Mi final de KHR

Capítulo 4: El plan de Tsuna

–¡Oh cierto chicos! –Tsuna dice esto refiriéndose a sus guardianes de la tormenta, sol, lluvia y trueno–. Llegó un mensaje está mañana.

–¿De quién? –pregunta Gokudera.

–Reborn.

Al pronunciar este nombre, todos los guardianes presentes se tornan sorprendidos luego de escuchar. Luego de unos segundos, calman su mirada.

–Lo sé, es algo repentino –dice.

–¿Pe-pero... –empieza a hablar Ryohei–......tan pronto?

–Normalmente vendría a Italia hasta dentro de dos meses –menciona Gokudera.

–Reborn –mientras que Yamamoto solo murmura esto.

–No sé, aquí está el mensaje si quieren verlo –Tsuna les tiende la mano con la el sobre abierto posado en ella.

Lambo al estar más cerca es el que la toma y saca el pequeño mensaje del sobre. Los demás se paran a lado suyo.

Unos segundos después, Lambo la baja y dirige su mirada a Tsuna, los demás hacen lo mismo, sin saber en qué pensar exactamente.

–Así que de esta forma están las cosas....–dice Gokudera casi susurrando.

–No sé cuando llega exactamente pero conociéndolo –Tsuna mira a sus lados como en la búsqueda de algo–. De seguro aparecerá repentinamente y me pateará por detrás.

Los demás se echan a reír.

–Algo típico de él –menciona el guardián del trueno.

–Aunque –habla Yamamoto–. Quien sabe si con su cuerpo actual será capaz de hacerlo tan sigilosamente.

–Es Reborn, no lo subestimes –dice Ryohei.

–Estemos al tanto por si las dudas –termina Tsuna. Pero en ese momento, gira inmediatamente su cabeza a su lado puesto en modo la alerta–. O creo que eso ya no será necesario.

Los demás confundidos por la actitud que acaba de poner Tsuna, sus miradas se tornan donde la lleva Tsuna y se percatan de cierto punto negro viajando a gran velocidad a donde se encontraban, haciéndose cada vez más grande.

–¿¡Ese es....?!

Gokudera no termina de hablar pues justo ahí se escucha un gran impacto frente a él y una gran cantidad de humo invade la zona.

La alarma de la mansión empieza a sonar. La mafia completa Vongola va saliendo del lugar y se dirigen a donde se encontraban Tsuna y sus guardianes.

Uno de los subordinados le habla a Yamamoto.

–¡Yamamoto-dono! ¿Qué sucede? –pregunta preocupado.

Sin embargo, este solo sonríe tranquilo y le responde.

–Solo una visita de un querido compañero.

El hombre, sin entender, trata de preguntarles a Lambo y Ryohei pero se encontraban observando el humo denso. Se acerca a Gokudera pero él tenía la mirada fija en un cronómetro en su mano.

Mientras tanto, el humo empieza a dispersarse. Poco a poco se logran divisar a dos figuras en mucho movimiento, lo cual ayuda a la dispersión.

Chrome llega en ese momento a la zona y en el caso de Hibari, él simplemente se dedica a observar la escena desde un punto lejano pero suficientemente visible.

Las figuras en movimiento van dejándose a ver y divisar. Finalmente, el humo es dispersado por completo y todos los espectadores son capaces de observar la escena: