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—Mami, papi, ¿Cuánto tiempo nos quedaremos aquí en Londres?—Pregunta la pequeña Scarlett con cierta curiosidad e interés.
—Yo creo que... Lo que resta de vacaciones; Una semana o dos, cariño.—Respondió Nathan; El padre de Scarlett.
Scarlett y sus padres fueron a Londres a pasar unas vacaciones por su cumpleaños; 6 años de edad había cumplido la pequeña.
—Pronto iremos a conocer a los vecinos.—Comentó Annelise; La madre de Scarlett.
—Iré a mi cuarto.—Anunció Scarlett.
—Scarlett, ¿Por qué no sales un rato a jugar? Tal vez encuentres algún niño o niña para jugar.—Propuso su madre.
—Tu madre tiene razón, es muy notaria tu carita de aburrimiento.—Agregó su papá.—Mientras nosotros nos encargaremos de desempacar—.
Scarlett suspiró y asintió.
Scarlett es una niña solitaria, tímida y se le dificulta hacer amigos.
La pequeña Scarlett salió de su casa para ver a quién encuentra para jugar. Al salir de casa encontró a dos niñas jugando con una pelota; Lesly y Karen. El par de niñas se percataron de la presencia de Scarlett y la invitaron a jugar con la pelota.
Mientras jugaban patearon muy lejos la pelota y esta se hundió en el oscuro bosque. Scarlett estaba decidida a ir tras la pelota, pero una de las niñas la detuvo.
—Scarlett... No entres ahí.—Advirtió Lesly con miedo.
—¿Por qué no?—Scarlett la miró sin entender nada.
Las dos niñas se miraron entre ellas y luego pusieron su atención en Scarlett.
—Dicen que en lo profundo de ese bosque se oculta un monstruo. Nadie lo ha visto, pero quien entra ahí no regresa jamás para contarlo.—Dice Lesly con temor en su voz.—Por lo regular son niños y adolescentes los que han desaparecido—.
Scarlett está atónita y paralizada por lo que acaba de contar Lesly.
—Oh, vámos, tenemos que ir a buscar mi pelota o me regañarán en mi casa.—Incitó Karen.—No creo que pase algo malo si nos adentramos un poco al bosque—.
Discutieron un rato las tres niñas, y al final decidieron entrar al bosque a buscar la pelota de Karen.
Las tres niñas caminan por el bosque, el cielo posee unos tonos anaranjados. Ya casi anochece.
De repente, Scarlett frenó en seco, en alguna parte del bosque escuchó una extraña melodía.
—Oigan... ¿Escuchan eso?—Preguntó Scarlett de repente.
