No eran las 9 de la mañana

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No eran las 9 de la mañana

y un conductor de transporte público,

de los que llaman Bus Caracas

un pan sin relleno,

recién comprado,

en seco devoraba.


No eran las 9 de la mañana,

y una mujer que ni a mi edad llegaba,

vendía sin esperanza, una bolsa de nada

y a su lado una niña de hambre lloraba.


No eran las 9 de la mañana,

recorriendo una calle "La Candelaria",

madre e hijo entre basura masticaban,

y un señor afligido a ellos se acercaba,

con una bolsa de pan de acemas,

entregó dos y al final también la tercera.


Él lo hizo humilde,

ignoró que yo le observaba,

si vas a ayudar,

¡no te hagas propaganda!;

si tiendes la mano,

de publicidad no te colmes;

porque hasta el corazón noble,

de soberbia se corrompe.


No eran las 9 de la mañana

y yo ya quería volver a casa.


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Apuntes de la autora:

Iba por la calle, rumbo al trabajo, cuando todas estas escenas atraparon mi atención; cruce la avenida, aborde la camioneta y corriendo saqué lápiz y papel.

Situaciones como estas y más veo en el recorrido.

Tú caminando en la calle ¿Qué ves?

Besos...

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¡Abrazos!

Nota final: Llamamos "acemas" a un panecillo semidulce.

La Magia de un Lugar en RuinasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora