01. Oferta

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El comienzo de la ruleta rusa que sería su vida llegó un sábado por la noche, cuando el dueño del bar llamó a Wooseok a su oficina.

"Entra." El hombre de cabello oscuro y blanca sonrisa detrás del escritorio, invitó con amabilidad. Wooseok asintió y se sentó en la silla que su jefe le mostró.

"¿En qué lo ayudo señor Heo?" Preguntó expectante, recibiendo el trago de vodka que el jefe le concedió. No era una de sus bebidas favoritas, demasiado enérgica, pero ya que su superior se lo dio con amabilidad, Wooseok sabía que no podía rechazar tal bebida, al ser considerado un acto incorrecto. El hombre de apariencia afable, ojos castaños y atractivo rostro le sonrió amplio.

"¿Eres gay verdad?" Preguntó mirándolo a los ojos color miel. Wooseok asintió, no entendiendo las causas de la repentina y locuaz pregunta, el jefe ya sabía eso, puesto que el lugar era un bar gay. El hombre sonrió amplio al hablar: "Sólo quería confirmar lo que ya sabía, no te sorprendas tengo algunos chicos heterosexuales aquí." Se lamió los labios delgados y observó a Wooseok beber un poco del vodka. "¿Sabroso, cierto?" Indicó a ceja alzada. Wooseok asintió,observando al jefe beber también.

"¿En qué lo puedo ayudar señor Heo?" Wooseok reiteró.

El chico de unos treinta años aproximadamente se acomodó en el respaldo de su silla, luego de beber un poco más de su bebida, le contestó: "Se me presentó una situación que es un poco delicada. No obstante, depende de la arista en que se la mire." Sonrió al observar al chico de cabello castaño y apariencia moldeable en el otro lado del escritorio.

"¿Qué sería?" Wooseok curioseó con interés. Sabía que su jefe era un buen empleador, siempre le pagaba al día y espantaba a los buitres que se le acercaban con dobles intenciones cuando las copas demás se le subían a la cabeza.

Después de todo, su trabajo principal era permanecer detrás de la barra, sirviendo y preparando las bebidas y cócteles que los clientes ordenaban. Este era solamente un trabajo de medio tiempo, Wooseok sólo trabajaba los viernes y los sábados por la noche, porque el domingo era el único día que dejaba para estudiar y los otros días iba a la universidad.

El otro trabajo de medio tiempo,era ser de chófer por las tardes, pero su jefe salía poco, así que prácticamente sólo lo llamaba cuando lo necesitaba. El señor Yohan también era muy amable, así que técnicamente ambos trabajos no eran tan pesados de ejecutar gracias a la amabilidad y el buen trato de sus jefes.

Wooseok bebió un poco más de su bebida, observando al señor Heo, quien comenzó a hablar de nuevo: "Mira, tengo un amigo que mantiene una empresa de citas. Es una especie de plataforma en la que personas de mucho dinero, solicitan la compañía de una chica para pasar el rato." Miró al rostro neutro de Wooseok. "Son gente de negocios, quienes no tienen tiempo para buscar a alguien y acceden a este tipo de sistema para facilitar el proceso." Continuó. Su mirada se posó en los labios torcidos de Wooseok. "Habla, esto no es un monólogo. Por eso te invité a platicar." Heo indicó sonriente, su boca se acercó a su vaso para beber.

Wooseok apretó los labios antes de contestar con voz firme: "Yo no me vendo." Exhaló. "Disculpe señor Heo, pero ya sé a dónde va con esta charla, pero definitivamente yo no hago este tipo de cosas. No es lo mío, lo respeto, pero me temo que mi respuesta es un gran no." Dejó en claro, bebiendo todo el licor de su vaso, para después ponerlo sobre el escritorio con determinación.

Su jefe se echó a reír, al sentirse satisfecho le contestó: "Le dije lo mismo ami amigo, pero el insistió al verte." Se lamió los labios, observando los abultados de Wooseok. "Le dije que eras un chico decente que sólo trabajabas por necesidad y que no te divertías como los demás chicos que trabajan aquí por mero gusto." Continuó con una risita.

Secretario Personal {Seungseok}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora