Cap 4

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Comúnmente, se tiene la idea de que el odio es el peor sentimiento que existe, solo por ser el opuesto de eso que todos anhelamos, la felicidad. Obviamos por completo que la vida está llena de matices y que su extremo más oscuro no es siempre el que más daño deja a su paso, al menos emocionalmente hablando.

¿Es natural temerle a los extremos? Por supuesto. Al menos una vez hemos escuchado que todo en exceso es malo: la ingesta excesiva de azúcar causa diabetes, pero la privación de ella conduce a una muy probable hipoglucemia. La felicidad más radical puede rayar en la obsesión, de la misma manera que lo puede hacer el  más profundo odio. Al final, todos los caminos llevan a Roma.

¿Hacia dónde va toda esta diatriba? Pues bien, todo ese temor nos hizo idealizar tanto el equilibrio  que nos volvimos ciegos a las notas amargas que hay en el, desde un punto de vista socioafectivo, claro está.

La indiferencia es ese punto medio entre sentirlo todo y no sentir nada, casi un vacío. En un contexto familiar, a veces, solo a veces , puede llegar a ser mejor una pequeña muestra de algo bueno o malo en lugar de nada en absoluto . No por nada siempre duele más la clásica y muy usada “ley del hielo” que soportar unas cuantas palabras de enojo. Pero, ¿por qué duele más recibir el silencio que el enojo? Simple: porque es el desconocimiento intencional de la existencia.

Por lo menos el enojo es la expresión de un sentimiento, de un movimiento. Lograr generar algo en otras personas es también una plena confirmación de la existencia, o de la ley de causa y efecto, como quieras verlo.

Hablando de causa y efecto, en la mansión de las Sandoval hay un espectáculo de esto. Es temprano en la mañana cuando Altagracia despierta con un gran dolor de cabeza por haberse quedado despierta y frente a una pantalla hasta pasadas las 2am, causa y efecto, al final del pasillo Mónica se encuentra llorando porque le incomoda el pañal húmedo, causa y efecto, en el pasillo una muy embarazada Regina camina con arrastrando sus pasos por la pesadez de su cuerpo, causa y efecto

Creo que se entendió el punto, ¿no?

El llanto de Mónica disminuye en cuanto se percata de la presencia de Regina, y su voz amorosa deseándole los buenos días.

-Te esta molestando el pañal mi cielo? No llores más la tía va a arreglarlo – para este punto el llanto ya había cesado y la pequeña Mónica mira fijamente a su tía con su pulgar en la boca.

Una vez limpias, bajan a la cocina donde Rosalba ya estaba sirviendo el desayuno.
-Buenos días Rosalba, huele delicioso, no es asi Móni? – dice Regina mientras se acerca con una Mónica somnolienta y desaliñada en su cadera.

-Usted siempre tan amable señorita Regina, hola preciosa- con su dedo pincha suavemente los costados de niña sacándole una sonrisa.

Regina sienta a Mónica en su silla alta para que pueda comer la fruta que le sirvieron, ya más despierta la pequeña usa sus manos para llevarse la comida a la boca, haciendo un pequeño desastre.

Minutos después , escuchan el inconfundible sonido de los tacones de Altagracia bajando las escaleras. La doña impecable como siempre, lucia esta vez un pequeño ceño fruncido haciéndoles pensar a las otras mujeres en la cocina que la había hecho enojar ahora.

-Buenos días Alta, dormiste bien? -

-En absoluto Regina, tengo un dolor de cabeza infernal y solo quiero tomarme 20 pastillas a ver si pasa – ni bien había terminado cuando pusieron frente a ella una pastilla y un vaso de jugo de naranja – muchas gracias Rosalba- la rubia agradece y voltea a ver a Mónica por primera vez, levantando una ceja  al ver que estaba totalmente manchada de fruta y comiendo demasiado rápido.

