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Scarlett Jhonson
Su cuerpo y su cuello se sacuden de forma anormal.
Su estatura me asusta.
Su mirada a través de esas gafas anaranjadas es penetrante e intimidante.
Sus hachas gotean sangre y me amenaza con ellas. Este tipo va a matarme.
—No... No se a-acerque...—Retrocedí mirando como se acerca con un aura amenazante.
Puedo ver que por debajo de su bozal sonrió y tronó su cuello.
—¡Soy Ticci Toby, Ticci Toby!—Exclamó eufórico y corrió hasta a mí.
—¡ALÉJESE DE MÍ!—Me dí la vuelta para comenzar a correr.
—¡No huyas, preciosa! ¡Es inútil!—Dice mientras me persigue con su cuerpo sacudiéndose y eso me asusta más.
—¡NO! ¡DÉJEME EN PAZ! ¡¡AAHH!!—Grité explotando porque sé que voy a morir.
Seguí corriendo con todas mis fuerzas hasta que ya no lo sentí detrás de mí. Miré atrás y efectivamente ya no me persigue, pero no dejé de correr y fuí a esconderme al viejo carrusel.
Me escondí detrás de uno de los caballos. Tapé mi boca y nariz con fuerza para callar mis sollozos, tengo tanto miedo.
«¿De dónde habrá salido ese maldito lunático?»
Nunca en mi puta vida había visto a alguien así, con esos extraños tics y con una mirada tan pesada e intimidante.
*Track, Track* *Track, Track*
Reparé en mi lugar al escuchar el aterrador crujido de sus tics, seguido de pisadas cerca del carrusel dónde estoy escondida. De pronto, escuché que tocó los tubos del carrusel con sus hachas.
—Shhh... ¿Dónde estás, lindura?—Cantó aniñado y con voz tétrica.
«¡Jack! ¡Sálvame, por favor!»
Instintivamente, pensé en Jack, ahora lo único que quiero es que él venga a salvarme.
De repente, todo se quedó en total silencio... Que extraño.
¿Se habrá ido?
Asomé un poco mi cabeza afuera del carrusel mirando a todos lados, definitivamente ya no hay rastro del hombre de las hachas. Hice una mueca de desagrado porque un aroma a cigarro inundó mis fosas nasales. Se me hizo muy raro aspirar ese aroma por aquí.
—Que aroma tan dulce.—Alguien habló a mis espaldas mientras tomaba mi cabello para olerlo.
