Día 1

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Asiente en respuesta una y otra vez, ni siquiera sabía que le decían.

—¡Idiota!.

Recibe un fuerte golpe en su cabeza que le hace alzar la vista.

El ceño fruncido de su esposo lo hace volver a la realidad.

—¿Y ahora que hice?—se queja mientras se soba la parte afectada.

—¡Acabas de aceptar ir a la casa de mis padres!—exclamó con enojo.

—Ah… Mierda—masculla al notar su error.

—Si que eres un verdadero idiota, ¿Sabes que mi padre te odia?, Creo que no, te lo recuerdo, ¡Mi padre te odia!—afirma en un grito.

—Ya ni siquiera escuchaba lo que tu mamá me decía, lo lamento—murmuró.

—Claro, ahora dime, ¿Cómo le dirás que adoptamos?—pregunta alzando una ceja.

—No les diremos, contratemos una niñera—aclara el pelirrojo.

—Intentaré contactar una—murmura el azabache dándose la vuelta.

El pelirrojo bufa y se levanta del sillón.

—¡Dame eso, Jin!—exclama una pequeña voz femenina.

—¡No!, ¡Ayuda, padre Touya!—el pequeño niño se abalanza hacia el adulto que acababa de ponerse de pie.

—¡No le ayudes, padre Touya!—exclama la rubia para –de igual forma– abalanzarse sobre su padre.

—¡Ah!—ante el repentino peso extra de dos niños, los tres caen abruptamente al suelo.

Touya utilizó su cuerpo para evitar que los niños se lastimaran.

—Malditos… ¡Les he dicho que no se me lancen así!—exclamó con enojo. A los niños poco les importó el grito y siguieron corriendo, persiguiéndose entre sí—¡Oigan, háganme caso!—gritó hacia la dirección en la que los pequeños habían huido.

Bufa con molestia y se levanta.

—Parece que se divierten más con tu intento de autoridad—murmura Tenko agachándose hacia el mayor.

—Son solo unos mocosos, a pesar de no ser biológicos, yo también me divertiría con el intento de autoridad de mi padre—burla el mayor.

—Bueno, entonces, no te quejes—susurra.

Touya detiene a Tenko de pararse; ambos se miran a los ojos y Touya sonríe.

—Amor… Dame órdenes, por favor—susurra con deseo el mayor.

—Son las cuatro de la tarde, maldito pervertido—gruñe el menor viendo a su marido.

—Aun así, la tarde me calienta—murmura pasando sus manos de manera suave por las curvas del menor.

—Hey, Tou… ya, para—susurra intentando parar las traviesas manos de su marido.

—¡Shh! Cállate, nos verán.

Aquellos susurros les hizo dirigir su atención hacia otro lado.

—¡Ah!—exclama la menor de ambos hermanos para desaparecer.

—¡Idiota!—exclamó Tenko golpeando la cabeza de Touya.

—¡Ay!.

—¡Corre, Himiko, corre!—exclama el pequeño Jin mientras corre detrás de la niña.

—¡Jin, Himiko, vuelvan aquí!—exclama Tenko yendo detrás de ambos.

—Ah… Uno ya no puede estar tranquilo ni en su propia casa—se queja el mayor.

>>DabiShiga Week<< 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora