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sus lentes bajaron por el puente de su nariz, sus manos jugaban entre sí dentro de las mangas holgadas de su suéter mientras apegaba el libro contra su pecho.
pasó saliva nervioso por última vez y abrió la puerta del salón, haciendo un pequeño chirrido y ya sintiendo la única mirada sobre él.
── ¿puedo ayudarte en algo? ── ofreció dejando el pincel y la paleta a un lado, mirándolo con atención a su vez que se acercaba.
── ¿e-es SeongHwa-sunbae? ── preguntó nervioso, todavía sin mirarle a los ojos, dejando su vista en las botas negras y altas del contrario.
── sí, ¿necesitas algo, San? ── respondió volviendo a su pintura.
── ¿c-cómo sabe mi nombre?
── Lee MinHo es mi hermanastro y va contigo, siempre cuenta cosas de sus compañeros, nada de otro mundo.
── ya veo... bueno, sunbae, venía a pedirle ayuda en historia. ── pidió avergonzado y de inmediato dejó de escuchar el pincel pasar por el lienzo.
── está bien, sería malo de mi parte no aceptar. ── aceptó y San quiso saltar de felicidad, ya que había escuchado que SeongHwa no era de aceptar el hacerle tutorías a gente de grados menores ── pero tendrás que darme algo a cambio.
── sí, sunbae, lo que quiera. ── asintió efusivo y con una sonrisa deslumbrante en su bonito rostro.
── te me haces lindo, San, y tus labios con brillo labial y pegatinas me llaman la atención. ── habló retomando su trabajo, sin dirigirle la mirada, sabiendo que estaría ruborizado, ya que todo lo avergonzaba ── quisiera ponerlos a prueba en mi polla. ── le sonrió mostrando sus dientes, se hubiese visto tierno si no habría dicho lo que dijo.
