Hay aproximadamente dos billones de niños en el mundo, bueno quizás no tantos, pero si hay muchos, de los cuales el 5% quiere ser astronauta, el otro 5% Policía, 5% bombero, 5% chef y más del 20% superhéroe aunque el 60% de ellos cuando crezcan serán infelices y terminarán en trabajos que arrebataran su alma, con jefes explotadores que sólo les importa si sus bolsillos están lo suficientemente llenos de monedas, pero claro eso no va conmigo, ya que la pequeña Adila de 5 años quería ser cuidadora de tomates profesional.
Así es mi versión más joven y más sensata sólo pensaba en cuidar de los tomates de su abuela por el resto de su vida, pero un día se dio cuenta que eso era muy egoísta ya que su amor por esta planta de definición dudosa (no sabría definirla como hortaliza o fruta) era tan grande que quería cuidar de todos los tomates del mundo, aproximadamente de 3 millones de tomates al mismo tiempo, que puedo decir, siempre me ha gustado lo imposible, pero cuando una plaga infecto el huerto de tomates de mi abuela y no había más solución que arrancarlos y sembrar nuevos, me di cuenta que no era tan sencillo como parecía, así que descarte la idea de inmediato.
A los 8 cambié a un nuevo sueño, ya no quería cuidar tomates, ahora quería hacer los pasteles más deliciosos del mundo, deseaba que todos lucharán como gladiadores para ganarse un trozo de mis pasteles, solo existía un pequeño inconveniente con ese sueño, yo no sabía cocinar, y me abuela no me dejaba acercarme a la cocina desde que por accidente casi incendio su cabello, pero como era una excelente alimaña escurridiza no me costó mucho ingeniarmelas para entrar y preparar mis pasteles.
Quería hacer un pastel de vainilla, algo básico para empezar, así que tome los ingredientes que mi pequeña mente creía necesarios y comencé con mi magia, se podrán imaginar el desenlace ¿Verdad? Efectivamente, fue un fracaso total, esta vez el cabello de mi abuela quedó intacto, pero lamentablemente la casa casi sufrió las consecuencias, solo diré que hubo mucho humo saliendo del horno.
Después de renunciar a ser la mejor repostería de pasteles del mundo, decide a los 10 años ser peluquera y la pobre de mi abuela, que debería ser proclamada como Santa por aguantar a una mocosa que solo causaba caos fue la que sufrió las consecuencias de eso (como siempre) no es del todo mi culpa ¿Quién deja que una niña de 10 años te haga un cambio de estilo? al parecer mi maravillosa abuela, se supone que le taparia las canas con tinte de color castaño, pero si no metiera la pata no sería propio de mi, así que por despiste mío compre tinte de color verde, la pobre cabeza de mi abuela parecía un tallo de tomate.
Luego de esa tercera decepción ya me había rendido, hasta que mi amorosa abuela me vio tan triste que decidió intervenir.
Tengo este recuerdo tan vivo en mi memoria que juraría que recuerdo cada minuto de ese día.
Una pecosa Adila miraba por la ventana viendo como los cerdos eran felices revolcandose entre la suciedad, en ese momento quiso ser un cerdo, para ser feliz en el lodo.
Justo en el momento en el que pensaba donde diablos podía encontrar un hada madrina para que me transformará en cerdo, aparece mi abuela usando un sombrero de jardinería, en la mano izquierda sostenía una lista y en la derecha las llaves del cacharro, o sea su auto.
Fuimos al centro del pueblo, era sábado, los sábados se hacía la compra de la semana, después de ir local por local, ya cuando estábamos cansadas y sedientas, mi abuela me hace sentar en un banco de la plaza, me pide que solo observé a las personas y eso hice.
No note nada fuera de lo común, solo personas viviendo un paso a la vez, vi los empleados de los negocios, a los dueños, uno que otro perro, pero nada más, solo personas, pero mi abuela no veía solo eso, veía más y lo entendí cuando me lo explico.
Me dijo que cada uno de ellos tuvo múltiples sueños, así como yo.
"Escucha y observa" dijo.
"El panadero Luis quería ser carnicero"
"El carnicero Simón quería ser astronauta"
"La señora María que vende flores quería ser boxeadora"
"El cartero Ramón quería ser policía"
"Todos y cada uno de ellos tenían un sueño diferente y miralos, aunque no los cumplieron, eso no los detuvo, adaptaron sus fracaso, para que algún día se convirtieran en victorias"
"Ellos encontraron su lugar en el mundo, Adila, así como tú también encontrarás el tuyo o quien sabe quizás no lo encuentres y termines creadon tu propio mundo"
Tenía razón, lo encontré a los 18 años cuando decide que como regalo de cumpleaños a mi abuela Adila (si, nos llamamos igual) le haría algo que simbolizaba mi amor por ella, le escribí un libro en la escuela "Manual de la abuela para concentrar tus chacras" el cual le dediqué.
Y como siempre volvió a tener razón, yo no encontré mi lugar en el mundo, pero termine escribiendo sientos de mundo, galaxias, astros, todo lo que yo quisiera.
Todo gracias a el manual de la abuela.
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Amar sin prisas
RomanceÉl leía libros que le robaban suspiros. Ella escribía esos ladrones y a sus pequeños cómplices entre buena ortografía. Él amaba leer y a su escritora favorita. Ella escribía romance, mientras que en la noche escribía terror. Él tenía un hijo. Ella n...