CAPITULO I : NUEVO COMIENZO

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LISA

Con una serie de errores encima y otras mil formas de cagarla tan temprano, tan solo llevaba tres horas despierta en este mundo y nada iba conforme al plan que habíamos pactando con mi cerebro. 

Eso causa que mi dramatismo desmedido aumente por culpa de que ≪nada va conforme al plan≫. Se imaginaran que entonces mi vida siempre era un melodrama o algo parecido a una tragicomedia;  

Porque simplemente...nada nunca me ha salido conforme al plan. 

Las pequeñas gotas de sudor que resbalaban torpemente por el costado de mi frente, lo que me causaba rechazo. Miro el tonto reloj que marcaba cualquier tiempo menos el correcto. Cada segundo que pasa parece un martirio, y eso es un poco humillante.

Pero lo que seguro se consideraba martirio para cualquiera en este momento, eran mis pies que se me movía con una rapidez y de forma molesta por el pasillo donde todos miraban.

Volviendo al punto...la realidad es que llegaba tarde, pero no me importaba tanto, nada era peor a la vida de antes;

 La vida de hace casi un mes atrás, en donde no estaba aquí, sino en Valleyfall, totalmente encerrada en mi habitación, dando explicaciones, y discutiendo con mis padres mi futura independencia universitaria y todo lo que eso implicaba.

En mi sueños más locos, me imaginé este momento como un musical brillante y digno de admirar, y no llegando groseramente tarde a mi primer día. 

Si Tabitha estuviese aquí, esto no pasaría, pero me debo acostumbrar a la vida de adulto sin ella.

Era de perros que tú y tu mejor amiga estudien carreras separadas a miles de millas de distancia. Éramos un equipo que se complementaba muy bien. Al menos sé la puedo molestar por facetime cada vez que pueda.

Acomodo mi negro cabello corto, y el bonito vestido mientras el aire me golpeaba por todas partes.

Sigo corriendo y me agradecí por traer botas bajas y no tacones o algo parecido. Busco el aula cuatro y evidentemente allí estaba. Abro la puerta y un gran rechinido me pita en el oído.

—Cállate...—Maldigo por lo bajo. 

Entonces siento la presión de varios ojos mirándome. Claro, todos lo hacían, incluyendo el profesor en lo bajo del salón.

Él sonrió y todos rieron. Me apunta con el dedo y luego hacia arriba a un lugar vacío en lo alto de la clase.

—Lo siento —murmuro sin obtener respuesta. 

Me lo merecía, ya estaba media hora tarde.

—Creo me veo en la obligación de hacer algo que no me agrada.—La gran voz del maestro se hace presente otra vez —. Para la señorita que acaba de llegar media hora tarde, por favor preséntese. 

El mundo deja de girarme y apunto mis ojos al adulto de chaleco y corbata a lo bajo del aula.

—Póngase de pie, cuente algo de usted y coméntenos porque eligió esta materia optativa. 

Niego lentamente mientras el asiente de la misma forma y con una sonrisa digna al del gato de Alicia en el país de las maravillas. Ladeo con la cabeza y me levanto del lugar.

Observo mis piernas cubiertas por la fina media de color negro. Acomodo mi vestido color rojo y mis botas parecían lo más estimulante de mirar ahora. 

—Señorita. 

El tono de advertencia del profesor hace que se me revuelva el estómago.

—Mi nombre es Lisa Chaplin, tengo 19 años, nací en Valleyfall, y elegí historia del arte porque...

EL LIMITE ENTRE NOSOTROSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora