-NE ME DÉFIE PAS-

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—Te dije que se iban a escapar— bufó el hombre con una cicatriz en el ojo.

El más bajito de los dos sonrió de lado antes de girarse hacia él sin dejar de jugar con la tapa de su encendedor. Irvo levantó una ceja al verlo pasar a su lado sin decir nada.

—¿Y no te dije ya a dónde irán después de ésto? Uno de mis informantes me contó algo muy interesante sobre mis hijos— se sentó dentro del auto mientras la puerta continuaba abierta.

—Ya envíe a mis hombres a la casa de seguridad que tienen los Kim, llegarán antes de que Agust y los demás regresen— asintió— ¿En serio crees que los hijos de ShingMan se aliaron con los tuyos?— encendió su cigarrillo con la flama que le ofreció su socio.

—¿Por qué no lo harían? Piensalo, si mis propios hijos han decidido darse a la fuga, ¿Por qué los de él no harían lo mismo? Después de todo, y por más enemigos que seamos, no somos muy diferentes— miró hacia adelante.

—No me lo tomes a mal, YongHee, pero, ¿No te sientes ni un poco desesperado sobre la insolencia de tus hijos? Recuerda que por culpa del Afrodita me debes una grande...solo por eso no te he matado, aún me lo tienes que entregar cómo acordamos— la plática se tornó muy seria en un instante, los guardias que los acompañaban sintieron la tensión sobre los hombros.

—No tienes que repetirlo, lo sé bien— una muy leve risita se le escapó— no me preocupa porque no importa cuánto o qué tan lejos corran, siempre tendrán la correa atada al cuello...

El ruso resopló un poco y luego imitó la sonrisa ladina de su socio.

El ruso resopló un poco y luego imitó la sonrisa ladina de su socio

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Los ojos le temblaban...su respiración se entrecortaba, sus manos apenas y lograban detener la sangre que salía a chorros de su garganta, esa mirada ...esa desesperación, eran inolvidables una vez que las veías por primera vez.

La cara de alguien que sabía que estaba apunto de morir.

El cuerpo del castaño no tardó mucho en desplomarse frente a él, la sangre fungió como una alfombra bajo su cadáver. El rubio de ojos turquesas guardó su cuchillo y se limpió la mejilla con la manga de su camiseta blanca, el color rojo tiñó la tela.

—Bien hecho, TaeHyung, ¿Ves? No fue tan difícil— aquella voz lo hizo voltear hacia la cabina con ventanales transparentes que solían usar para vigilar sus prácticas.

El niño de complexión delgada clavó la mirada en su padre, era raro verle por ahí, solía pasar más tiempo atormentando a su hermano mayor en los otros laboratorios, si estaba aquí era porque de nuevo habían enviado a YoonGi a otra misión.

—Yoonie— pronunció sin dejar de atravesarle el alma con la mirada.

YongHee levantó una ceja y terminó por bajar por el elevador, sabía el impacto que tenía su presencia en su hijo más pequeño, sabía que lo aborrecía, pero también que le temía. Nunca estaba demás reforzar su autoridad.

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⏰ Última actualización: Jun 30 ⏰

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Á MORT [NAMGI/KOOKTAE]✓✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora