Hora de jugar

60 31 47
                                    


Y ahí estaba yo,sentada en la misma mesa de siempre,en la cafetería de siempre.

Observando como se estaba desarrollando mi pequeño juego del mes y entonces lo ví.

Llevaba unos vaqueros negros ajustados,unas botas,una playera blanca,su cabello negro caía desordenado por su rostro dejando a la vista uno grandes ojos verdes.

No se podía negar que el tipo estaba bueno y con ese rostro de ángel lo podían creer incapaz de muchas cosas ¿no es así?

Pero poco a poco en la vida aprenderás que a veces el diablo tiene la cara más hermosa y exótica.

Y precisamente ese encanto cegador,ese anhelo por conseguirlo es el verdadero peligro.

Como de costumbre Cameron se sentó en una mesa a esperar a la susodicha de su "novia".

Que en realidad no era otra más de las niñas que encontraba,utilizaba y manipulaba para después ofrecerle una vida mejor.

Una forma de ganar dinero de la forma más fácil y conocida,nada más y nada menos que trabajando para el en su prestigiosa pero también un tanto misteriosa "instalación".

Un burdel...

Su burdel...

Te estarás preguntando,¿qué tiene que ver Cameron y su chica Maite en mi juego?

Pues hace tiempo he estado mandando pistas y cartas anónimas a la chica con el fin de que poco a poco,pero sin levantar sospechas,vaya descubriendo quién es el chico que la trae locamente enamorada.

Por supuesto esta investigación como siempre me ha demostrado que el amor te vuelve estúpido y ciego.

Aún así no voy a darme por vencida tan fácilmente en esta partida.

No pienses que hago esto por lástima a la chica y mucho menos por algún sentido de justicia hacía Cameron.

Lo hago porque me gusta evaluar el comportamiento humano,cómo se manifiesta y reacciona a cada situación.

Es una de las cosas que más me divierte y evita que me aburra como de costumbre.

De pronto mis pensamientos fueron interrumpidos por el mismo chico de cada semana.

-Buenas,bienvenida nuevamente a nuestro local,¿qué le puedo servir?-dijo este.

-Lo de siempre por favor.-hablé un poco cansada de su presencia.

-Por supuesto.-comentó y pensé que se iba a retirar como de costumbre,y de esa forma dejarme sola con mis pensamientos pero esta vez hizo algo completamente diferente.

-¿Le debe gustar mucho nuestra cafetería verdad?He notado que has venido varios días en este mes.

-Es la única en el pueblo.-respondo cortante mirándolo a los ojos,cosa que nunca había echo antes.

Había algo extraño en su mirada,como un vacío...no lo sé explicar muy bien,era como si una parte importante faltara.

Sus ojos me hacían sentir una sensación de...¿familiaridad?

Era una de esas miradas ausentes al mundo que lo rodeaba,indiferente hacia cualquier ser humano.

Sin embargo había cierta chispa de perspicacia en sus pupilas,como si estuviera consciente de cada secreto,cada mancha que una persona poseía.

A simple vista era muy atractivo,sin duda llamaba la atención.

Pero algo me decía que era mucho más complicado que eso.

El juego de AsaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora