Del otro lado del universo, había un chico de ojos color miel, cabello rubio como el sol y con el corazón más dulce de toda la galaxia.
Park Jimin, era un simple ser humano. Pero era el ser humano más perfecto de todos.
Vivía a las afueras de Seoul, en un pequeño pueblo con su abuela. Había renunciado a sus estudios y dedicaba su vida al trabajo. La universidad era demasiado costosa y su abuela estaba demasiado enferma, no podía prescindir del dinero por un capricho suyo. Tal vez en otra vida, lograría ser un asombroso bailarín.
Jimin por las mañanas trabajaba en el huerto de frutillas del tío de uno de sus amigos, las recolectaba y las ponía dentro de unas bolsitas para que compraran los clientes. Por la tarde era mesero en un café con temática de libros. "¡Si comprás un libro te regalamos un café!", repetía cada tarde de lunes a viernes. Los fines de semana trabaja en un bar nocturno preparando tragos, y a veces bailaba por diversión y porque necesitaba el dinero, pero al menos lo disfruta un poco más.
La vida de Park Jimin no era fácil.
Su madre y padre habían fallecido cuando él a penas tenia siete años, desde entonces su abuela se encargó de cuidar de él. Pero no es fácil mantener un niño y una casa estando completamente sola, su abuela durante todo su crecimiento hizo lo posible para que nunca le faltase nada. Pero a veces era un poco triste ver a los demás niños con juguetes y ropa nueva, o verlos reír cuando sus padres los cargaban en el aire y los llenaban de besos y abrazos, él nunca pudo sentir eso. Su abuela trabajaba todo el día para poder mantener sus estudios iniciales y la renta de su hogar, pero pese a las carencias que tuvo Jimin creció lleno de amor y bondad. Y se notaba cuando hablaba dulcemente con las personas, cuando se preocupaba más por los otros que por si mismo y cuando le daba la mitad de su sándwich a algún perrito de la calle, incluso cuando ese sándwich tal vez era su único almuerzo.
Jimin tenía el corazón más grande de todo el universo.
Pero a medida que el tiempo pasaba las cosas se fueron poniendo más difíciles. Cuando Jimin terminó la secundaria su abuela enfermó, tenía mucho dolor cada vez que se movía y su memoria fallaba demasiado, a veces no podía hablar con claridad o de la nada repetía cosas que habían sucedido hacia mases. La abuela de Jimin había enfermado de Alzheimer.
Cada día era una lucha por no olvidar a su propio nieto. Lo mejor era dejarla descansar y no hacer que trabaje nunca más. "Yo me encargaré de todo" se dijo Jimin a si mismo cuando tan solo tenía dieciocho años, renunciando a vivir una vida normal y sin problemas.
Park Jimin ahora tenía veintiuno y la situación era una completa mierda.
El dueño de la casa en donde vivían había aumentado el alquiler. El huerto de frutillas iba a finalizar su temporada, pronto el invierno caería y no hacía falta que el siguiera viniendo si no había frutillas las cuales recolectar. El café en donde trabajaba estaba a punto de cerrar si no aumentaban las ventas, al parecer ya nadie disfrutaba de leer un buen libro. Y el bar en donde trabajaba por las noches aún permanecía en buenas condiciones, pero hace un par de semanas había un hombre que lo estaba acosando desde que lo vió bailar. Era demasiado peligroso estar ahí, se sentía horrible.
-Sabes que puedes quedarte conmigo si los echan de su hogar.- Le dijo Namjoon, uno de sus amigos, mientras bebía su café. Él era su cliente más regular, por no decir él único. Kim Namjoon probablemente era la persona más culta e inteligente de toda la galaxia. El café con temática de libros gritaba su nombre, era una lástima que se estuviese yendo a la quiebra.
-Lo sé Nam, y te lo agradezco. Pero sabes que no quisiera ser una molestia para ti.- Respondió el rubio mientras descansaba a su lado.
-Tu nunca serás una molestia Minie. ¿Para que estamos los amigos sino es para apoyarnos?
-Es que me sentiría muy mal recibiendo todo de ti sin darte nada a cambio.- Dijo el chico dulcemente con algo de tristeza.
-Lo entiendo, pero si cambias de opinión, quiero que sepas que siempre tendrás un lugar en mi casa.
-Muchas gracias Nam, eres el mejor de todos.- Dijo dándole un abrazo.
-Bien Minie, debo irme. El café estuvo esplendido como siempre y me llevaré este libro conmigo.- Dijo Namjoon levantándose de la mesa, y tomando su abrigo color negro y aquella bufanda color gris que lo hacía lucir hermoso.
-Genial, ven conmigo al mostrador así te pasó la cuenta.- Respondió Jimin acompañándolo.-Okey, café expreso más una porción de cheascake y "Demian" de Herman Hesse dan un total de ¥1500.
-Ten ¥2000. El resto es tuyo.
-No me hagas esto Kim Namjoon.- Refutó Jimin, viendo como su amigo le daba dinero extra.
-Es tu propina, debo cumplí con el reglamento de cortesía.- Se excusó el moreno.
-Bien pero que sea menos.- Insistió Jimin dándole el dinero.
-No lo aceptaré. Nos vemos mañana, hasta luego Minie.- Dijo Namjoon yéndose rápidamente hacia la puerta.
-¡Hey esto no se quedará así. Hasta luego Nam!- Gritó Jimin viendo como su amigo salía del café con una sonrisa y se despedía con un suave gesto.
Su amigo siempre hacía lo mismo, y Jimin era el tipo de persona que aunque se estuviese ahogando no pediría ayuda nunca. Porque probablemente sentiría que hay alguien más importante antes que él. Jimin tenía mucho amor para los demás pero poco para él mismo.
Eran las 19:30 y el invierno estaba presente en Seoul, el sol ya se había ocultado. Hoy le tocaba cerrar la tienda de café a él. Cuando el último cliente se fue, Jimin comenzó a limpiar y acomodar los libros de manera delicada. Una vez que dejó todo en orden, salió de allí con dirección a su casa. Probablemente su abuela estuviese intentando hacer la cena, o tal vez todavía seguiría durmiendo.
Jimin marchaba a pasó lento por las frías calles de Seoul. Iba escuchando música cuando de repente vió una especie de estrella fugaz cruzar el cielo a toda velocidad. Nunca había visto algo como eso. Aquella estrella era muy brillante y resplandeciente, había iluminado el oscuro cielo de Jimin dejando una estela de brillitos suspendidos en el aire. Rápidamente se sacó los auriculares, cerró sus ojos y pidió un deseo.
"Desearía que la abuela se recupere pronto, ser millonario y tener un novio muy guapo."
Dijo en voz bajita mientras estaba solo por la calle.
"Como si esas cosas pasaran."
Pensó para si mismo, mientras sonreía con algo de melancolía y retomaba el paso rumbo a casa.
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☄️Ꭰꮖꮇꭼɴꮪꮖꮻɴꮪ☄️ // Kookmin Fanfic [HIATUS TEMPORAL]
FanficGukk, es un viajero del universo. Toda su vida deseo poder atravesar las dimensiones compuestas por galaxias enteras. Nunca se detuvo en un planeta por más de un mes terrícola. Sin ataduras ni deudas pendientes, Gukk vive como quiere... O eso era lo...