El día del supuesto trabajo llegó demasiado pronto para el gusto de Wooseok.
El chico no estaba tan seguro de aceptar ahora que miraba el papel que debía firmar, estampado sobre la mesa de la oficina del amigo del señor Heo.
Ugh, acontecieron cinco días de aquella oferta y sus padres ya habían partido al concierto en Busan, también el viaje con el señor Yohan a Seúl se había realizado y prácticamente no le tomó más de veinte minutos llegar desde el hotel que se hospedaba hasta el lugar del señor Kang.
"Disculpe la insistencia, pero seguro que es una cita de una sola vez, ¿Verdad?" Dijo Wooseok, mordiendo agresivamente su labio inferior.
El hombre de rostro amigable, ojos brillantes y cabello castaño asintió, observando la hora en su reloj de pulsera.
"No te preocupes, todo está en regla. Mis chicas también hacen esto, ¿Quieres hablar con ellas? Puedes bajar tus ansias por mientras que llega el cliente." Indicó sonriente, sirviéndose un poco de whiskey para luego darle un largo trago.
Era unos cinco años más mayor que el señor Heo, pero ya tenía unas prematuras canas en su cabello castaño.
Wooseok sacudió la cabeza para negar, de todos modos no era como que pudiera cancelar, necesitaba reponer el dinero de emergencia que su padre tomó sin pedirle permiso.
Ugh, sólo lo hacía por el dinero, ya que esto no era lo suyo,solamente sería algo de una vez.
Ahora Wooseok tenía que esperar al cliente, quien firmaría el contrato junto a él y lo llevaría a la famosa fiesta para ejecutar el trabajo.
Luego de un rato la puerta sonó, Wooseok se tensó, pero obligó a su cuerpo a relajarse. Era algo de sólo una vez, había puesto secretamente gas pimienta en el bolsillo de su pantalón y no tenía miedo de usarlo si es que el tipo se propasaba con él,porque obviamente tenía gustos por los chicos, porque de tal modo el hombre no hubiera exigido a un muchacho con rasgos tan detallados.
Todo iba a salir bien, no había nada por lo que preocuparse. Nada.
El señor Kang dio la señal para que entrara y el hombre a quien ellos estaban esperando finalmente entró con gran desplante y lo miró con sorpresa por cinco segundos, pero rápidamente controló todas las expresiones de su rostro, convirtiéndolo a uno neutral.
Sin embargo, Wooseok no fue tan bueno fingiendo, porque el hombre que había entrado a la maldita oficina era uno que conocía muy bien.
Guapo, talvez medía dos centímetros menos que el metro noventa, unos diez o quizás quince centímetros más alto que él. Ugh, el gran cuerpo de modelo, cabello castaño ordenado en un peinado, grandes ojos color miel ahora, mandíbula fuerte que parecía resaltar con su simetría perfecta, caminó hacia él. Ugh, era Cho Seungyoun, el hermano de su jefe, el chico que no lo dejaba de molestar y el mismo hombre al cual había besado por error en una gran borrachera meses atrás.
Dios, ¿Alguien lo podía matar? Uff, Wooseok no creía tener tal suerte.
"Buenas noches, disculpen la demora. Ya conocen el tráfico de Seúl." El idiota habló con una risita a flor de labios. Ugh, el hombre demente le sonrió amplio, mostrándole una gran blanca sonrisa de dentista.
El chico era todo un rompecorazones, algunas personas tenían una linda sonrisa, otras tenían una agradable y luego había unos pocos afortunados que tenían una sonrisa como la de este tipo. Ugh, su hermosa sonrisa simplemente deslumbraba cuando sonreía, atrayendo las miradas de cualquiera que estuviera a su alrededor para apreciarla.
Diablos, las apariencias engañaban a veces, porque cuando el hombre sonreía de ese modo, irradiaba calidez y carisma. No obstante, su ser normal era tener una apariencia fría e inaccesible para la mayoría de la gente.
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Secretario Personal {Seungseok}
FanfictionTodos parecían divertirse en aquel baile que reunía a lo más selecto de la sociedad coreana, todos menos Kim Wooseok. Un hermoso chico de tan sólo veinticuatro años de edad, que por causas del destino se vio obligado a adquirir un trabajo de medio t...