【Capítulo. 3】

493 47 13
                                    

Niñero

Izuku caminaba a paso relajado por la calle, preocupándose más por la tempestad del día a que por donde iba. Se arrepentía profundamente de no haber revisado el tiempo o de siquiera abrir su ventana antes de salir de los dormitorios, la calefacción del lugar hacía que su habitación estuviera cálida, sabía que afuera estaría frío pero no a tal grado de hacerle tiritar. Aunque, por un lado al pecoso le daba un poco de tristeza que faltara poco para que el Invierno diera fin, era 09 de Marzo, faltan 3 días para que la primavera llegará. La estación no le desagradaba pero prefería el invierno, no precisamente por el frío, sino por la ambientación que suele tener este. No hay nada mejor que estar acostado entre las sábanas viendo el celular o comer un delicioso Katsudon viendo los copos de nieve o las gotas de lluvia caer por la ventana.

Sus pasos fueron detuvimos por un delicado toque en la pantorrilla que conocía muy bien, era Yukimi, el gatito que suele visitar todos los días. Se puso en cuclillas para poder acariciar la sedosa piel del felino, golpeándose mentalmente por no haberle traído comida.

—Lamento no haberte traído comida, cuando vuelva a la Universidad te traeré —el maullido que recibió de vuelta lo hizo sentirse menos webón por estarle hablando a un minino.

Después de unos minutos en los que siguió acariciando a Yukimi retomo su caminata, su casa quedaba unas 2 cuadras más adelante, por lo que, no le tomo mucho tiempo llegar a casa. Sacó las llaves del bolsillo que tenía su polerón color crema y abrió la puerta.

—¡Ya llegué! —avisó por lo alto cerrando la puerta.

—¡Izuku! —el mencionado abrió grande los ojos de la impresión al ver a Mahoro y Katsuma saludarlo al unísono, ambos chicos lo habían recibido con un cálido abrazo. El peliverde se agacho lo suficiente como para poder abrazar a ambos niños, Katsuma correspondió el abrazo con timidez pero alegre, no como su hermana, quien forcejeó un poco para salir de los brazos de Izuku

—¿Que hacen aquí? —preguntó al finalizar el abrazo.

—Shimano-San me dejo para cuidarlos —Inko apareció por el pasillo—. Pensé en hacerlo sola pero ellos insistían en querer verte, ¿Crees que podrías llevarlos al parque hasta la hora de comer? —preguntó.

—No te preocupes, los llevare a tomar algo caliente o alguna otra cosa que ellos quieran —bajo su mirada para mirar a ambos castaños—, ¿Que les parece? —Mahoro y Katsuma asintieron con entusiasmo—. Bien, vayan a buscar sus abrigos —dijo reincorporándose.

El pecoso saco su celular del bolsillo trasero de su jeans negro para enviarle un mensaje al grupo que tenía con Ochako, Tenya y Shoto.  Le alegraba lo rápido que había avanzado su amistad, de hecho, hace poco Todoroki había estado hablando con Ochako dentro de este. Aviso que iba a estar en el parque junto con los hijos de un amigo de Inko, el miope quien siempre contestaba de inmediato, le dijo que tuviera cuidado y que no se olvidara de sus surpersores, Izuku le respondió que ya los había tomado antes de ir a casa de su madre y que no había problema con ello.

La Omega se acercó a Izuku tomando sus manos para poder acariciarlas suavemente con sus pulgares, siguió así unos segundos, mirando fijamente sus manos hasta que dejó de acaríciales, dejando uno de sus pulgares en un lugar específico—. Tienes una cicatriz muy grande aquí— hablo con una voz dulce y preocupada a la ves.

Izuku quien también mantenía su mirada en sus manos sonrío leve cuando un recuerdo rápido se pasó por su mente. En la clase del señor Hizashi estaban practicando hacer decoraciones con chocolate cuando el agua hirviendo con la que derriten el chocolate le cayó en la mano por un mal movimiento de Denki, su compañero de trabajo en ese momento.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 25, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Dulce amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora