He decidido crear este pequeño apartado donde narrare algunas de las historias de los diferentes dioses que han existido en nuestro mundo, para que tengan alguna idea de quienes son cuando aparezcan en mis historias.
En mis historias suelo darle mayor importancia a los mitos nórdicos, griegos y al judeocristiano, pero hay otra mitología que también ha estado presente y es la egipcia. Y hoy les hablaré del dios del sol, uno de los dioses creadores, uno de los reyes supremos de los dioses: Ra.
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Y ya me veo venir los chistes de: "Y la cosa suena Ra"...
Orígen del Cosmos
Los egipcios tenían numerosos mitos sobre la creación, cada uno involucraba a dioses diferentes y con detalles que iban variando. Ellos veían esto como algo bueno, y consideraban que cada orígen era totalmente válido. Aquí solo relatare uno de ellos.
Al principio, no había más que una inmensa oscuridad que todo lo abrazaba. Junto a esa oscuridad había un enorme mar primigenio de conocido como Nu o Nun (que se traduciría como abismo acuoso y estaría emparentado con la palabra nen que significa inactividad). De ese calmado mar surgiría un huevo o un montículo de tierra seca, aunque en otras versiones ya surgiría la deidad en todo su esplendor. Ya sea porque el huevo se rompió, o porque el montículo se transformó, de allí surgió un brillante y poderoso dios que estaría destinado a traer orden al casos del universo: Ra.
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"Al amanecer me llamo Khepri (se deriva del verbo egipcio ḫpr, que significa "desarrollar", "llegar a existir " o "crear"), al mediodía Ra y al atardecer Atum (del verbo tm que significa 'completar' o 'terminar')". Esas fueron las palabras que uso Ra para provocar los movimiento del Sol, disipando de esa manera las oscuras penumbras que gobernaban el universo. No contento con esto, decidió crear a los demás dioses para hacer del mundo un lugar más habitable. Primero creo a Shu, el dios del viento y a Tefnut, la diosa de la humedad y la lluvia. Algunos dicen que los creo a partir de su saliva, otros que los hizo usando únicamente su palabra, otros que los estornudo, y en otras versiones los hizo a través de su semilla tras complacerse a si mismo. Sea como sea, ellos dos fueron los primeros hijos de Ra. Con su nacimiento, se creo un vacío seco en medio del Nu. Shu y Tefnut, curiosos del territorio que los rodeaba, se fueron a explorar. Ra (o Atum, en algunas versiones) envió a su ojo para que buscara a sus hijos perdidos. Cuando su ojo regreso con los hijos perdidos, se derramaron lágrimas ante tal reencuentro. Pero aquí, nuevamente, hay dos versiones. Una parte dicen que las lágrimas las derramó Ra, al ver nuevamente a sus hijos. Y por lo tanto, serían lágrimas de felicidad. La otra parte, dice que las lágrimas fueron derramadas por el Ojo de Ra, enfurecido al ver como había sido reemplazado en el rostro del dios. Estas fueron lágrimas de tristeza y furia. En cualquiera de los dos caso, las lágrimas darían orígen a la humanidad. El Ojo de Ra fue convertido en una serpiente que el propio Ra portaba en su cabeza, como forma de protección.