hacen doler mi cabeza.

Mientras responden esas preguntas que tantos cálculos matemáticos llevan, yo les responderé con una simple ciencia: "la ciencia de olvidarse de todo" ¿La has escuchado, verdad? Es cuando las mezclas químicas llamadas "mundo" y "real" se juntan y crean una fórmula viscosa y venenosa llamada "problemas" Y en tu patética desesperación por dejar de escuchar los típicos "todo estará bien" "todo mejorará" "los pañales no van en la cabeza" ¿Esa no? Vale, o mi favorita "se por lo que estás pasando" Oh mi estimado ser humano, por supuesto que no lo sabes. Por todas esas detestables y trilladas palabras motivacionales, sumándose el hecho de que sientes que tu vida es un parque de diversiones, y tú eres el excremento de perro que había en la en la entrada, es que buscamos "la ciencia de olvidarse de todo" y eso me lleva a mi yo de 23 años, viudo, con un hijo, desempleado, y viviendo con mi madre.

En esas vergonzosas circunstancias conocí a la tan nombrada "la ciencia de olvidarse de todo" y fue gracias a la desesperación de mi abuela de 80 años por darme un regalo de cumpleaños de último momento, que llegó a mis sudorosos manos un libro de 367 páginas que cambiaría mi parque de diversiones (también llamado vida) por completo, o mejor dicho, su escritora.

Amar sin prisasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora