Capitulo 5: Recuerdos.

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Un silencio recorrió la sala. Y al ver que Wei Ying no volvió a hablar, Madame Yu cada vez mas impaciente, espetó.

-Y...- El sonido de su pie golpeando el piso hizo que el silencio sea peor.-... que estas esperando,  dime de una vez quien es el padre.-

Wei Wuxian dudo, hasta que se inclino con las dos manos al frente, habiendo tomado una decisión.-

-Muqin, le ruego que espere a que me contacte con el padre. Una vez reciba la respuesta, les diré .-

A madame Yu no le gusto esto, pero no dijo nada mientras giraba la cabeza y chasqueo la lengua, dio media vuelta y se fue, que era lo mas parecido a la aprobación que Wei Ying iba a conseguir viniendo de ella.

Suspirando de alivio, Wei Ying se limpio el sudor de la frente. Miro la cara preocupada de sus hermanos y les sonrió, tratando de aliviarlos aunque sea poco con una pequeña sonrisa que hacia que su rostro se suavizara y sus ojos brillaran.

Al ver esto sus hermanos no pudieron decirle nada. A pesar de la duda y el miedo que sentían, por ahora confiarían en su hermano. Dándoles las gracias al medico, los tres salieron de la sala, rumbo a escribir una carta.

Mucho mas animado, pero todavía un poco pálido, Wei Wuxian caminaba  entre sus hermanos mientras se acariciaba la panza a la vez que susurraba.

-Le voy a mandar una carta a tu padre, estoy seguro que se sorprenderá pero estará feliz.- Una risilla se escapo de sus labios, haciendo que sus hermanos sonrieran sintiendo su alegría contagiosa.

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Mientras  Madame Yu caminaba hacia  la oficina de Jiang Fengmian, los eventos del día hicieron que malos recuerdos, en los cuales quería evitar recordar, volvieran a la vanguardia de su mente.

....Hace 3 años....

Madame Yu se encontraba recibiendo a los invitados que estaban llegando a su secta, cada vez mas molesta por tener que sonreír y soportar los susurros lascivos y des mecederos a su persona, como si no pudiera escucharlo.

Cuando una seria de gritos, le llamo la atención, sintiéndose cada vez mas enojada al ver como la gente  a su alrededor empezaba a moverse inquieta y a susurrar, empezando a tener dudas de su administración del lugar, salió hacia el disturbio ya imaginándose a Wei Ying, ese mocoso insufrible que seguramente era el centro del escandalo. Tenia razón pero nunca en su vida se pudo haber imaginado algo así, y que sucediera en su propia casa ni menos. Cuando  por fin llegó a la escena, lo que vio le quedaría grabado en la mente, y le perseguiría en sus sueños como pesadillas.

El que hacia el escandalo no era Wei Wuxian como había pensado sino su propio hijo, el cual había agarrado a puñetazos a otro hombre, a quien no reconoció por nombre, pero si por las ropas amarillas que usaba. Era un discípulo del clan Jin.

El tipo ya se encontraba desmayado, pero a pesar de eso su hijo no dejaba de golpearlo, sus compañeros de secta de YumenJiang , ninguno se movía para detenerlo, sino que miraban en silencio con un brillo de rencor en sus ojos. Al dar unos pasos mas se dio cuenta por que.

Wei Wuxian se encontraba tirado un poco mas atrás, moretones cubrían su cuerpo, y en algunos lugares sangraba, su ropa se encontraba desgarrada en ciertos lugares, dando a entender lo que casi paso, otro miembro de su secta, un shidi sino se equivoca, le quería sacar la mordaza que tenia en la boca, pero por la forma que le temblaban las manos no podía lograrlo.

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