Capitulo 5 - Resguardo

17 2 0
                                    

5 página
Has tenido ese sentimiento del que sobras en el mundo, el cual solo estas para discutir, tratar de defender lo que piensas y a ti mismo a la vez. O que tan solo sobras en un lugar donde no hay más que peleas y discusiones en las cuales no estas involucrada directamente pero al final siempre, terminan culpandote.
Un día como hoy donde reinaban las discusiones en mi hogar, donde la "celopata" (a si le puse yo) novia de mi papa exageradamente menor que él, le armaba un berrinche por algún tipo de celos inventados en su cabeza en cierta parte, le sacaba en cara que le estaba mintiendo que la andaba engañando y ahí es donde entro yo, al ella ponerlo de mal humor, él se desquita conmigo y me grita e insulta a la vez.

¿Sabes? es doloroso que tu propio padre te trate como la peor basura del mundo, por esas razones y guardar silencio por miedo a que te expulsen del hogar.
Pero me desvié del tema, ese día ya no aguanté más y huí a la playa un lugar en el cual encontraba paz y tranquilidad y justo apareces tú,con tu sonrisa y tu buen humor

-¿Qué haces acá? - cuestionaste mirando fijamente el mar -

-Pues miro las olas -respondí como si fuera lo más normal en el mundo, pero era mentira, ni yo misma me creí ya que seguían marcas en mi cara de las lagrimas-

-Mientes, te he mirado hace un rato ni un solo segundo levantaste la vista, a demás no hay olas - Verifiqué que fuera cierto y lo era, el mar estaba tranquilo, demasiado tranquilo- Ahora, me dirás la verdad?-

En realidad dudé que decirte, para inventar excusas era mala, sentía la necesidad de desahogarme, pero a la vez sentía que te burlarías de mí

-Prefiero no hacerlo, a veces las cosas deben quedar guardadas dentro de las personas a las cuales pertenecen-

-También hay otras que se retiene tanto que la persona termina explotando y no de la mejor manera- comentabas a la vez me mirabas con esa penetrante mirada -Sé que lloraste, aun tienes los ojos rojos e hinchados, y solo hay dos razones por las que creo que estarías así. O usas drogas o llorabas, y creo que la acertada es la última - Me dejaste sin palabra alguna, jamás pensé que serias tan observador - y ahora my little porcelain doll me dirás ¿qué sucede? O ¿ a quién tengo que golpear?

- Ojalá pudieras golpearle a mi padre para que reaccione- susurré, pero no quedo en un susurro, lo oíste -

-¿Qué sucede con tu padre? ¿Te golpea? Dime pequeña por favor no me asustes, si es así lo denunciaremos, no calles - hablabas tan preocupado, que creí en ese momento que te importaba-

-Nada de eso, ojalá así fuese, tendría razones para odiarlo- ahogue una lagrima que quería salir al decir lo último -

-¿Qué sucede entonces? -

-Lo que pasa es que..... -Te conté desde que conoció a la novia hasta ahora, omití algunas cosas las peores - Y después de todo eso al fin al otro día cuando ya se arregla con la novia, actúa como el perfecto papá modelo y olvido toda la rabia que siento y volvemos a ser felices hasta la próxima pelea - Trate de no soltar una lagrima con cada palabra, pero me era imposible, ya que primera vez que me desahogaba con alguien, pero a ti no te molestaron aquellas lágrimas

Agradecí que no preguntaras por mi madre ya que esa historia viene en páginas más adelante.

-A si que tienes problemas familiares y a demás no sabes como actuará tu padre -

-Exactamente eso, y ahora tú, ¿Qué haces acá?-

- Vine a correr a la playa y justo antes de comenzar, te vi casi corriendo hacia la orilla.- Era verdad traías shorts, zapatillas y camisa de deporte - y ahora little doll ¿ Qué harás?

- Pienso quedarme hasta que se haga de noche, volver y encerrarme en mi habitación y esperar que se le pasé y vuelvan a ser tan felices como siempre-

-¿Hasta qué hora piensas quedarte? - mi respuesta no fue de tu agrado por tu forma de actuar - Hasta las 1 de la madrugada

-¿Estás segura? ¿No se preocuparan? - reí ante ese comentario

-Dudo que recuerde que siquiera existo, me podría ir de la casa por un día y no cuenta se daría, está tan preocupado en sus peleas que ni se acerca a mi habitación-

-Hazlo preocuparse, has que piense en sus prioridades- no comprendí y mi rostro me delató - Quédate en otro lugar por unas noches y no respondas sus llamadas hasta que demuestre que esta verdaderamente preocupado -

- No puedo hacerlo, no tengo dinero, mas que un poco que ando trayendo y a demás mi ropa y todo está en mi hogar y lo más importante, no tengo donde quedarme - me avergoncé de lo último, no tenia familiares que me recibieran ni amigas que aunque quisiesen pudieran hacerlo -

-Primero puedes salir y entrar a tu casa sin que se percaten? - afirme con la cabeza - ve a buscar todo lo necesario y en cuanto a donde dormir, lo haces en mi casa, mi madre comprenderá -

-Me niego rotundamente, no puedo hacerlo, no puedo abusar así de ti Diego a demás solo nos conocemos hace un par de días

Tras una larga discusión, ganaste, acepté ir a tu casa.
Quizás debí seguir negando a aceptarla ya que ese fue el comienzo del todo y a la vez del nada.

Carta de SuicidioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora