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Elisa

Holi 😊 este es un pedido de @Natalia_976 espero que te guste 😘❤

La tarde era aterciopelada, la brisa fresquita del verano rozaba con sutileza tus brazos y piernas, la luz de las farolas de la calle iluminaban conjuntamente con los últimos rayos del sol haciendo que el camino de vuelta a casa fuera más bonito y acogedor, de camino te paraste en la pequeña cafetería, observaste los pasteles caseros y el mostrador de batidos naturales, sonreíste y sacaste la cartera.

- Buenas tardes. Dijiste al chico que estaba en la barra

- Buenas tardes ¿ Qué desea?

- Me podría poner una porción de tarta de zanahoria, otra de oreo, un batido de papaya y mango y otro de plátano y fresas, para llevar por favor

- Vale pues dame un momento y te lo preparo todo. Dicho esto el muchacho se marchó y empezó a elaborar el pedido.

Mientras esperabas a que aquel chico terminara de servirte cogiste el móvil para echar un vistazo a las redes sociales ya que habías estado todo el día trabajando y no te había dado tiempo, después de unos cuantos rt y otros tantos fav levantaste la mirada del móvil para comprobar si tu pedido estaba listo, al ver que no lo estaba te acercaste a la barra y te apoyaste. Unos segundos después el chico dejó la cajita de cartón en la barra, te sonrió y te cobró.

- Muchas gracias, que tenga una linda tarde. Dijiste sonriendo antes de irte

- Igualmente. Dijo el chico sonriendo.

Saliste de ese pequeño establecimiento y caminaste con cuidado de no tirar nada, unos cuantos minutos más tarde llegaste por fin a tu piso, subiste por el ascensor por miedo a que tu torpeza estropeara las tartas pues con la suerte que tenías seguro que te tirabas los batidos o peor aun te caerías justo encima de la caja y te cargarías todo y encima te mancharías entera. El sonido del ascensor llegando a tu piso sonó, las puertas se abrieron y saliste de él, mientras te dirigías a tu puerta ibas tarareando una canción, la cual no sabias la que era pero se te había venido a la mente, cogiste las llaves y abriste la puerta aun tarareando, te quitaste los zapatos y con cuidado los apartaste con tu pie derecho, dejaste las llaves en el pomo de la puerta para después caminar hacia la cocina.

Conforme entraste en la cocina escuchaste las patitas de alguien correr hacia ti, dejaste la caja en la mesa justo a tiempo pues Rush vuestro Golden pegó un salto y colocó sus patas en ti haciendo que casi te cayeras.

- Hola pequeñajo, ¿ me has echado de menos?, por que yo a ti sí. Dijiste haciéndole mimos al perro.

El perro se sentó y te ladro como modo de respuesta, te reíste y le volviste a acariciar la cabeza, apagaste la luz de la cocina y andaste hasta el salón para dejar todas tus cosas, soltaste tu mochila al lado del sofá para luego estirarte, al hacerlo inconscientemente miraste para la terraza quedándote en tu nube cuando viste quien estaba allí.

Allí sentada con las piernas subidas al sillón colgante, con su cuaderno de dibujo apoyado en ellas, la luz del atardecer iluminando su piel, los rizos rebeldes de su moño cayendo en su rostro y vestida con una camiseta ancha blanca la hacía parecer una diosa y en cierta forma lo era, pues era tu diosa.

Te acercaste a la terraza y te apoyaste en el marco de la puerta con los brazos cruzados, justo cuando te apoyaste Elisa levantó la cabeza de su cuaderno y miró para tu lado, cuando te vio sonrió dulcemente.

- ¿ Qué tal el día peque?. Dijo ella

- Bastante aburrido, estaba deseando volver a casa y estar un rato con vosotros ¿ Y a ti amor?

- Pues entretenido pero tenía ganas de que llegaras.

- Tus deseos se han cumplido es más no he venido sola, espera.

No le dejaste hablar, caminaste hacia la cocina y cogiste la caja con cuidado, miraste hacia a la puerta, asentiste recordando algo, abriste el armarito y cogiste unas chuches. Volviste a la terraza y te sentaste junto a Eli en el sillón para luego abrirla.

- Te he traído tu batido favorito y dos trozos de tarta.

- Gracias. Dijo dándote un beso para luego coger el batido y darle un sorbo.

- De nada .

Fuiste a hablar pero Rush te interrumpió ladrando y poniendo la pata en tu pierna para que le hicieras caso.

- Tranqui rubio que tú también tienes. Dicho esto le lanzaste una chuche, la cual el perro saltó y se la comió.

Durante lo que quedó de tarde disfrutaste de los últimos rayos de sol apoyada en el hombro de Elisa, comiendo juntas los trozos de tartas mientras Rush dormía a vuestros pies boca arriba.