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Aquella pelea que tuve con Rama y Mar me convenció de no volver a esa casa a pesar de tener a los chicos, pero mi orgullo estaba por delante. Siempre fui muy orgullosa, a veces eso me impedía algunas cosas, aunque, ahora sé cuando dejar el orgullo de lado. De vez en cuando veía a los chicos cuando les tocaba robar aunque en ese tiempo yo estaba con ellos y le ayudaba un poco, ya saben, cuando uno roba desde los 5 años se hace experto.
Ahora estaba robando para mi. Mientras la música se reproducía ellos se acercaban interesados, me veían bailar y se quedaban hipnotizados. Trabajo fácil. Cuando salían de la "hipnosis" de daban cuenta de que le habían robado, pero yo ya estaba demasiado lejos para que me reclamaran.
Caminé lejos hacia un supermercado y compré los insumos necesarios que iba a necesitar para vivir el resto del mes. Este tiempo estuve ahorrando para ir a comprar como una persona decente. Cuando terminé las compras fui a dejar las cosas en el lugar que me estaba quedando. El primero en aparecer fue Luca, me saludó con un beso en la mejilla.
—¿Trajiste todo?—me ayudó con las bolsa dejándola en una mesa.
—Sí, como sobró me voy a dar un gustito —sonrió.
—Traeme algo entonces —asentía y salí de ahí.
Caminé hasta el centro de la ciudad para ir a comprar ropa de segunda mano, no podía ir a una tienda normal, me alcanzaría menos de lo que tengo. Me alcanzó para una falda, dos poleras y un pantalón. Me dirigí hacia la casa pero antes de llegar personas que conocía se atravesaron en mi camino.
— Tn —seguí caminando, ignorandolas.
—Para por favor —me giré de brazos cruzados, en silencio esperando a que ellas hablaran.
—Necesitamos que vuelvas.
—¿Para qué, gitana?¿Para que sigan hablando de mi?
Tragaron en seco agachado su cabeza al mismo tiempo. Marian ella fue la primera en levantarla y mirarme a los ojos con angustia.
—Lo sentimos, es que se nos aflojó el tornillo y no sabíamos que hacer, perdónanos Tn— supuse que sus palabras eran sinceras.
—Las voy a perdonar, pero no crean que vamos a ser las súper amiguis—ellas asintieron.
—¿Vas a volver?—cuestionó la morena.
—No chicas—se miraron entre sí.
—Tienes que volver, los chicos están insoportables y Bartolomé con Justina están peor.
—Ese no es mi problema.
—¿Y nosotros, Tn?
Hablaron unas personas a mi espalda. Cuando los reconocí puse los ojos en blanco, se habían coludido para que yo volviera y sabían que esos dos eran mi debilidad.
—¿Que planean?—indagé, aunque sabía que cosas era—, ya les dije que no iba a volver, estoy bien como estoy.
—Te extrañamos, yo te extraño— se acercó a mi y lo abracé sin querer soltarlo. Necesitaba un abrazo de él desde hace mucho tiempo.
—Bueno suelta, que yo también quiero — Lleca lo sacó y le correspondí el abrazo, también necesitaba a ese rubio.
—Dale Tn, tienes que volver, hasta mi papá te extraña —¿cómo le digo que esa es una de las principales razones por la que no vuelvo?
—Nosotros te extrañamos, incluso Rama — ¡mierda!, intentaba manipularme con él.
—No chicos, no voy a volver, ya está dicho— todos suspiraron a la vez, como si estuvieran conectados.
—Boncha, tienes que volver porque ahora que te tengo cerca es jomer, vuelve por mí, boncha —me miró a los ojos intensamente.
—¡Ah!—bufé—, bien, volveré pero tengo que hacer algo antes.
Todos aplaudieron felices, me despido de ellos y me voy corriendo donde Luca, tenía que decirle que me iba a otro lugar y que no se podía aparecer por nada del mundo.
—¡Basta, Luca!— exclamé, enojada.
No le parecía la idea de que me vaya y lo deje solo. Sabía que mucho tiempo no podíamos estar juntos, el estaba en cosas raras, no sé en que cosas, pero aquellas no eran de mi agrado, él lo tenía más que claro; de un día para otro yo podía desaparecer y el no me volvía a ver hasta que yo lo visitara.
—No puedes llegar e irte, Tn —empecé a guardar mis cosas.
—Luca, tu más que nadie sabes que a donde llego me voy, y si quiero, vuelvo —suspiró pesadamente.
—Sí, lo sé, piensa en mi, sabes que te quiero y que contigo soy mejor, eres mi mejor amiga, y yo te necesito —¿por qué todos intentaban manipularme?
—Luca, lo único que necesitas es a ti mismo, yo me quiero ir y sabes que cuando algo se me mete en la cabeza no se me sale hasta que lo cumpla —agachó su cabeza y luego me miró directamente a los ojos. Estaba triste, se notaba en sus esferas, a mi también me dolía dejarlo, pero tenía que ayudar a los chicos, tenía que ayudar a Lleca, sobre todo a él.
—¿No te veré más?—lo abracé.
—No lo sé, espero que sí—le besé su mejilla y la acaricié, terminé de ordenar mis cosas y Luca me abrazó como si fuera el último. Quizá podía serlo.
—Te quiero.
—Yo igual.
Le sonreí y me fui de ahí dejándolo atrás. No estaba segura si lo iba a volver a ver, yo iba a estar con los míos y el con los suyos, dos cosas totalmente opuestas.
Llegué al frente de la casa y crucé el portón. Cuando entro a la mansión observo como los chicos están discutiendo con Nico, éste, harto les grita obteniendo el silencio de todos.
—¿Me extrañaron?
Una sonrisa se asomó en el rostro de todos, corrieron hacia mi envolviendome en sus cálidos brazos, se alejaron y mi vista paró en un par de ojos azules.
—¿No me vas a saludar?—su sonrisa se amplió al igual que la mía.
Ambos caminamos hacia el otro y nos envolvimos, extrañandonos. Cuanto necesitaba sentirlo.
Era definitivo, no iba a ver a Luca, me iba a quedar con ellos, estaba más segura que nunca.
HOLAAAAA! Me extrañaron, no les pregunto porque sé que sí, no estuve aquí porque estoy cerrando semestre, y estuve metida con otras cosas, además estoy trabajando, espero subir más capitulos esta semana.
Espero que les haya gustado aunque haya sido relleno, de paso vayan a leer una historia en mi otra cuenta.
