A veces, lo prohibido puede ser demasiado difícil de resistir. Incluso para alguien como yo...
Se cuales pueden ser las consecuencias de nuestra relación, y sin embargo, aquí estoy, con la mejor suerte que los que lo intentaron y fracasaron antes qu...
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Después de lidiar con las molestas llamadas telefónicas de Kiba por la noche, hubo una llamada diferente que me había mantenido despierta la noche anterior.
Me sentí como una adolescente otra vez. Después de pasar toda mi vida siguiendo lo que es correcto, no puedo creer que esté dispuesta a tomar este riesgo. Ahora soy yo la que está obsesionada con la idea.
Nunca había tenido eso antes, nunca había tenido un hombre que me protegiera, nunca me sentí deseada, apreciada o querida de la misma manera. Así que era fácil pasar por alto cualquier angustia que pueda sufrir solo para disfrutar de estos pocos momentos de placer.
Me convencí a mí misma mientras estaba acostada de que solo por esta vez estaba bien cumplir con mi deseo del corazón. Que podría extender la mano y agarrar cualquier felicidad que pudiera obtener de nuestro pequeño enlace. No me engañé pensando que podría ser algo más que eso, el pensamiento le quitó algo de brillo a mi alegría. Soy lo suficientemente sensata para saber que no hay garantías cuando se trata de relaciones, que si sigo adelante con esto, entonces tengo que asumir la responsabilidad por la angustia que pueda seguir.
Finalmente me levanté de la cama y me preparé para el día, teniendo especial cuidado con mi ropa y maquillaje. No me sentía lo suficientemente valiente como para deshacerme de las gafas sin embargo, y me pregunté mientras salía de la pequeña cabaña si alguna vez lo haría.
La emoción creció a medida que la jornada laboral llegaba a su fin porque sabía que aunque no tendríamos clase esta noche, todavía lo iba a ver entrenar desde mi lugar habitual en las sombras.
Naruto había estado tratando de enseñarme sobre el juego, que era una causa perdida. No podía captar ni siquiera el contexto más simple. Sin embargo, no parecía importarle, el parecía feliz de tenerme ahí mirando. Fue suficiente de eso para mí por hoy.
Estaba algo preocupada, casi nos habían atrapado un par de noches antes, así que la prudencia debía estar de mi lado esta vez. Me senti mal de no esperarlo, pero se que es lo suficientemente maduro para entenderlo.
Subí a mi coche y antes de que me fuera, alguien me abordó sorprensivamente.
Esto no va a ser bueno...
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