A veces, lo prohibido puede ser demasiado difícil de resistir. Incluso para alguien como yo...
Se cuales pueden ser las consecuencias de nuestra relación, y sin embargo, aquí estoy, con la mejor suerte que los que lo intentaron y fracasaron antes qu...
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Finalmente le saque mi polla y se fue a la cocina para agarrar el aceite. Ahora había vuelto a ser tímida, pero ya era demasiado tarde para eso.
"Ven, Hina" Extendí mi mano y tomé la de ella antes de alcanzar el aceite de coco en la otra. Le di unas palmaditas a la cama a mi lado y ella se sentó insegura por primera vez desde que entramos por la puerta.
La ayudé a reclinarse la cama y se arrodilló entre sus muslos. El aceite de coco estaba sólido pero una vez que puse mis dedos adentro y saqué un poco, se derritió lo suficientemente rápido.
Me asegure de frotar mi dedo bien dentro de esa abertura prohibida, logrando una buena dilatación, y metiéndo lo más lejos que pude. Luego unté una dosis saludable en mi polla, evitando la cabeza. Jamas había usado aceite de coco como lubricante.
"Ven, siéntate sobre mis piernas con la espalda contra mi pecho". La ayudé a posicionarse sobre mí, luego sostuve mi polla recta mientras ayudaba a bajarla con mi mano en su cadera. "Relajate, Hina" Ella se estaba poniendo tensa al sentir mi polla contra su carne. Sólo conseguí que la cabeza se hunda adentro antes de que ella se tensara de nuevo. Trabajé dos dedos dentro de su coño mojado y la folle suavemente hasta que su culo comenzó a relajarse. "Toma más..."
Ella bajó sobre mi polla y yo levanté mis caderas, dándole más de mi carne hasta que me tomó pulgada a pulgada hasta que hubo la mitad dentro de ella. No esperaba meterme completamente, pero necesitaba conseguir al menos otra pulgada o dos en su culo para follarla.
"Inclínate hacia adelante ahora y apoyan tus manos en mis muslos... Sostente como puedas". Ella obediecio, dándome más acceso a su culo y ahora pude presionarme más en ella. El movimiento hizo que mi polla se adentrara más y ella chilló echándose contra mi de nuevo. "Está bien, está bien". Me quedé quieto, dándole tiempo para que se acostumbre antes de comenzar. "¿Cómo se siente?" Su cabeza estaba colgando hacia atrás en mi hombro y su barriga se estremeció cuando su trasero se ajustó a mi longitud. "Dime."
"Completa, me siento llena". Presionó su mano contra su barriga como si pudiera siénteme ahí.
"Voy a empezar a moverme ahora, te va a encantar, lo prometo". Apretó sus dedos en mis muslos mientras la follaba. "Eso es todo, puedo sentir que te gusta. Tu coño sigue apretando alrededor de mis dedos. ¿Quieres más?"
"Sí", asintió con la cabeza, "un poco más". Envolví mi brazo libre alrededor de ella, abrazándola fuerte y follando más de mi polla en ella.
Le susurré al oído, todas las cosas que planeaba hacerle. Le dije lo mucho la amaba, cuánto me alegraba haberla encontrado. Le hablé del futuro y la vida que íbamos a construir. Todas las cosas que no le había dicho antes. Su reacción fue instantánea, mis palabras intensificaron sus sentidos, y ella se vino así de fácil.
Empuje su cuerpo hacia adelante y me arrodillé detrás de ella. Ahora tenía más control, podía ir tan profundo y duro como quisiera.
"Te voy a follar tan duro, que puede que duela un poco". Ella agarró el sábanas y le golpeé el culo con fuerza, esperando entre cada embiste para asegurarme que no la estaba lastimando. Para cuando yo tenía veinte centímetros en su trasero, ella se había corrido tres veces.