-Baja la velocidad Mónica el mango no se irá de tu plato, mira como estas de sucia—si bien no levanto la voz ni fue grosera su tono era tal vez poco demasiado serio y firme para dirigirse a una niña que aun ni cumple el año. – la respuesta de la niña fue inmediata, el pequeño cuerpo se retrajo y comenzó a comer más despacio
(Uno pensaría que un bebé de 11 meses no es capaz de distinguir entre personas personas “ buenas o malas” para ellos, esto es parcialmente incorrecto incluso a esa edad el menor es capaz de reconocer rostros y asociarlos a X experiencia, o al sentimiento que este le causa con regularidad.
Entonces, la estrategia de defensa de Altagracia deja de ser unilateral, mientras más logra distanciarse de su hija, más extraña se vuelve para ella.)

-Dejala hermana, esta aprendiendo y sabes cuanto le gusta el mango – en realidad no, no sabía que le gustaba tanto el mango – no crees que se te olvida algo Altagracia? –

Altagracia pov

Porque me ve así? Oh ya entendí, vuelvo a ver a Mónica que me mira tranquilamente mientras come su mango, como pueden culparme por huir de esos ojos si siempre parecen escarbar en mi alma.

-Hola Mónica, buenos días – si me escuchó no lo aparenta porque ni se inmuto, mentiría dijera que no me incómodó un poco ver su falta de reacción, hasta hace un mes ella solía sonreírme y extenderme sus brazitos para que la cargara. Tal vez solo sigue con sueño.

      romper un lazo siempre es mucho más fácil que crearlo

-Bebé – ahora si la cabeza de Mónica se gira en dirección a mi hermana mirándola con atención y un brillo en los ojos que me puso celosa – mamá te esta saludando amor, di hola – la pequeña levanta una mano en mi dirección y la agita – bien hecho bebé – otra sonrisa para regina1

¿Por qué se siente como un competencia que siempre estoy perdiendo?

Porque lo es, pero no contra Regina precisamente.
… …

Pero este no es un caso aislado, han sido muchas las interacciones incomodas entre madre e hija cortesía de Altagracia. Con el tiempo la rubia pudo darle nombre a esas malas mariposas de antes, finalmente descubrió que no era enojo pero si un extraño vacío, que se sentía mal porque pese a todo Altagracia tuvo una gran madre y conoce como se supone que debía sentirse ver a un hijo.

Altagracia creía fielmente que con el tiempo ese vacío se llenaría y podría cumplir su papel como su madre hizo con ella.

No se dio cuenta que dejaba pasar pequeños momentos muy importantes en ese lapso de tiempo.
Como la noche en que velaba el sueño de Mónica, cuando está se despierta y la ve al pie de su cuna, con un puchero lloroso le extiende lo brazos esperando que la alzara, cosa que no pasó, lo único que recibió fue una pequeña caricia en la cabeza y luego la silueta de su mamá llendose provocando un pequeño llanto, llanto que solo cesó cuando el sueño se hizo más pesado que su tristeza.

O cuando estaba cuidando a Mónica porque Regina se estaba duchando, la pequeña ya se movía gateando por toda su habitación cuando se dirige hacia ella y se levanta tambaleante apoyada de su pierna mirándola con una sonrisa, si  bien sus ojos la intimidaban su sonrisa la hacia esclava a ella,  no soportando tal ternura decide que cargarla no afectará a ninguna de las dos.
Incluso la pasó bien haciéndole muecas y disfrutando ser la causa de su risa. En ese momento, suena su célular y atiende sin ver, mala idea teniendo en cuenta que se trata de la doña que majea mil negocios que no siempre son perfectos, acabó perdiendo la paciencia y gritándole a su empleado con Mónica aun en brazos. El resultado? Una bebé asustada llorando, una empresaria estresada sin saber como calmarla y una embarazada corriendo por el pasillo para ver a su sobrina.

O cuando simplemente la saludaba y luego la ignoraba en los desayunos dirigiéndose solo a su hermana.

Hasta este momento Altagracia logro que su indiferencia fuera correspondida y con razón, pero no por mucho

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⏰ Last updated: Jun 28 ⏰

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