( Cinco ) orfanato prt. 2

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Advertencia: contenido +18

Esta es la continuación de un one shot muy viejo (de cuando comencé a escribir el libro) así que les recomiendo leer la primera parte si no recuerdan muy bien <3.

— ¡Carajo, nada de esto está funcionando! — grita Cinco tirando su cuaderno a cualquier lado de la sala sin obtener nada resultado

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— ¡Carajo, nada de esto está funcionando! — grita Cinco tirando su cuaderno a cualquier lado de la sala sin obtener nada resultado.

Regresar al 2019 es más difícil de lo que creyeron y Cinco se está estresando demasiado, incluyendo que sus hermanos y hermanas tampoco colaboran demasiado. Deseas que algun día se den cuenta de que todo lo que hace tu esposo es por el bien de la familia pero siempre lo tachan como un egoísta. Odias que hagan eso. Afortunadamente te tiene a tí que siempre estás ahi cuando te necesita.

— Debe haber una solución que no sea aceptar el contrato de la Encargada — hablas acostándote en la cama con un libro 

— Papá me dijo pura mierda, ni siquiera me ayudó ni un poco. Pensé que era más inteligente pero veo que no es asi. ¿Y qué es eso de "todo puede pasar en cuestión de segundos"? ¡ni que quisiera ir a marte o qué se yo!

— Tranquilo, cariño. Puede que no estés físicamente viejo pero si sigues así te va a dar un paro cardiaco... Mejor piensa en la mejor opción que tengas, sea lo que sea que escojas yo te apoyaré.

— Okey... gracias, enserio — pausa— ¿sabes qué? tal vez asesinar a un par de personas no me vendría mal.

Sueltas una risa — ve a aceptar el tonto trato, aquí te espero.

Él asiente y te da un pequeño beso antes de teletransportarse e irse. Ya es de noche, las 8 de la noche, y el libro que lees es muy interesante como para cortarlo aquí. Sigues tu lectura unos minutos más. No te preocupas de que alguien entre ya que Cinco consiguió un apartamento para que te quedes, a él le gusta tener su privacidad, en especial cuando su familia está cerca de él, por lo que decidió que no vivir en la casa de Elliot con los demás era una excelente idea.

Te sorprendes un poco cuando el contenido de tu libro se vuelve muy... exótico. Muerdes tu labio. Hace demasiado que Cinco y tú no tienen intimidad, más exactamente desde que dejaron la Comisión, además de que se separaron por culpa del salto en el tiempo y eso asi que lo extrañas un poquito, pero no quieres decirle nada porque no te quieres ver tan necesitada. A él le encanta hacerte sentir así y tú odias que lo haga.

Piensas un poco hasta que te decides. Apagas la luz del mesón quedando un poco oscura y bajas tu mano por la sábana levantando tu camisón, jadeas de inmediato. Por lo general no haces esto pero ocasiones así lo ameritan. Echas tu cabeza para atrás cerrando tus ojos sintiendo el placer recorrer por tus venas.

— Mmm... M-mierda — maldices temblando.

Bajas tu otra mano uniéndola a la explosión de sensaciones que tienes y tragas en seco respirando agitada. Por tu mente divagan miles de escenas que no te gustarían que estuvieran allí, pero es inevitable no pensar en Número Cinco, es en lo único que piensas todo el tiempo.

— ¿Interrumpo algo?

Te sobresaltas de inmediato al escuchar la voz de Cinco, quien está en una esquina del cuarto con una sonrisa orgullosa. Ríes nerviosamente colocándote recta en el colchón.

— Eh... yo estaba... n-no es lo que piensas, enserio. 

— Descuida nena, es normal — dice sin preocupaciones. Se acerca a la cama sentándose en la orilla. Quita la sábana y acaricia tu pierna suavemente subiendo por tu muslo — si me necesitas puedes decírmelo.

— La verdad me daba algo de pena...

— ¿"Pena"? por favor, cariño. — ríe un poco — hemos estado muchas veces juntos en la cama durante 25 años, ya estoy acostumbrado. Ahora... ¿vas a seguir o puedo unirme? — pregunta con una mirada que te atravesó el alma. Sonríes.

Te acercas a él besándolo enseguida, besa tu cuello en mordidas bruscas. Gimes.

— Vayamos lento... quiero que disfrutemos esta noche — susurra quitándose la chaqueta, asientes.

Se recuesta en la cama dejándote encima, agarra tus caderas fuertemente y comienzas a moverte encima de su pantalón provocándolo. Sus manos bajan a tu trasero sin previo aviso.

— ¿Te tocabas pensando en mí? — pregunta, asientes. Se sienta besándote y quita la única vestimenta que tienes dejándote desnuda. — yo también lo he hecho...

— Te extrañé. — murmuras desabotonando su camisa blanca. Acaricias su abdomen un poco marcado.

Te da la vuelta dejándote debajo suya y continúan una sesión de besos calientes y caricias. Cinco es el que manda la mayoría de las veces, le encanta hacerlo, siente que tiene completo dominio sobre tí y lo que te hace sentir. Bajas su pantalón masajeando tus pechos y gimes cuando los ataca como si de una presa se tratara.

—Amor... — gimes agarrandolo de su perfecto cabello.

— Carajo, me encantas — vuelve a tus labios acariciando tu cuerpo.

Se separa de tí buscando en su pantalón, donde saca el condón que tiene poco su bolsillo. Cinco no es idiota y sabe que en cualquier momento podía suceder esto asi que lo primero que hizo fue comprar protección para evitar accidentes. Iba a abrirlo pero lo detienes.

— Puedo tomar la pastilla si quieres... — interrumpes, él alza sus hombros sin importancia y lo tira lejos volviendo a besarte.

Te das la vuelta inclinando tu pecho en el colchon y alzando tus caderas. Cinco se arrodilla detrás tuya. Se mueve rápida y bruscamente contra tí tomando tu cuerpo en sus manos.

— ¡C-Cinco, ah! — gritas agarrandote del espaldar de la cama. Te dolía un poco debido a que siendo adolescente eres virgen, él igual, pero prefiere disfrutarlo antes que pensar en eso.

Sus movimientos continúan en un vaivén descontrolado. Jala tu cabello pegando tu espalda a tu pecho y besa tu cuello acariciandote.

— Cariño, estás muy apretada... — susurra en tu oído. Eso te prendió más.

Te separas de él sin avisarle y te giras besándolo con todas las ganas que tienes. Te sientas en sus piernas saltando en su regazo. Su mano derecha masajea tus pechos mientras la otra se encuentra encuentra abajo, tu punto más sensible.

— No pares — ordena mirándote a los ojos. Niegas con la cabeza apoyándote en sus hombros para seguir.

Gritas cuando llegas a tu límite, él mueve sus caderas un poco más llegando igual. Aprieta las sábanas. Ambos caen en el colchón abrazándose. Cinco quita el cabello de tu rostro en silencio y acaricia tu mejilla mientras ambos recuperan aire.

— Me vuelves loco, cariño... — murmura. Te acurrucas en su pecho.

— Te amo— susurras, da un beso en tu frente

— Yo también.







𝗈𝗌, 𝗍𝗒𝗉𝗌, 𝗂𝗆𝗀𝗌 ~ cinco, aidan 《 completa en español✔︎ 》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora